#15 Polos opuestos

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Siempre fui una chica sociable. El mal humor no me invadía muy a menudo y era algo que agradecía. Le sonreía a los problemas y solía resolver los problemas ajenos.

Stephen me superaba. Su personalidad era completamente la opuesta a la mía. Esta bien, los dos insultabamos como el infierno, pero su barrera de protección para socializar realmente me superaba. Con tan solo tenerlo dos segundos cerca me entraban ganas de chillar y patalear como una niña de 5 años caprichosa. Era realmente irritante.

Una hora marcó el despertador. Había estado una hora intentando reunir las piezas de la noche anterior; pensando como sacar el fornido hombre que se recargaba en mi cintura y envolvía sus piernas en las mías. Al contraste mio, sus manos y pies estaban tibios. Con algo tenía que compensar su mirada gélida.

Lo primero que inspeccioné era si ambos ibamos vestidos. Para mi suerte si lo estabamos. Yo traía un short deportivo y una remera que no reconocía, y el estaba vestido de la misma forma.

Intenté moverme varias veces pero solo lograba que su cuerpo se retorciera un poco más y me envolviera con más fuerza. Estaba caliente. ¿Que cojones había pasado por su cabeza al traerme a dormir con él?¿Acaso no podía dejarme tirada en la puerta de mi departamento? Hubiese sido una idea mucho mejor. Mi mente divagó a la noche anterior. Sus manos, ahora quitas, vinieron a mi mente.

Giré mi cabeza y lo vi respirar pausadamente. Su rostro estaba relajado, parecía completamente en paz. Incluso se veía menos amenazante. Su cabello estaba despeinado y olía a menta y a lluvia. Sentía su pecho subir y bajar en mi espalda. Intenté removerme una vez más pero solo conseguí quedar en una posición más incomoda, su erección matutina se pegaba a mi espalda baja. Corrí mi trasero para evitar el contacto y lo oí gruñir. Uno de sus ojos se abrió para volver a cerrarlo y gruñir. Me apretó con más fuerza, y luego se tensó, me encontraba inmóvil viendo cada uno de sus movimientos. Sus ojos se abrieron del todo y me soltó, casi llegó a empujarme de la cama. Un bostezo se escapó de sus labios, pero lo reprimió. En seguida se levantó y se desperezó, se veía precioso, natural, como si hubiese salido de una revista. Salió de la habitación y escuché la puerta del baño cerrarse, y luego abrirse.

-Hay café y tostadas en la cocina.- Su voz ronca llenó mi oídos. Me pregunté si esta sería la sensación de despertar junto a una persona todos los días. No me había sentido tan extraña cuando desayuné con Alex. Ni había sentido comodidad en sus brazos por la noche.

Recordé la pesadillas. No había tenido una esa noche.

La puerta del baño se abrió y Stephen sin camiseta me sorprendió en la cocina encendiendo la cafetera.

-Gracias.- Me miró sin expresión.- Por lo de anoche. Ese tipo esta enfermo.

-Te vez más bonita cuando no estas interrumpiendo el silencio. Como cuando duermes.- Me congelé frente a su comentario.- Además si te callaras seria más fácil cumplir el trato.- Y ahí estaba el Stephen real. Abrió la nevera y sacó jugo.- Deberías verte el rostro te vez fatal, si no salvaba tu culo iba a violarte de veras.- Sus movimientos eran rígidos y su neutra.

-Gracias.- volví a repetir inconscientemente.

-Como sea, no te ha salido gratis. Me debes una.

-¿Dónde...ha quedado mi ropa?- ¿Por qué era tan difícil hablar con el?

-En mi habitación.- Se tiró en el sofá y encendió la televisión. Caminé hasta su carto y tomé mis cosas para ir al baño. No quería seguir estorbando.

Mi imagen en el espejo me hizo sobresaltar. Toda una parte de mi rostro estaba de color violaceo he hinchado. Tenía un derrame en el ojo. Maldito hijo de perra.

