Adversario

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    El día pasó lento. Tenía que aguantar las miradas de los demás, los mensajes de texto, los comentarios y los cuchicheos. Sentía que iba a explotar de un minuto a otro y lo único que quería era acabara de una manera digna. Me estaba ahogando con cada segundo que pasaba, resistía lo más que podía pero el cólera estaba consumiéndome. Quería ir a enrostrarle lo que estaba convirtiendo mi vida. Si él quería arruinar la suya, perfecto, su problema, pero que conmigo ni siquiera se atreviese a cruzar la línea.

Necesitaba una distracción. Claramente en ese colegio de porquería no se encontraba la escapatoria. En casa tampoco, ya que estaba obligada a sonreír sin motivo alguno para calmar a mamá y sus suposiciones. Y los lugares se limitaban a esos dos. Últimamente mi vida social estaba disminuida solamente a la existencia. Sería más sencillo si cierta gente desapareciera del marco de las acciones que tomo: buscar distracciones para no permitir que Minho siga haciendo lo que quiera conmigo, aparentar a diario, sonreír todos los días a la fuerza para que mamá crea que lo olvidé.

¿Cómo olvidar si es algo que está ajeno a tus propias decisiones?

Sonó el timbre de clases y salí con un "Adios Cara" de parte de Amaira que me hizo sonreír levemente, sin embargo no lo suficiente para olvidar mi cólera.

Con actitud guerrera comencé a desplazarme por los pasillos que me dirigían a la salida del establecimiento, buscando evitar todo contacto con la gente, pero era casi imposible. Unos hacían ojos de chino con sus manos y emitían ruidos extraños, otros reían, los menos valientes simplemente miraban. ¿Es racismo o simplemente porque quieren molestarme? Humillante más para ellos que para mí.

Unos chicos me tiraron del brazo a la fuerza. Volteé mirándolos desafiante, sin ganas de huir, solo de entrar a la lucha. Creo que estaba demasiado enfurecida con todo, con el tiempo, con mis amigos, con mi vida, que el papel de la victima o la dominante me importaba poco. A diferencia de antes.

- ¿Dónde estabas nena?-dijo uno de ellos.-Te tenía un pedido que hacer.

- No me toques, cerdo.-dije quitando mi brazo bruscamente.

- Que raro, pensábamos que así te gustaba a tí. Que estabas acostumbrada.-dijo y me pasó un billete.-No creemos que salgas más caro que esto.

Tomé el billete tiritando de ira y lo rompí, para posteriormente comenzar a caminar en dirección a la salida. Iba a matar a Minho, lenta y dolorosamente.

- ¡Oye Cara!-dijo el mismo chico y paré de caminar, en espera del nuevo insulto.- ¿Lee, el chino de octavo te sirve o cobra muy caro?

Me volteé rápidamente y le tomé el brazo, se lo doblé. Luego, mientras le golpeaba en el estómago con la rodilla, se dejó caer en el suelo.

- ¿¡¡¡TE QUEDA MÁS CLARO ASÍ!!!?-dije enfurecida.-¿¡Cuántos puñetazos quieres para acercarte a mí!? ¿Eh? ¿Mil?-dije poniéndole el codo sobre la espalda- ¿Un millón?

- Por favor, detente.-dijo el chico al borde de las lágrimas, con dificultad para respirar. Gimiendo de dolor.-Lo lamento...no...

- Cállate.-dije y lo solté bruscamente.

Me alejé de él y comencé a caminar. Seguida de las miradas de temor de los demás, hasta que siento un ruido seco y ensordecedor sobre los casilleros que daban a mi espalda. Mi atención se dirigió hacia ese punto y vi a André en el piso, sobre el chico al cual le había pegado, golpeándole.

- ¿Ibas a saltar y golpearle por la espalda imbécil de mierda?-dijo tomándolo por la chaqueta y golpeándolo en el piso.- ¿Tan basura eres Johnny?

Don't Leave (SHINee - Choi  MinHo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora