Basado en Hechos Reales [TERMINADO]

Capítulo 20

Cath

En cuanto mis ojos se abrieron, recordé que día era y el escalofríos más grande de mi vida agitó mi cuerpo a pesar de que tenía las mantas hasta arriba.

San Valentín. Y eso, simplemente me hizo pensar en Tennessee, y ambas cosas hicieron que mi estómago se revolviera con nervios.

Bien, finalmente Ten y yo habíamos cumplido un año y ahora era nuestra fecha de aniversario. Eso no cambiaba el hecho de que las cosas eran raras entre nosotros, ya saben, por nuestra relación y porque Adam estaba acosándome (o algo así) y yo no se lo había dicho a Ten. O porque era mi relación más larga después de Neil. Y eso tampoco se lo había dicho.

No es que quisiera mentirle, pero Ten tenía un poquito más de celos de lo manejable y, era lindo, aunque algo a lo que aún no me acostumbraba. Una gran escena podía volverme loca. Algo como que mi jefe, un hombre al que veía cada día, estaba decidido a conseguir una cita conmigo o que mi ex novio y mejor amigo había tenido una relación más larga de la que nosotros tenemos, se puede convertir facilmente en una escena digna de una patada en las bolas y un Oscar por mejor exagerado.

Ya había sido dificil esconder los regalos y las flores que Adam enviaba y todo mintiéndole a Ten, diciéndole que eran de mi editora o mi madre. No quería mentirle a Ten, él no se merecía eso.

El timbre sonó y me envolví en una gruesa toalla para salir de la ducha y correr para atender. No me sorprendería si fuera Ten, él tenía esa cosa con venir temprano, por si yo me dormía luego de una larga noche de escribir. El sujeto del otro lado de la puerta no era Ten, sino que era un sujeto vestido de blanco, café y rosa, con una gran caja en sus manos. Lo conocía. Él había traído los obsequios por parte de Adam todos estos meses.

Vestida como estaba, él me echó un vistazo atento y entretenido, antes de llevar su mirada a mi rostro, con mejillas sonrojadas.

—Paquete para Catherine Duphon.— dijo, a pesar de que él me conocía y sabía que yo era Catherine Duphon. Me extendió la caja roja, cerrada con un gran listón rosado, junto con el recibo de entrega encima.— ¿Puedo... emm, preguntarte algo?

—Claro, dime.— aseguré mientras firmaba. Levanté mi mirada para encontrarlo viéndome con media sonrisa engreída, y una mirada tímida en sus ojos.

—¿Tú quieres mi número? Porque tú siempre te vistes...— echó un vistazo a mi cuerpo, dejando la frase en el aire.— ...así cada vez para atenderme. Si quieres algo más...

—Tengo novio, y no sé si notarás que abriría como lo haría con cualquier otra persona. No eres tan especial, cariño, pero me gusta esa confianza.— me burlé, sus mejillas enrojeciéndose antes de inclinar su gorra como saludo.

—Feliz San Valentin, de todas formas.

—Gracias, para ti también.— saludé, volteando para entrar y aunque no vi sobre mi hombro, estaba segura de que él sí lo hizo antes de que yo pateara la puerta para cerrarla.

Apoyé la caja en la mesa de café y la abrí, encontrándome con muchos pétalos de rosas rojas alrededor de un peluche de cachorro café, una caja de bombones que parecía de terciopelo y un sobre de carta de un color rosa claro, con mi nombre escrito en él.

En cuanto lo tomé, logré ver otra caja debajo, así que la abrí de inmediato para encontrar un brazalete con piedras que aparentemente eran diamantes.

¿Es en serio? Por favor, que esto tenga reembolso. No puedo aceptar esto, no puedo permitir que Ten gaste su dinero en esta cosa.

Abrí el sobre casi con impaciencia y mi mirada siguió lineas infinitamente dulces, casi sintiendo caries en mi visión. «La flor más bonita del jardin», «La estrella más brillante del universo», y eso, ya entienden. Ten se estaba tomando todo esto bastante serio, a pesar de las miles de veces que le dije que tomara todo con calma, que no me gustaban los gestos gigantes, sino los detalles pequeños. A veces fingía que estos últimos no me afectaban, a pesar de que cada detalle dulce de su parte me derretía por completo, me abrumaban en algunas ocasiones, así que esto era demasiado.