Me vestí y chequee mi teléfono antes de salir. No tenía llamadas de nadie. ¿Es que no les importo que no me han llamado? Habíamos quedado en que yo iba a ir a el estacionamiento. Me cabree. Tomé mi chaqueta y mi móvil y salí de baño.

-Gracias otra vez.- Solté sin ganas y me fui sin decir más. Estaba realmente enojada.

Mis nudillos golpetearon con fuerza la puerta del departamento de Luke. Me recibió en ropa interior y con cara de sueño.

Maldita sea había faltado al trabajo. Mi mundo se fue al caño.

-Maldito hermano inservible.

-Wow Valerie mira tu rostro. El tatuado dijo que estabas mal pero no pensé que era así. - ¿El tatuado?¿Qué coños?

-¿De quién hablas?-Metí mi cuerpo en su departamento.

-Vamos, ya me he enterado que andas de romántica con el vecino sexy de arriba. Nos contó lo que sucedió con Maxxie- Un sabor agrio invadió mi boca. Luke se rasco la nuca.- Es un hijo de puta, no creía que fuera así. Y si no hubiera sido por ese hombre todo musculoso.- No estaba de humor para las bromas de Luke.- estarías tirada en una zanja. Deberías comprarle un ramo de rosas o chocolate.- Abrió una cerveza y me lanzó una a mi.- Salvo tu culo y se encargó de todo, ha llamado a tu trabajo para explicar lo que sucedió.- Me quedé boquiabierta. ¿Stephen había hecho eso?-

-Bien Luke, necesito un baño. ¿Llevaron a Jessi a su Casa?

-Esta durmiendo en arriba, en el departamento de Tash, se han llevado bien.

-Genial, voy por un baño. Nos vemos luego.- mi hermano despeino mi cabello y beso mi cabeza.

-Te quiero, ponle hielo a esa cara.

-Te quiero hermano inútil.

Hablé por teléfono con Ralph y le expliqué las condiciones de mi cara, dijo que no habría problema eb que faltara hasta la semana entrante, bromeó con que no quería que yo rompiera con la estética del lugar y colgó.

Tenía el día libre. Mañana debería acompañar a Jessi al médico.

Mi móvil vibró y recibí un texto de Tony. Agh espero que haya terminado con esa perra.

Val, esta noche en tu casa, pizza, tu, yo, Alex y Bett. ¿Te parece?

¡Bett! ¡Que emocionante!

Claro, sólo traela con bozal por favoe. A las 8 en punto Tony.

Compré lo necesario y a las 8 en punto Alex llegó con una botella de vino y su precensia.

-Haré la pizza yo.- Sentenció. Era arrogante, pero no de una forma irritante, sólo justo de seguridad.

-No voy a oponerme, así que no uses el tono autoritario.- lo señale con un dedo y abrí la puerta a Tony y Bett.

La noche estuvo bien. Cada vezque Bett decía una estupidez Alex la molestaba y Tony reía con nosotros en muchas ocasiones. Lo cual la ponía furiosa. Lo cual era musica para mi oídos.

Tony y su chica se fueron y luego Alex se despidió con un beso en mi frente y prometió enviarme un texto en la mañana.

Debería no ser estúpida y aprovechar a ese chico. Era guapo, divertido y carismático. Era un buen partido. Pero había algo que no me dejaba interesarme por el.

Y por más que lo negara y no lo quisiera admitir sabía lo que era. Era mi vecino de arriba, era Stephen y si inexistente interés por mi y su estúpido rostro y la estúpida electricidad.

Iba a darle un mes. Iba a ver que sucedía en un mes. Si el seguía sin un mínimo interés entonces seguiría adelante con Alex. No iba a enamorarme pltonicamente de un hombre que jamás iba a desearme.

Sí, eso iba a hacer.

Black Beauty ☾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora