#5 Fiesta, alcohol y Alex

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Jamás había creído en las casualidades de la vida, si algo tenía que pasar, pasaba. No por obra del destino ni nada parecido, si no como no como un efecto colateral de sucesos que se desencadenaban en lo que debía suceder. Nada era ni ocurría por arte de magia.

Encontrarme a ese tío en todos los lados posibles que me imaginara solo era una mala racha.

El taxi me dejó en la puerta de la casa, «mansión». La fiesta había comenzado hace bastante, por lo que parecía. Gente en suelo dormida, pubertos vomitando, y más de la mitad de la gente compartiendo saliva con algún desconocido que habría encontrado en ese lugar. En fin, panorama de fiesta.

No me colaba muy a menudo en esta clase de fiestas, lo mio eran las presentaciones en bares tranquilos. Así fueran de mi banda o alguna otra que me tomaba el privilegio de ir a oir. Ron en vasos de cristal y gente que no tenia relaciones sexuales en cualquier parte, gente que no abusaba de las drogas hasta perder el conocimiento y mujeres que, si bien se acostaban con todos, no estaban en un completo estado de ebriedad como para no recordar que no uso condón a la mañana siguiente y encontrarse con ronchas de sifilis en sus genitales.

En esta clase de fiestas los vasos de plástico y adolescentes inconscientes.

No sabía muy bien porque me habían entrado ganas de ir a una fiesta como esta, de seguro era la falta de una. Contaba varios meses de no salir así. Y menos sola.

Si creía que el patio delantero estaba lleno de gente, era porque no había visto la multitud dentro de la casa. Caminar no era una opción en ese espacio reducido por la gente. Como pude llegue a la cocina, por un vaso de vodka. Las parejas se encontraban en la cocina, así que aproveche a "robar" una botella entera de vodka de frambuesa, mi favorito.

A lo lejos divise a Tony, mi sonrisa se ensanchó, hasta que una chica se corrió y me permitió ver que Tony venia con compañía. La tipa venía colgada del brazo de Tony y el la miraba como si fuera una estrella solitaria en un cielo oscuro. La mirada depravada de la zorra recorría cada cuerpo masculino que se cruzaba por su vista. Puta. Esa clase de persona no se merecía a ningún Tony en su vida.

El cruzo su mirada con la mia y enseguida agitó su mano saludandome con una amplia sonrisa. Sus pies arrastraron a la zorra y vino hasta mi. La soltó y me estrechó entre sus brazos.

- Val, no esperaba verte en esta clase de lugar. ¿Estas sola? - La zorra me miro con disgusto.

-Si Tony, me hace falta algo de música.- Mire de reojo a la chica que tiraba de la camisa de Tony sin sacarme los ojos de encima y lo miró con ojos furiosos.

-Valerie esta es Bett, Bett esta es Val mi mejor amiga.

La anorexica me extendió la mano, llevaba por lo ocho anillos. Muy caros. Levante la mano y la salude con un apreton, hizo una pequeña mueca de dolor. Vamos, si no había hecho fuerza.

- Estamos esperando al amigo de Bett, creo que esta noche haremos pareja los cuatro.- Tony rió.- Te lo voy a presentar Valerie, no puede ser que todavía no me hayas presentado ni un solo cuñado.

Bett se soltó de la mano de mi amigo para corre hacia un muchacho alto, rubio, muy delgado, la barba rubia crecía en sus marcados contornos y los ojos, pero que clase de ojos eran esos?. ¿Verde?¿Gris?¿Ambos? El muchacho besó a Bett en la mejilla y se acercó a Tony para apretarle la mano y palmear su espalda. Su vista viejó a mi.

-Alex, un gusto.- Extendí mi mano y este la tomo, justo cuando iba a estrecharla se la llevó a los labios y dejó un beso en ella. Pero que cursi era este tio.

-Valerie, y así como cuando me beses otra vez la mano te pateare el culo.- Retiré con brsuquedad mi mano de su boca y el y Tony rieron con fuerza.

Black Beauty ☾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora