Una navaja y una sutura (Talon y Kayle)

Wonderwall.

Eran las 4 de la madrugada y todavía daba vueltas en la cama, su hermana intento convencerla que regresara para descansar, por otro lado Sarah también pretendía quedarse a su lado pero alrededor de las 2 Zed se la llevo arrastrando sin lograr que ella se moviera de su asiento. A las 3 am el cirujano le ofreció compartir la habitación, y tuvo que aceptar.

Le iba a ser imposible dormir, por un lado estaba preocupada, y los ronquidos de su compañero no le permitían conciliar el sueño, pero no se podía quejar, demasiado bueno había sido en toda la situación y su cansancio era muy notorio.

Con mucha suerte llego a dormirse alrededor de las 5, para cuando escucho la alarma del doctor a las 8:30 que le indicaba que en media hora terminaría su guardia.

El cuerpo le dolía, tenía la vista nublada e incluso su voz estaba más gruesa y le incomodaba su garganta, torpemente se levantó y se colocó sus zapatillas.

-¿Habrán noticias?-

-No lo creo, Kayle lo adormecieron, en un par de días va a despertar por el momento es mejor mantenerlo así...- Un poco triste tuvo que asentir. –Lo que te recomiendo es que vayas a dormir, sé que no me hiciste caso y pasaste toda la noche despierta-

-No, dormí un par de horas, pero hoy me hacen los estudios, necesito estar aquí...-

-Ven a la tarde, yo estaré presente, no me corresponde pero hay algo que me preocupa- le señalo la herida –tendré que cambiarte esa venda, volviste a sangrar- nuevamente la desinfecto y cambio las gasas –en la tarde te diré si es una cirugía sencilla o más compleja, parece que te ha perforado una vena es raro que hayas sangrado de vuelta-

-Puede ser, ¿podemos verlo? Por favor... Me iré a mi casa y volveré a la hora que me diga pero quiero verlo...-

-Bueno pero unos minutos- Solo pudo pasar para saludarlo, cuando salió al pasillo el doctor la esperaba –te alcanzo a tu casa... Espérame que debo avisar- lo espero en la recepción, una señora junto con su marido la observaron con repugnancia, cuando cayó en cuenta de la realidad su suéter verde tenía una gran mancha de sangre, incluso la manga izquierda que tenía el agujero y también estaba manchada.

Llego a su casa, aún era un desorden de la noche anterior, pero no le dio importancia, se limitó a ingresar al baño, cuando se observó al espejo se dio cuenta del horror que era, un zombi era más estilizado que ella, la cara pálida con dos ojeras purpuras, sus ojos escarlata, el cabello despeinado y la ropa sucia, no solo por la sangre sino que también le quedo una gran marca de su vomito. Sin pensarlo dos veces se metió a la ducha no solo para asearse sino para relajarse, posterior a un encuentro con su cama.

Durmió toda la mañana, hasta las 14 horas, de no ser por su querido amigo el estómago habría gozado de una hora más de sueño.

Llevaba unas 12 horas o más en ayuna, por lo que arraso con lo primero que encontró, en la heladera no había muchas cosas, y no tenía ganas de preparar comida por lo que opto por empezar con un café con leche y pan con manteca, hasta comer algo más consistente en unas horas.

Shen la había citado a las 16, para hacerle la tomografía, todavía le quedaba tiempo y decidió ordenar su departamento y limpiarlo. Morgana le escribió para preguntarle cómo estaba y si todavía seguía en el hospital, le conto todo y sugirieron acompañarla.

-No almorzaste nada? Kayle te va a hacer mal...- La regaño.

-Ya lo sé, pero necesitaba comer algo exprés... No iba a aguantar hasta que terminara de cocinar algo...-

-Bueno las invito por una buena merienda en cuanto salgamos-

-Si!- Dijo la morocha feliz.

-Gracias Varus- entraron al hospital y se dirigieron a la parte de imágenes. –Morgana hasta aquí me acompañas...-