capitulo 12

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Bueno chicas y chicos (si es que hay hombres leyendo) hoy Domingo traigo ya el capitulo final de esta hermosa historia. Recuerden que es una adaptación del libro "SEGUNDAS OPORTUNIDADES " de  LINDA HOWARD

No Hay epilogo. 

Recuerden los personajes mencionados en esta historia son obra de JK Rowling, y la historia no es mia. Todo esto sin animo de lucro


Doce

Cuatro horas y media más tarde, después de que el avión despegara con retraso de Los Ángeles, realizara el vuelo con excesiva lentitud y Harry tuviera que abrirse paso entre el tráfico desde el aeropuerto hasta el hospital que la señora Figg le había indicado, se acercó al mostrador de la enfermera de la planta de maternidad.

Hermione estaba dormitando, mientras Luna leía en silencio una revista. Tanto Hermione como el bebé estaban en estrecha observación, pero pasaba el tiempo y no ocurría nada, aunque las punzadas se repetían cada vez con más frecuencia. Estaban en una habitación individual; había una televisión en la pared y habían visto las noticias de la tarde y el episodio de una comedia televisiva. Hermione pensaba que Harry ya debería haber llamado, pero quizá lo estuvieran reteniendo en la oficina. Después de todo, había una diferencia horaria de dos horas.

Harry entró en la habitación y Luna alzó la vista. Abrió los ojos de par en par y se puso en pie.

-¿ y tú de dónde sales?

-De Los Ángeles -contestó, y torció los labios con momentáneo regocijo-. Tomé el primer avión que salía para Dallas cuando la señora Figg me dijo que Hermione había entrado en dolores.

Hermione parpadeó y lo miró todavía somnolienta; de pronto, se despertó por completo.

-¡Harry! ¡Has venido!

-He venido -dijo con suavidad, y le dio la mano.

-Te llamé al hotel y te dejé un mensaje.

-Lo sé, la señora Figg me lo dijo. También he hablado con la doctora Easterwood. Estaba asustado, temía que algo hubiera ido mal porque el bebé llegaba con dos semanas de adelanto, pero dijo que todo iba bien.

-En realidad, todavía no estoy con dolores, solo lo intento, pero la doctora quería que ingresara en el hospital para tenerme vigilada.

Qué hermosa era, pensó Harry. Tenía el pelo castaño retirado de la cara, recogido en una única trenza larga. Tenía los ojos luminosos y límpidos, de un suave color miel, y las mejillas enrojecidas. Llevaba uno de los sencillos camisones que había estado usando en casa y parecía que tuviera catorce años; desde luego, no lo bastante mayor para tener al bebé que creaba el bulto bajo la tela. La besó con suavidad.

-Ya que estás aquí, voy a bajar a la cafetería a tomar algo -dijo Luna alegremente, con la clara intención de dejarlos solos.

Pero, cuando lo estuvieron, resultaba difícil decir nada. Harry siguió sosteniéndole la mano, deseando que ya hubiera terminado todo, que Hermione no tuviera que afrontar el parto. No quería que sufriera en ningún sentido, ni siquiera por el dolor natural de tener un hijo. Por fin, inspiró hondo.

-No iré al paritorio contigo, pero te estaré esperando.

-Saber que estás aquí es lo único que necesito -dijo Hermione, y así era.

Su hija nació doce horas después, tras un parto relativamente fácil.

-¡Es una ricura! -exclamó la doctora Easterwood, mientras dejaba al bebé en los brazos de Hermione-. ¡ y qué pelo más negro!

Una nueva oportunidad (Harry y Hermione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora