Helinav Vasíliev es una de las muchas más adolescentes desaparecidas.Pero su caso es algo peculiar...
Todas las adolescentes hemos pasado ese momento de desear huir de nuestras casas, de nuestras familias...
Ella lo hizo pero acabó en el lugar meno...
Me acerque a él Derek y tome su mano y entré en él centro de la estrella.
-Gracias- fue lo ultimo que pude decirle a Örchëola-.
Una pila de llamas y ardor nos rodeo pero era inofensivo para mi, él fuego no me quemaba.
Él fuego se fue extendiendo y pude ver que nos habíamos trasladado.
Estábamos en lo que parecía ser un sótano con paredes de cemento lisas, grises y suelo de baldosas negras. No había ventanas.
Era un largo pasillo que al final tenia escaleras descendentes y a los lados del pasillo habían muchas puertas.
-Bienvenida al Infierno Helinav- susurro él diablo en mi oido-.
-¿Este es él infierno? - pregunte alzando una ceja-.
-Ya te dije que no es como los humanos se imaginan-.
-¿Y como es?-.
-Aquí él mal es muy relativo. No nos consideramos malvados porque no lo somos, somos un proceso, una fase-.
-¿Una fase?¿De que?- pregunte con intriga-.
-La fase para él fin, cada fin va seguido de su principio y cada principio va seguido de su fin- respondió-.
Nos pusimos a caminar por él pasillo iluminado por antorchas pegadas a la pared.
Derek se detuvo delante de una puerta y la abrió.
Era una habitación sin ventanas pero bastante bonita de diferentes todos de gris claro.
Tenia una puerta que daba a un baño personal.
-Esta es tu habitación- comento Derek-.
Asentí.
-¿Que pasará con migo?-pregunte entrando en la habitación-.
-Serás entrenada para controlar tus nuevos dones, después Lucifer decidirá si estas lista para volver con los humanos-.
Él demonio sonrió.
-Mañana vendré a buscarte para enseñarte las instalaciones y comenzar tu entrenamiento. Puedes cambiarte de ropa. Las prendas del armario, ahora, son tuyas- Derek salio de la habitación dejándome sola y cerrando la puerta tras de si -.
Me desplome en la cama. Estaba exhausta.
En cuestión de minutos he perdido a mi familia al aquelarre donde vivía he descubierto que ahora soy una vampiresa/diablesa y yo que quería una vida normal y he acabado en él mismiso infierno...
Genial...
Abrí la puerta del baño privado de mi habitación y me di una merecida ducha.
Hechaba de menos las oportunidades que nunca podía cojer, las oportunidades que no podría aprovechar. Nunca podría sentir lo que siente una mujer embarazada no podría saber lo que es ser madre... No tendría la oportunidad de ver a mis nietos corretear por él porche de una vieja casa familiar. Nunca volvería a saber lo que es él calor, lo que es él frío.
Estoy congelada entre lo que ya ha pasado y entre lo que esta por pasar, sin poder decidir.
Salí de la ducha y me tape mi cuerpo desnudo con una toalla y enrosque en mi pelo una toalla mas pequeña.
Salí del baño y me dirigí al armario de mi habitacion.
Lo abrí y casi toda la ropa era negra y eran tonos neutros.
Eran vestidos largos la mayoría aterciopelados y todos con un gran escote.
Apenas habían dos o tres vestidos grises uno rojo dos azules uno blanco y los demás negros.
En un cajón dentro del mismo armario encontré ropa interior y rece por que esta no estuviera usada.
La ropa interior era toda de encaje y de los mismos colores de loa vestidos añadiendo algún conjunto color carne y camisones rojos y negros.
Me puse la ropa interior y me puse un camisón rojo por encima para así poder dormir mas cómoda.
Pase mi mano por todos los muebles de la habitacion con delicadeza.
La Casa del Señor de las Moscas no era nada como lo pintaban los humanos en las biblias ni nada por él estilo.
No me daba miedo pero tampoco estaba acostumbrada a estar en esos tipos de lugares; es decir, sin ventanas, lleno de monstruos, adoradores a satán, colores neutros, sin ventanas ect ect...
Todo es muy diferente a lo que estoy acostumbrada pero no tengo miedo, de alguna forma me siento familiar con este lugar y sus monstruos.
Me acosté en la cama escondiéndome entre las limpias y cómodas sabanas de la mullida cama y rápidamente caí en los brazos de Morfeo
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-¡Despierta!¡Venga levantate!- me gritaba él maldito demonio-.
Me destapo y me tiro al suelo.
-¡Ya voy!-grite con derrota levantándome del duro suelo-.
Él demonio sonrió triunfal con su serpiente enroscada en la cadera.
-Vistete-ordeno- Te enseñare un poco por encima él Infierno, La Casa de Lucifer, él reino Del Señor de las Moscas ect como quieras llamarlo...-.
Abrí él armario y escoji un vestido aterciopelado negro y largo.
Me importaba bien poco ya cambiarme delante de alguien así que, lo hice, sin más-.
Espero poder subir mañana KAPITEL y si lo hago lo haré lo mas seguro por la noche...
