—¿Estás hablando enserio? -Preguntó Agnès aún con dudas.
—Jamás había hablado más enserio que ahora. Me gustas, y mucho. -Respondió mirándola directamente a los ojos.
—Joe, yo… Tengo que pensarlo.
—Bueno, nadie te obliga a sentir lo mismo.
Pasaron unos segundos, y Agnès y Joseph volvieron a besarse, pero ahora había sido ella la que había comenzado ese beso. No le tomó mucho tiempo averiguar que Joseph decía la verdad, a ella también le gustaba, sólo era cosa de sentir como la besaba, suave y delicado, hacía que Agnès se sintiera como si estuviera en el cielo. Se fueron levantando suavemente mirándose fijamente, sin decir una palabra. Joseph le sonrió y ella también.
—¿Eso por qué fue? -Preguntó Joseph aun sonriendo.
—Ya lo pensé.
—¿Quieres ser mi novia? –Interrogó inmediatamente luego de que Agnès hablara.
—¿Novios? ¿Los dos? ¿En estas circunstancias? ¿Qué pasará si los demás lo descubren?
—No se enterarán. Salen todos los días junto a Rebecca, siempre me dejan aquí. No tendrán oportunidad de enterarse… Entonces, ¿qué dices?
—Me encantaría. -Le sonríe dulcemente. Joseph al escuchar sus palabras tomó su rostro y lo unió al suyo en un nuevo beso, pero este no duraría mucho, a lo lejos se escuchaba un motor aproximándose. —¡Ya vienen!
—Lo sé, haz como si nada pasó. Yo estaré del otro lado fingiendo que te vigilo. -Depositó un pequeño beso sobre la frente de Agnès y salió de la habitación, mientras ella se recostaba en la cama. Se sentó frente a la ventana y la observó ahí por unos segundos, luego la puerta se abrió.
—Hola, hermano. ¿Algo nuevo? -Dijo Nicholas entrando a la habitación.
—No, ha estado así desde que se fueron. Incluso llegué a quedarme dormido mientras la cuidaba. -Mintió Joseph.
—Genial. -Agregó Kevin sentándose a un lado de su hermano.
—Yo me voy. -Dijo Joseph levantándose de su asiento.
—¿Dónde vas? -Interrogó Nicholas.
—Por ahí. Ya la cuidé, les toca ustedes. -Dicho eso, se retiró.
Tres semanas después…
Las salidas de Kevin y Nicholas se tornaron constantes, pero eso era muy bueno para la dulce pareja. Joseph pasaba todo el día junto a ella, en ocasiones dormían juntos, se demostraban su amor el uno al otro. Para no levantar sospechas, Joseph le traía un pequeño chocolate de regalo, pues si traía algo más grande, corría el riesgo de que lo vieran sus hermanos.
Era el turno de que Nicholas y Kevin la vigilaran, obligaron a su hermano a salir, así que decidió ir al parque. Se sentó en una de las bancas y observó a una pareja que se divertía en el lugar, pensó en todo lo que podría hacer junto a Agnès si no estuviera encerrada. Pasaron unos minutos y a lo lejos vio a Ywen aproximarse. La había conocido hace unos meses en el local en donde trabajaban ella y Rebecca. Cuando ya estaba bastante cerca, le habló e hizo señas para que se acercara a él. Ywen se veía triste, cosa que preocupó a Joseph.
—Hola Ywen, ¿pasa algo? -Dijo cuando ella ya se encontraba sentada a su lado.
—No, nada. -Respondió desanimada.
—Cuéntame, sé guardar secretos.
—Extraño a Agnès.
—Oh. –Bajó la cabeza mirando hacia el suelo. —¿La extrañas mucho?
—Si secuestraran a uno de tus hermanos, ¿los extrañarías? -Joseph asintió. —¿Ves?
—Ya verás que pronto saldrá de ahí. -Dijo dándole un dulce abrazo.
Ya se había hecho de noche y Joseph volvió hacia el lugar en donde tenían a Agnès, sabía que sus hermanos saldría, así que tenía que aprovechar al máximo los momentos que pasaban juntos. Esperó a que el ruido del vehículo en el cual se iban fuera lo bastante bajo para estar seguro de que ya se encontraban lejos de ahí, y se dirigió dónde Agnès, quien lo esperaba sentada en su cama.
—Ya se fueron, amor.
—Pensé que jamás se irían.
—Ya lo hicieron, dejándonos bastante tiempo. -Se sentó a un lado de Agnès y le dio un pequeño beso en los labios.
—Gracias, Joe. Gracias a ti todo esto no ha sido un infierno para mí.
—Ya verás que pronto todo esto acabará y estaremos juntos sin tener que escondernos.
—Eso espero.
Continuaron conversando por un largo rato, hasta que el sueño los venció. Se quedaron profundamente dormidos y abrazados.
Ya era de madrugada, 6:34 am marcaba el reloj. Agnès y Joseph aún no despertaban, lo cual era raro, normalmente el ruido del vehículo los despertaba, así Joseph se dirigía hasta su cuarto para no levantar sospechas. Pero ahora ningún ruido sonó, lo que provocó que ninguno despertara, pudiendo ser descubiertos… Y así fue. El vehículo falló a mitad de camino, por lo que Kevin, Nicholas y Rebecca caminaran hacia el lugar.
—Vamos apúrate. -Dijo un Kevin bastante irritado.
—Tú no llevas a Rebecca en brazos. -Lo fulminó con la mirada su hermano.
—¿Peso mucho? -Preguntó Rebecca.
—No, sólo he caminado mucho, sí, eso. -Rebecca se bajó de la espalda de Nicholas y continuó caminando, ya estaban a sólo unos pasos del lugar. Nicholas suspiró fuertemente, por lo que su hermano lo reprendió diciéndole que podrían despertar a Joseph.
Una vez dentro, Nicholas y Rebecca se dirigieron a tomar un poco de agua mientras que Kevin, se dirigía hacia la habitación en donde la tenían encerrada. Estaba concentrado en sus pensamientos, pero la imagen que acababa de ver a través de la gran ventana lo dejó boquiabierto, ¿Agnès y Joe? Kevin soltó una pequeña risilla.
—¿Por qué te ríes? -Pregunta Nicholas mientras entraba a la habitación con Rebecca. Kevin le hace una indicación con la cabeza, para que mirara la “dulce escena”. —¿Qué es eso?
—Díganme que no es verdad lo que veo… Agnès y Joe, juntos.
—Es verdad. -Le confirma Kevin.
—¿Qué haremos, Kevin? -Dice Nicholas.
—Tengo un plan.
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Secuestrada por los Jonas.
FanficEsta es una historia que escribí a los... ¿15 años? Hecha en mis tiempos de fanatismo extremo por los Jonas Brothers. La había publicado en metroblog, pero ya murió esa página. He cambiado algunos detalles además del formato.