Cap 22| Su mamá.

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MARATÓN 1/4

Capítulo 22.

Cuando entramos a la casa de Maximilian lo que ví fue a una morena con traje de limpieza.

¿Sabían que Maximilian tiene una casa para el sólo?

¿No? Bueno no importa.

La cosa es que, la chica de limpieza tenía un traje muy corto, casi se le veía media nalga, noté como Maximilian la veía.

Genial, no sería lindo tener a esa chica viviendo con conmigo y Maximilian.

-Grecia, perdón pero hoy no te tocaba limpiar aquí, recuerda, son los lunes, hoy es Miércoles.- dijo Max confundido.

La morena, Grecia o mejor llamada, la sobrada, solo frunció el ceño.

-Gustave me dijo que limpiara aquí, creo que fue por su novia.- dijo con voz aguda la chica.

Es que ni siquiera con voz normal, no, la voz de pollito.

-Rayos, no puedo devolverme, por cierto, las gemelas vienen el Viernes a visitarlo.- informó y Max asintió.

-Vale, te quedas hoy pero mañana te vas.- dijo Max y ella asintió.

Caminé hacia una parte de la casa, él sólo se quedó hablando con la zorra.

-Está bien, Emma, vamos a la habitación.- dijo y asentí, caminé hacia él mientras se dirigía a su habitación.

Cuando entré, miré su habitación limpia.

Por lo menos la zorra sabe limpiar.

-Bue, te puedes instalar.- dijo él quitando su camiseta.

¿Por qué debo sufrir de esta forma?

-Emma.- se acercó y me tomó del hombro.

-¿Qué?- pregunté intentando mirar a otro lugar que no sea su cuerpo.

-Te quiero.- susurró.

Simples palabras que pueden destruirme.

-¿Tú lo haces?- preguntó y la verdad no sabía que responder.

Ni si quiera sé que hago.

-Podría decir que... te quiero.- murmuré.

Él agarró mi cuello para besarme.

Sus labios pegados a los míos era la mejor sensación que pude tener, ya sé.

Sus labios son mi delirio.

No me entiendo.

Cuando terminó el beso, lo primero que hice fue confundirme.

Tú lo amas ¿Cuándo lo entenderás?

Nunca.

No lo entiendo.

Salí de la habitación.

Fui a una parte de la casa, donde hay una terraza.

Miré el césped bien cortado, el cielo y todo, era tan hermoso lo que veía que podría enmarcarlo en un cuadro.

1 semana después.

Llegaba del instituto y caminé hacía el hatico.

Como no estaba Max entraría allí.

Cuando entré, me sorprendí.

Él estaba allí.

Sentado, viendo un cuadro.

El cuadro era echo a lápiz, era una mujer que nunca supe quien era.

La ví muchas veces.

-La extraño.- susurró Max acariciando el cuadro.

Me acerqué y me senté a su lado.

-¿Quién es ella?- pregunté curiosa.

-Mi mamá.- susurró algo triste.

-¿Qué... Sucedió con ella?- pregunté y él suspiró.

De pronto todo en él cambió.

Estaba triste, lo percibía.

-Ella... Murió de cáncer... Cáncer de pulmón. Ella tenía solo un año de vida cuando se embarazó de Gustave, y.. bueno, ella decidió sacrificarse por el.- dijo triste.

Me acosté en su hombro.

-Es muy linda.- murmuré.

-Si, ¿Sabes? Deberías agradecer tener una madre y un padre que te prestan atención. Mi papá, lo único que hace es ver a las gemelas, y trabajar. Si no soy yo, es él, siempre debo hacerme cargo del centro arte y no es que lo odie, pero.. ahí te conocí y eso lo hace uno de los mejores lugares, el punto es que.. nunca lo veo.- había susurrado.

Yo sólo miraba sus labios moverse al ritmo que hablaba.

-Max, yo sólo quiero tener privacidad, ellos no entenderían en la situación en la que estoy.- susurré alejándome de él.

-Emma, no importa la situación, ellos te apoyarían, intentarían ayudarte.- replicó Max.

-Max, ¿De cuánto a cuánto ves a tu padre?- pregunté, quería saber, hay cosas de él que me inquietan.

-Como dos veces al mes, ¿Por?- dijo y le fruncí el ceño.

-Por nada, sólo que tú padre no está muy pendiente de ti y por eso quieres que yo le dé esa atención. Pero lo que ellos no entienden, es que no soy perfecta, no soy la maldita de Map New, no soy lo que ellos quieren.- repliqué.

Estaba molesta.

-Nadie es perfecto, Emma.- susurró Max tocando el cuadro.

-¿Y eso qué? Yo sólo quiero ser feliz, tener amigos, estudiar y pues.. encontrar el amor ¿no crees? Sé que parezco una estúpida, por ser una adolescente con sus problemas idiotas pero...- me interrumpió.

-Emma, nunca pienses que te veo como una adolescente, para mí tu tienes 19- suspiró molesto.

-No le veo el sentido, Emma, tú eres una gran chica, y no importa la edad que tengas yo siempre te veré como.. como... como una mujer.- quedé embobada, el decía esas palabras y yo sólo me sonrojaba.

-¿En serio?- pregunté.

-Si, Em, te quiero, y yo quiero que me veas de diferente forma.- susurró.

Chica ImperfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora