Helinav Vasíliev es una de las muchas más adolescentes desaparecidas.Pero su caso es algo peculiar...
Todas las adolescentes hemos pasado ese momento de desear huir de nuestras casas, de nuestras familias...
Ella lo hizo pero acabó en el lugar meno...
-¿Quería algo?- dije con una enorme sonrisa falsa-
-Tengo que hablar con tigo- parecía muy tranquilo y tomó asiento en en sofá de la habitación-.
-Soy toda oídos- dije con voz dulce y relajando mí sonrisa-.
Y vuelta a la diabetes...
- Se lo de mi hijo Justak-Lopskifter comenzó en un tono serio- y te vengo a avisar que si nos tracicionas, sufrirás tanto que suplicarás tu propia muerte- finalizó con una sonrisa-.
Maldito hijo de puta, quien acabará suplicando por su muerte será él...
Sonreí aún mas todavía.
Te van a doler las comisuras de los labios de tanto reír...
-Tenga claro que yo no traiciono, su hijo no me ha dado muchas opciones pero he aceptado ser su compañera y le obedeceré y respetaré- la bilis comenzaba a subir por mi garganta pero mantuve la sonrisa-.
-Ha sido un placer- dijo Lopskifter levantándose del sofá y dirigiéndose hacia la puerta-.
Le tendí mi mano como despedida.
-Espero que actúe con inteligencia señorita Helinav- dicho esto desapareció tras de sí cerrando la puerta-.
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Era la hora de cenar y dispuse a bajar al comedor.
Había un largo pasillo pero la ubicación de las habitaciones era muy parecida a la del aquelarre Vorisov así que no tardé mucho en encontrarlo.
Una mesa de roble oscuro se cernía en mitad del comedor dándole un toque de elegancia.
Justak se sentaba al frente de la mesa como su puesto de líder requería e hizo un ademán con la mano para que me sentase a su lado derecho.
Los vampiros se fueron presentando.
-Bienvenida, Soy Jalef- dijo una vampiresa con pecas muy adorables y pelo canela al igual que sus ojos-.
Le devolví una sonrisa.
-Yo soy Helinav- contesté-.
-Es mi compañera- Dijo Justak-.
-Oh genial, yo soy la hermanastra de Justak- me contestó Jalef dirigiéndose a mi con una gran sonrisa-.
Pelirubia de bote...
Sonrei aun más.
-Yo te daré las calases de comportamiento- se integró a la conversación una peliroja de ojos negros- A todo esto, soy Valucek, es un placer-.
-Igualmente- relaje mi sonrisa y ladeé la cabeza aparentando inocencia.
