El día siguiente estuvo tranquilo. George y yo nos pusimos mimosos todo el tiempo, jugamos un rato en la nieve, tuvimos una cena "romántica" los dos solos en la cocina con los elfos. Sí, muy romántico la verdad. Y por la noche dormimos juntos en su habitación.
El problema era que nos habíamos olvidado del pequeño detalle de que a la mañana siguiente llegaban todos los alumnos otra vez, y eso significaba...
— ¡Isadora y George están juntos! —gritó James entrando en la habitación como un torbellino.
— ¿Qué? ¿Qué sucede? —dijo Sirius revoleando su equipaje cerca de su cama. Me refregué los ojos y agarré las frazadas para taparme hasta el cuello.
Qué vergüenza.
— La parejita feliz —dijo Peter sentándose en su cama. Remus entró por último, me dirigió una sonrisa y se quedó parado cerca de la puerta.
— Isa tenemos que hablar —dijo Sirius agarrándome del brazo.
— ¿Ahora? Recién despierto.
— Sí, ahora —dijo intentando sacarme de adentro de la cama. Me solté de su mano.
— Bueno, espera, en un rato ¿Puede ser? —dije nerviosa.
— Pero es urgente —suplicó él.
— ¿Qué están tramando ustedes dos? —preguntó James desconfiado.
— Lo mismo me pregunto —dije confundida.
— ¿Por qué hay tanto ruido Isa? —murmuró George aún dormido. Quien parecía no haberse dado cuenta del desastre causado por sus compañeros de cuarto.
— Vamos, ven —dijo Sirius agarrándome otra vez, quise soltarme pero no pude— no te resistas.
— Sirius basta —murmuré mirando incómoda a los otros tres chicos— no me hagas salir ahora.
— ¿Pero por qué no? —preguntó confundido el chico de ojos grises. Le hice unas señas para que se acercara aún más. Me soltó el brazo y acercó su oreja a mi boca.
— Estoy en ropa interior —le susurré en el oído. Sirius se reincorporó con firmeza y me miró sorprendido para luego estallar en risas. Me sonrojé pero por suerte nadie lo había notado.
— Salgamos unos minutos —dijo llamando a sus amigos con las manos. Todos se fueron de la habitación confundidos y apenas se cerró la puerta busqué mi ropa para cambiarme a la velocidad de la luz.
— Isa quédate un rato más —murmuró George todavía con los ojos cerrados— tengo frío.
— No puedo Georgie, tengo que hablar con Sirius unos minutos —dije terminando de ponerme el pantalón. El chico se sentó en la cama y miré su lindo y descubierto pecho lleno de pecas.
— ¿Sirius? —preguntó confundido.
— No sé qué quiere —me encogí de hombros y comencé a atar mis zapatillas— tal vez despedirse de mí.
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Una Black de ojos violetas ➳ (George Weasley)
FanfictionEl día que Isadora Joanne Black vino al mundo, no sabía con lo que se iba a encontrar. No sabía que la magia corría por sus venas, ni que sus aventuras serían las más alocadas. No sabía que conocería gente maravillosa en el camino, ni sabía que perd...