【Mafu's Kingdom】❀ utaite x fan.

♔chapter 14♔

【3.7-. Mentiras】

A la media noche, cuando se suponía que Teru debería estar durmiendo, el cuerpo de Mafu se pegó al suyo. Se dispuso a transformarse en fantasma para que el peliblanco tuviera más espacio en la cama, pero, antes de hacerlo, se dio cuenta que estaba caliente.

Lo tocó un par de veces, en las mejillas y en el cuello, para confirmarlo. Bajó de la cama y creó con su magia un pequeño pañuelo. Entonces recordó que necesitaría agua.

Salió con cautela de la habitación, por si había alguien cerca. Miró a todas partes antes de tomar el primer florero que encontró y sumergir el pañuelo en éste. Una vez más, de forma sigilosa, se introdujo en el cuarto y se lo colocó a Mafu en la frente.

Un poco más calmado, se sentó junto a él y se transformó en peluche.

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Como no durmió en toda la noche, Mafuteru volvió a convertirse en humano a tiempo. Tomó la mano del otro peliblanco, quien seguía dormido, e intercambió sus apariencias. Verificó que su temperatura había bajado, y se marchó.

Por alguna razón, se topó a Luz en el camino.

—Vaya, estaba a punto de ir a buscarte —dijo—. Te has estado levantando muy temprano desde ése día...

— ¡Hai! —sonrió—. Quiero mejorar.

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— ¡June-san, apresúrate, algo está pasando!

—Cállate —masculló Soraru.

Se dejó caer en el suelo, abrazándose el abdomen.

— ¡¡June-san!! —exclamó el preocupado pelirrosado que se encontraba junto a él.

La chica, entonces, apareció. Tenía húmedo el cabello morado y llevaba una toalla colgada en el brazo. Se acercó rápido a su marido, y palpó con su fría mano su mejilla. Se mantuvo así por unos segundos, hasta que el dolor pareció marcharse.

Acarició el cabello oscuro del hombre mientras él se incorporaba. Cuando estuvo más o menos sentado, apretó sus labios con los de ella y cerró los ojos.

— ¿Ya te sientes mejor? —preguntó ella, con voz suave.

—Sí...

Desde el día en el que, aparentemente, Matsu hechizó a Soraru, el último había estado sintiendo fuertes mareos, dolores de cabeza y náuseas. Lo más probable, como mencionó Gin, era que estuviera envenenado de alguna manera.

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Varias horas después, Mafu salió de la habitación para ir al baño. Sin embargo, no se dio cuenta que, al volver, el "rey" lo estaría observando. En su rostro se había dibujado una oscura sonrisa, que traía malos presagios.

Fue a ver a Luz después del almuerzo, para indicarle lo que había visto. Se suponía que a esas horas el peliblanco estaba con él.

—Entonces... ¿Estás diciendo que hay dos Mafus?

—Algo así... En realidad, yo sabía que... él tenía un gemelo. Pero no tenía ni idea de que estaba aquí —fingió sorpresa. 

La mentira que estaba armando ya era muy complicada. Si nadie lo detenía, las cosas podían seguir de esa forma y volverse una historia demasiado lejana de la realidad.

—Maldición... Debe saber esconderse muy bien, como para que yo no lo haya visto.

"Tienes la mala costumbre de creer en todo lo que te digo, para mi suerte", pensó el oji-gris.