Al día siguiente, Agnès se levantó más temprano de lo normal. Entró al baño a cambiarse de ropa y, por alguna extraña razón, no podía sacar de su mente el beso entre ella y Joseph. Había sido un momento tan mágico, que el sólo hecho de recordarlo, le hacía sentir millones de mariposas en el estómago. Quería que volviera pasar, pero era imposible.
Mientras tanto, en la casa de los padres de Agnès, se sentía el nerviosismo en el ambiente. Ywen estaba con ellos, esperan la llamada que prometieron los raptores. Un ruido proveniente de la puerta los sobresaltó, era el detective que entraba con una expresión seria.
—¿Han logrado saber algo? -Preguntó el padre de Agnès al detective.
—Aún nada. ¿No han llamado aún? -Respondió e interrogó el detective.
—Estamos esperando. -Exhaló un gran suspiro.
Exactamente a las 10:30 am, el teléfono de la casa sonó. Y el padre de Agnès corrió a una gran velocidad a contestar.
—¿Diga? -Contestó con un claro nerviosismo en su voz.
—¿Te acuerdas de mí? -Una voz masculina rio por el otro lado del teléfono.
—Maldito infeliz, ¿dónde tiene a mi hija?
—Mal, Dawson, mal. No preguntes cosas que no poseen respuesta. Llamo para poner un acuerdo, cuánto costará la libertad de tu adorada hija.
—Ya le dije, les doy lo que quieran, pero devuélvanla sana y salva. -Dijo casi suplicándole que liberaran a su hija.
—¿No le gustaría escuchar a su hija?
—¿Está con ella?
—¿Papi? -Una voz femenina habló.
—¡Agnès! ¿Estás bien? ¿Te han hecho algo?
—Estoy bien, pero por favor, sácame de aquí. -Dijo Agnès con un hilo de voz.
—Tranquila mi pequeña, ya verás que pronto estaremos los tres juntos. -Contestó decidido. Se escuchó al secuestrador decir “Suficiente”, para luego quitarle el celular a ella.
—Dentro de un mes nos juntamos. Espera una llamada mía para saber el lugar. -Un “tut, tut” comenzó a sonar, dando señal de que la llamada había terminado. “Mierda”, fue lo único que pudo decir un padre frustrado y nervioso.
—Hablé con ella. -Dijo mirando a su esposa, Ywen y al detective. —Dijo que está bien, pero temo que sólo sea una mentira. El tipo dijo que dentro de un mes nos encontraríamos.
—¿QUÉ? ¿Dentro de un mes? No soportaré tanto tiempo sin mi hija. -Exclamó la madre de Agnès.
—No se preocupe, Sra Dawson. Agnès es fuerte. Estará bien. -Dijo Ywen, apoyando los hombros sobre ella.
—Detective Ross, haga lo posible por apresurar las investigaciones. Debemos encontrarla en menos de un mes. -El detective sólo asintió y se fue.
—Te odio. -Dijo Ywen fulminando con la mirada a Kevin, luego de que este cortara la llamada.
—No me preocupa. Tu padre nos dará mucho millones y todo gracias a ti, preciosura. -Le guiñó un ojo para luego salir de la habitación y dirigirse donde sus hermanos.
—¿Y bien? -Preguntó Nicholas.
—Cree que la liberaremos, pero no sabe que no tenemos la intención de hacerlo.
—¿QUÉ? -Exclamó sorprendido Joseph, al parecer no estaba del todo informado. Le molestaba el que sus hermanos le ocultaran cosas, de todos modos estaban juntos en eso, ¿no? Pero también le preocupaba el hecho de hacer sufrir más a Agnès. —¿Acaso creen que la tendremos toda la vida encerrada?
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Secuestrada por los Jonas.
FanfictionEsta es una historia que escribí a los... ¿15 años? Hecha en mis tiempos de fanatismo extremo por los Jonas Brothers. La había publicado en metroblog, pero ya murió esa página. He cambiado algunos detalles además del formato.