【Mafu's Kingdom】❀ utaite x fan.

♚chapter 11♚

【3.5-. El "clan" de Soraru】

Después de haber tomado la decisión, Luz salió de la habitación, en busca de Mafu. Mantenía una extraña sonrisa en su rostro, pero terminó deshaciéndola porque, en el camino, para su mala suerte, se encontró con Sou.

—Buenas tardes —le saludó—. ¿Qué se le ofrece?

—Nada en especial... ¿Por qué preguntas? —inquirió el rey.

—O-Oh... E-Era para saber... Disculpe.

Se retiró sin decir más palabras, temiendo revelar algo fuera de lo necesario. Caminó a paso rápido hacia el sitio en donde creía que Mafu estaba. La habitación de Soraru. Esa ubicación era muy fácil de deducir, puesto que, en caso de suceder algo, el peliblanco siempre iría a buscar al mayor para alguna cosa. Después de todo, eran mejores amigos.

Tocó la puerta una vez estuvo frente a ésta. Esperó unos segundos hasta que fuese abierta, y se topó con los furiosos ojos azules del mismísimo azabache.

—Tú... —masculló éste.

—Ya tendremos tiempo para hablar sobre eso —dijo el oji-miel, enseguida, antes de ser asesinado allí mismo—. Tengo un comunicado que hacerle a Mafu.

Entró a la habitación, saludando con la cabeza a las dos chicas y al peliblanco que se encontraban ahí.

—Habla —exigió el mayor.

Luz suspiró—. Hemos tomado una decisión. A partir de ahora, Mafu trabajará en el castillo.

El mencionado inclinó un poco las cejas—. ¿A-A qué te refieres...?

—Vas a trabajar —explicó el castaño, sonriente—. Nunca lo has hecho, pero ya es hora de que aprendas. Recuerda que ya no eres el rey.

Esa última oración derrumbó todas las esperanzas de que aquello fuera una broma. La manera seria en la que su amigo hablaba también daba a entender lo mismo. En cambio, hizo que Soraru se enfureciera todavía más.

—Ya, detén esto. No es divertido —vociferó.

—Sé que no lo es, pero era necesario tomar esta decisión —replicó, con un suspiro—. Mañana empieza tu trabajo —volvió a dirigirse a Mafu—. Te espero a las seis en la cocina.

El peliblanco asintió con lentitud. A pesar de tener la mirada perdida, había escuchado sus palabras y esperaba almacenarlas en algún punto de su mente. Ese día, en concreto, fue un entero trauma. Por esa razón, cuando Luz salió de la habitación, las lágrimas se asomaron de nuevo por la comisura de sus ojos.

—Mafu, no llores —le susurró Mizuki al oído—. Estoy segura de que todo esto es un malentendido.

La princesa acercó sus dedos al rostro del muchacho y borró con ellos las nacientes lágrimas, para que así no salieran.

—Hai... Gracias, Mizuki-san —murmuró él.

— ¿Qué hacemos? —preguntó June.

—No lo sé. Agh, no soporto esto —se quejó Soraru, cerrando los ojos y tumbándose en la cama.

— ¿Estás bien?

—Sí, sólo me duele la cabeza.

Debido a la condición del azabache, June comenzó a acariciar su cabello. En ese momento, alguien se atrevió a tocar la puerta con insistencia.

—Mizuki-san, ¿por favor puedes...? —Antes de que terminase su pregunta, la princesa ya se había puesto en pie y acomodaba su vestido para después abrir la puerta—. Gracias.