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—Candy te ves hermosa— exclamó Annie Britter a su mejor amiga, viéndola de pies a cabeza, admirando el esplendor de la belleza que poseía. 

—Muchas gracias Annie— respondió la joven ruborizada, sonriendo con sinceridad. Ya que ese día era la celebración del baby shower organizado por la morena y Patty. 

—Annie... No sabes que hermosos adornos— dijo la rubia admirando todo el salón de la gran mansión Andley— ¿Donde está Tom?

—No lo sé... 

—Iré a buscarlo— respondió dirigiéndose en busca de su esposo. Y como hacia mucho tiempo no era, dejo tras de sí una alegría inmensa en los corazones de Annie y Albert que habían admirado las últimas semanas, cómo la vivacidad volvió a llenar la vida de la joven. 

—Me reconforta el verla nuevamente sonriente, no podía soportar como sus ojos estaban inundados en una profunda tristeza. Ya han pasado tres meses desde que él murió y la veo muy recuperada desde que llegó aquella carta... Nunca me quiso decir quién la dirigía...— comentó Annie a Albert. 

—Ella sabrá... Pero tienes razón, cambió repentinamente su carácter, gracias a Dios. Tiene ocho meses de embarazo y creo que llegará sana al último mes— Albert sonrió de tan solo pensar que faltaba un mes para tener en sus brazos al primer hijo o hija de la mujer a quién consideraba como una hermana menor. 

—¿Quién falta por llegar?— preguntó la morena. 

—Los Legan. 

—¿Les enviaste invitación?— cuestionó la muchacha con expresión de horror. 

—Fue una petición de la Tía abuela— respondió el hombre con una cara de resignación, ya que tampoco era de su total agrado el tener que soportar la presencia de aquellos miembros de su familia. 

—Esta bien...  Bueno mientras llegan, vamos a ir por Candy y Tom para sentarnos— dijo el rubio mientras guiaba a Annie hasta el sofá. 

Albert no tardó en hallar a los esposos que hablaban tranquilamente sobre la excelente organización que realizó Annie en cuanto al evento. 

Se escucho unos delicados golpes en la puerta, y de inmediato Dorothy se dirigió a abrir la gran puerta; de la cuál ingresaron los cuatro miembros de la familia Legan. Que fueron invitados a pasar hasta la sala por la tía abuela. 

—Y bien Candy... ¿Como le pondrás a tu bebé si es niña?— preguntó Patty a su amiga que irradiaba felicidad mientras era tomada de la mano por su marido. 

—Esmeralda...

—...White— completo Tom sonriendo emocionado. Y se escuchó como una leve tos sonó en la estancia, era Eliza que quería llamar la atención— En honor de su madre. 

—¿Y si es niño?— ahora era la hora de preguntar a Albert. 

—William, como su abuelo— respondió la joven sonriendole pícaramente a Albert. 

 Las sonrisas inundaron la estancia. Pero fueron aplacadas con la palabra que tomo Tom. 

—Annie, Archie... Candy y yo queremos pedirle a ustedes que sean los padrinos de nuestro primer hijo.— dijo el joven ayudando a su mujer para que se pusiera de pie. 

—Tom tiene razón, ustedes han sido muy buenos con nosotros y creemos que lo justo es que apadrinen a nuestro bebé— recalcó Candy sonriendole a sus amigos. 

Mañana es para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora