CAPÍTULO IX

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Existen momentos en la vida en los que, todo lo que te rodea te incómoda y probablemente te hace querer entender las cosas de una manera distinta. Buscas encontrarle un porqué pero no lo logras descifrar. Y por el arte de la magia llegan canciones, personas, poemas, instantes de una estrella fugaz que encaja perfectamente a ti.

Evité decirle cualquier cosa a Adán, todas las palabras habían desaparecido de mi espacio gravitacional. Él me había enviado varios mensajes y todos los ignoré. Apagué el celular y me limité a leer poemas.

Ayer encontré un fragmento titulado "termina de irte –somos letras" Aquí dejo un fragmento:

"Dibujo una línea atemporal color gris que representa nuestra historia, y rebusco tratando de hallar el punto en el que el hilo que cosía nuestras heridas se rompió mandándonos por senderos opuestos, en este mundo cuadrado que nos arroja al vacío cuando llegamos a la orilla."

Aún no estábamos heridos, ni siquiera lo estaríamos. Sólo nos alejaremos un poco, UN POCO, menuda mentira.

No tenía ganas de verlo al día siguiente, ¿tenía que actuar normal hasta que él me lo diga?

Mi mamá entró al cuarto.

- El viernes que te llevé con Vania ibas algo seria, ayer te la pasaste pintando y en esa computadora, ¿hoy harás lo mismo? Dime qué sucede –me dijo algo seria.

- ¿Aún tienes ganas de emocionarte escuchando mi historia con Adán? –le dije desganada y juguetona.

- Ya veo por donde va la situación. ¿vamos por el café que me prometiste? -me dijo sonriente.

- Vamos –le respondí devolviéndole la sonrisa.

Comencé a arreglarme, no tenía muchas ganas así que, solo me puse unos jeans y una blusa lisa negra junto a unos tenis negros. Todo mi cabello lo recogí en una coleta.

- Listo –le dije a mi mamá sonriente

- Muy bien –dijo saliendo de la casa y dirigiéndose al auto.

Llegamos a un pequeño local de postres y nos sentamos en una de las mesas del fondo, lejos de la ventana. Todo era tan diferente, no era un local pintado de negro, no vendían donas, ni estaban esas almohadas con frases, no se oía música moderna de fondo, no llevaba un libro, no era mi mesa, no estaba Adán, no era a lo que estaba acostumbrada, y no, no me gustó nada estar ahí viviendo sin él.

Pedimos un café y un pastel de chocolate.

- Y bien, cuéntame –me dijo mi mamá con cierta curiosidad.

Le platiqué la historia de la misma manera que se la había contado a Vania.

- ¿De todo eso me perdí? Ahora veo porque venías tan feliz de regreso de la feria de ciencias, y ahora entiendo porque siempre pones esas canciones. –dijo mi mamá risueña –ahora dime lo malo, ¿por qué has estado así?

Le conté lo de la beca y lo que me había dicho Vania al respecto.

- ¿cómo enfrento esto? –le dije algo triste.

- Bueno, tienes la perspectiva de Vania, lucha por él, yo digo que te esperes a que él te lo diga, son sus planes y quizá sus oportunidades, él sabe lo que hace y muy probablemente a quién se lo cuenta. Eres parte de su vida, te lo dirá, sólo se paciente. –lo dijo con tanta serenidad que me pregunté cómo era eso posible.

Tenía que encontrar la manera de esperar.

Terminamos nuestros postres y mi mamá pidió la cuenta. En seguida nos fuimos a la casa, yo subí a mi cuarto le dije que quería seguir pintando hasta que mi papá llegará.

Por fin encendí mi celular y vi la hora 6:29. Entré a mi cuarto y empezaron a llegar todas las notificaciones. Tenía 7 mensajes de Adán.

>>Altaira, muy buenos días<<.

>>¿Me harás la ley del hielo?<<.

>>¿Está todo en orden?<<.

>>¿Hice algo para merecer tu "ignorar"?<<.

>>¿Altaira?<<.

>>Maldición, tenemos que hablar. Leo me ha contado lo que ha pasado<<.

>>¿Mañana podemos hablar?<<.

¿Tenía que responder? Y de ser así, ¿qué le decía?

>>Lamento no haber contestado antes, tuve una tarde madre-hija y apagué mi celular. A eso no se le llama ley del hielo jajaja. Y claro, mañana podemos hablar. Ultimadamente creo que, todos los lunes, martes, miércoles, jueves y viernes hablamos. ¿No?:)<<.

Quizá el decirlo de esa manera le quitaría un poco de tensión.

>>¿Estás de broma? Creí que estarías furiosa, que en cuanto vieras mis mensajes me contestarías con odio, tal vez hasta un visto, leído. Y en su lugar creo que ha sido peor, me contestaste como si no te importara, como si no te doliera, como si a mi Galaxia no le afectara. Vaya manera la tuya de hacer sentir mal. <<.

Creí que era una manera de alivianar el tema pero no, ahí está Adán, gritando a pulmón que exige odio.

>>No veo porque odiarte. Confío en ti. Mañana hablamos, lo entenderemos:)<<.

>>¿Ahora eres tú quien tiene el control? Aprecio tu interés por pacificar las cosas. Linda noche, Galaxia<<.

>>Buenas noches<<.

>>...<<. Puntos suspensivos. Sólo eran puntos suspensivos, sólo era un suspenso, sólo eran nada en una Galaxia de todo, sólo era yo quien no sabía qué decir mientras que él seguía su vida en un abrir y cerrar de ojos.

La galaxia y luego yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora