【Mafu's Kingdom】❀ utaite x fan.

♚chapter 9♚

【3.3-. Las serpientes vampiro】

Mientras Sou, Soraru, Luz, Isubokuro y Kradness buscaban a Mafu, éste era encerrado en algún otro lugar escondido del castillo. La mujer que lo había comprado estaba feliz, muy feliz. En especial, porque Machi le había prestado aquel sitio para ejercer sus actividades.

Apenas entró a la sala, vio cómo las quince serpientes que tenía se alegraron también, acercándose a ella y al individuo nuevo que estaba -por ahora- en brazos de Machi. Lo soltó, dejando que los animales se arrastraran por su pálida piel, a través de la cual se podían ver sus verdosas venas.

—Calmen, ya las voy a alimentar —les dijo la joven mujer—. Gracias, Machi-sama.

—No, gracias a ti. ¿Cuándo me pagarás? —sonrió el pelinegro.

—En cuanto tenga tiempo —hizo una pequeña reverencia al ver que el príncipe se alejaba.

Cuando se fue, tomó a una de sus serpientes e hizo que abriera la boca. La acercó al cuello de Mafu y ésta lo mordió, logrando beber algo de su sangre. Así continuó con las otras catorce. Creyó que estaba bien hacerlo entonces, mientras estaba inconsciente. Aunque, después de eso, el muchacho terminó más pálido que antes.

Luego de unas horas, la mujer salió de allí.

—Disculpe, Machi-sama. Usted sabe las razones por las que quería a ese albino, ¿cierto? —El otro asintió con la cabeza—. Entonces... ¿Puede darme algún método para que recupere la sangre más rápido?

—No sé mucho sobre eso, pero podemos pedirle ayuda a algún hechicero.

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— ¿Ya llegamos? ¿Cuánto falta? ¿Todavía estamos lejos? Me duelen las piernas... ¿Por qué no trajimos los caballos? ¡Eh, Sou! ¿Me estás escuchando?

— ¡Cállate ya, pareces mujer embarazada quejándote de todo!

—Agh. —Soraru chasqueó la lengua, y se vio obligado a continuar caminando. Olvidó decir que tenía hambre, también. No había comido nada desde la noche anterior, porque no le apeteció desayunar más temprano.

Kradness iba al mando, seguido por Isubokuro y Luz, los tres con espada en mano.

—Me hubiera quedado en el castillo... —murmuró el mayor de todos.

—Hubiese sido mejor —espetó Sou.

—No seas cruel con él, está muy sensible —comentó Luz.

Siguieron con la caminata. Ya podían ver el castillo desde donde estaban, así que eso era buena señal. El pelinegro se preguntó si llegarían antes de que se le hicieran ampollas en los pies, o algo por el estilo. Juntó toda la fuerza de voluntad que tenía, dejando el dolor en la mente. Digamos que resultó.

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Mafu despertó un poco mareado. Le dolía el cuerpo, pero en especial el cuello. Por supuesto, no sabía que quince serpientes vampiro habían puesto sus dientes sobre él para alimentarse de su sangre.

—Buenas tardes, eh... —lo saludó la mujer, pero se detuvo porque Machi no le dijo su nombre.

—Mafu —alcanzó a decir.

—Mafu-kun —concluyó la oración—. ¿Cómo te sientes?

No respondió. Ella de seguro sabía el porqué del dolor en sus extremidades, articulaciones, músculos, huesos y cuerpo en general.