【Mafu's Kingdom】❀ utaite x fan.

♔chapter 22♔

【4.5-. El hechizo del rey, parte 3】

Mientras Teru y Rin preparaban todo para ir hacia el Reino Norte en busca de Mafu, junto con Isubokuro y Soraru, Sou había decidido quedarse en el balcón de su habitación, por si el peliblanco aparecía de repente. Le molestaba, por supuesto, que hubiese tanta gente alrededor de su castillo, mas no podía hacer nada. Lo bueno era que ya algunos se habían cansado y habían vuelto a sus casas.

Marcy seguía estando al pendiente de él, a pesar de que le dijo varias veces que estaba bien. En realidad, ambos sabían que no era así, puesto que su dolor de cabeza regresó apenas supo del aparente secuestro de su co-rey. No sabía de qué se trataba, pero también le dolía un poco el pecho.

Entonces fue cuando su campo de visión notó una cabellera alba moviéndose con el viento, en medio del camino que había sido trazado hace tiempo frente al castillo. Enfocó su vista para comprobar que, en efecto, se trataba del mismo muchacho al que llevaban horas buscando. Una chispa de esperanza se posó en sus ojos: podría descansar por fin si el otro llegaba para llevar el reino por unas horas.

Se levantó, más emocionado de lo que debería, de la silla que había estado ocupando desde hace ya casi una hora; corrió por los pasillos y se encontró con Soraru, a quien le mencionó sin dudar lo que vio. Este decidió acompañarlo para asegurarse de que no fuera una simple ilusión de algún desocupado.

Por su parte, Rin ya se encontraba en la entrada, dispuesta a salir en su misión. Sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo cuando vio a su prometido llegar sobre un caballo, cual príncipe en uno de esos cuentos que su madre siempre le contaba.

— ¡¡¡Mafu!!! —gritó con toda la fuerza que pudo, y supo que fue oída cuando el mencionado esbozó una sonrisa lo suficientemente grande como para ser vista desde la lejanía.

Al parecer le dio órdenes al caballo para que galopara con más velocidad, puesto que en cuestión de segundos pudo tenerlo cerca. Él se bajó y la abrazó enseguida, pero, como siempre, algo estaba mal. Ni bien se envolvió en sus brazos, se desmayó otra vez, tomándola por sorpresa.

Justo en ese momento, Sou alcanzó a verlo y la sonrisa se borró de su rostro.

•.•.•.•.•

Tras unas cuantas horas, que no le parecieron más que minutos, Mafu despertó en su habitación. Ya tenía un poco más de energía, y quizás eso se debía a que Teru estaba a su lado en forma de peluche.

—Gracias, Teru —musitó.

—Despertaste —murmuró alguien a su lado.

El peliblanco volteó la cabeza, para encontrarse con la mirada celeste de Sou, quien estaba sentado en una silla a su lado y cerró los ojos apenas se aseguró de que estaba bien. Se sintió desconcertado y se quedó mirándolo un rato.

Se levantó con cuidado, dándose cuenta en el proceso que ya no le dolía nada. Se acercó al menor y tocó sus mejillas, descubriendo así que estaban calientes.

—Teru-san —susurró, llamando al fantasma.

Por supuesto, este tomó forma humana enseguida.

— ¿Pasó algo?

—Sou-kun tiene fiebre —dijo, alarmado.

—Ah... Creo que sólo debe descansar, ha estado así desde la mañana —explicó el más alto, levantando al castaño y dejándolo reposar sobre la cama de Mafu—. Sospecho que se debe a lo mismo que—

— ¿Ya des...? ¡Mafu! —La puerta fue abierta de forma abrupta, siendo Rin la culpable de haber interrumpido a Teru. Se acercó para darle un fuerte abrazo a su prometido—. ¿Cómo te sientes?