Capítulo 20

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El día siguiente estuvo tranquilo

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El día siguiente estuvo tranquilo. George y yo nos pusimos mimosos todo el tiempo, jugamos un rato en la nieve, tuvimos una cena "romántica" los dos solos en la cocina con los elfos. Sí, muy romántico la verdad. Y por la noche dormimos juntos en su habitación.

El problema era que nos habíamos olvidado del pequeño detalle de que a la mañana siguiente llegaban todos los alumnos otra vez, y eso significaba...

¡Isadora y George están juntos! —gritó James entrando en la habitación como un torbellino.

— ¿Qué? ¿Qué sucede? —dijo Sirius revoleando su equipaje cerca de su cama. Me refregué los ojos y agarré las frazadas para taparme hasta el cuello.

Qué vergüenza.

— La parejita feliz —dijo Peter sentándose en su cama. Remus entró por último, me dirigió una sonrisa y se quedó parado cerca de la puerta.

— Isa tenemos que hablar —dijo Sirius agarrándome del brazo.

— ¿Ahora? Recién despierto.

— Sí, ahora —dijo intentando sacarme de adentro de la cama. Me solté de su mano.

— Bueno, espera, en un rato ¿Puede ser? —dije nerviosa.

— Pero es urgente —suplicó él.

— ¿Qué están tramando ustedes dos? —preguntó James desconfiado.

— Lo mismo me pregunto —dije confundida.

— ¿Por qué hay tanto ruido Isa? —murmuró George aún dormido. Quien parecía no haberse dado cuenta del desastre causado por sus compañeros de cuarto.

— Vamos, ven —dijo Sirius agarrándome otra vez, quise soltarme pero no pude— no te resistas.

— Sirius basta —murmuré mirando incómoda a los otros tres chicos— no me hagas salir ahora.

— ¿Pero por qué no? —preguntó confundido el chico de ojos grises. Le hice unas señas para que se acercara aún más. Me soltó el brazo y acercó su oreja a mi boca.

Estoy en ropa interior —le susurré en el oído. Sirius se reincorporó con firmeza y me miró sorprendido para luego estallar en risas. Me sonrojé pero por suerte nadie lo había notado.

— Salgamos unos minutos —dijo llamando a sus amigos con las manos. Todos se fueron de la habitación confundidos y apenas se cerró la puerta busqué mi ropa para cambiarme a la velocidad de la luz.

— Isa quédate un rato más —murmuró George todavía con los ojos cerrados— tengo frío.

— No puedo Georgie, tengo que hablar con Sirius unos minutos —dije terminando de ponerme el pantalón. El chico se sentó en la cama y miré su lindo y descubierto pecho lleno de pecas.

— ¿Sirius? —preguntó confundido.

— No sé qué quiere —me encogí de hombros y comencé a atar mis zapatillas— tal vez despedirse de mí.

Una Black de ojos violetas ➳ (George Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora