Capítulo 64

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Caminé por el callejón Diagon mirando con cautela a mi alrededor. Convivir con mi prima me estaba afectando y cada día estaba un poco más paranoica sobre mi seguridad, tanto que ahora yo me debía ver igual de loca que ella. Pero bueno, como dice Remus siempre: mejor prevenir que lamentar. No vaya a ser cosa de que Voldemort se aparezca enfrente de mí y me mate en un santiamén.

Me reí por dentro. Sí, de seguro parecía una loca.

Caminé un poco más por entre la gente (que no era mucha) hasta que vi a dos hombres altos con cabellera pelirroja. Ya no había forma de decirles chicos, a esta altura del partido eran ya unos hombres. Ambos estaban charlando en la puerta de la heladería de Florean Fortescue esperando a alguien. Fred me estaba dando la espalda pero en cuanto George me vio acercarme y sonrió, se dio vuelta para mirarme él también. Le sonreí a los dos y me abalancé a abrazarlos. Me recibieron con los brazos abiertos ellos también y no dudaron ni un segundo en turnarse para darme un abrazo tan fuerte que hasta levantaba mis pies del suelo.

— Los extrañé —dije cuando por fin me soltaron.

— Fueron... ¿Cuánto? —Preguntó George— ¿Tres semanas?

— Menos que eso —agregó Fred.

— ¿Y qué? —Me crucé de brazos— ¿No puedo extrañarlos igual? —Ambos negaron con la cabeza— ustedes también me extrañaron. No se hagan los tontos.

— Ey, George —Fred le dio un codazo— me parece que ahora Isa lee mentes —su hermano se rió.

— Sí, sí —rodé los ojos y entré dentro del negocio, seguida de ellos dos— tengan cuidado con lo que piensen porque lo sabré todo —me giré sobre los talones— absolutamente todo —remarqué la palabra. Fred y George se quedaron quietos mirándome, como para verificar que en realidad aquello seguía siendo un chiste. O quizás estaban pensando en algo obsceno en estos momentos porque de verdad creían que yo leía mentes y eso me hubiera escandalizado. Como seguían sin moverse, decidí hablar— es broma.

— Ah, qué alivio —murmuró Fred— podrías haberte encontrado con pensamientos desagradables en mi mente. Desagradables para ti, claro, no para mí.

— Fred —puse una mano en su hombro— no aclares que oscurece.

— Vayamos a la terraza —dijo George encaminándose hacia las escaleras. Yo lo seguí por detrás junto a Fred. Había un par de adolescentes y una pareja allí. Aunque la heladería no era muy grande hoy había lugar hasta para elegir mesa. George se acercó a una que estaba sobre el balcón que daba al callejón y se sentó en una de las sillas. Yo me acomodé frente a él esperando a que Fred tomara asiento junto a su hermano.

— Yo creo que voy a ir abajo a pedir un helado —dijo dudando en sentarse— ¿Quieren algo ahora?

— Yo quiero un helado de frutilla —contesté.

Una Black de ojos violetas ➳ (George Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora