Todo empezó en una tienda

Capítulo 3

Miércoles.

Me desperté a las 7 de la mañana y no sabía qué hacer para entretenerme.
James iba a llegar hasta las 10, así que pensé que tendría tiempo para "ordenar" un poco mi habitación.
Me dirigí a mi tocador y empecé a abrir cada uno de los cajones.
En el primer cajón tenía varios audífonos, una bocina, mi Tablet, varios cargadores para celulares (algunas veces los olvidaban en mi casa cuando hacíamos fiestas o de celulares que llegué a tener) y como 3 celulares que aún sirven y los dejé ahí por cualquier emergencia. Incluso más al fondo había una laptop con su cargador y una memoria de emergencia que puse ahí.
En el segundo cajón tengo muchas cartas que he guardado desde la primaria. Varias de ellas eran de la secundaria ya que James, el admirador secreto, Max, Libni, Yuliette, Mike, Gerard,Pauline y Valentina me escribían muchas cartas.
-Miau!-Celeste fue a restregarse en mi hombro.
-Investigaremos el significado de eso, lo llevas haciendo desde que llegaste aquí.
Prendí el celular y entré a Google.
-Buscaremos...¿Por qué los gatos se restriegan en ti?
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-¿Enserio lo haces para marcarme como tu territorio?
Celeste me volteó a ver antes de volver a meterse en la cama.
Vi la hora en mi celular y eran las 8:30, así que tenía 1 hora para dormir.
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Alguien me abrazó muy fuerte por atrás y fue cuando reaccioné.
-¿Qué?
-Por fin despertaste, Rebecca.
-¿James?
-Sí...-Dijo mientras acariciaba uno de mis brazos con su mano.
-¿Qué hora es?
-Las 12
Me incorporé rápidamente.
-No te preocupes, dormir 2 horas a tu lado es lo mejor que me ha pasado.
Me sonrojé un poco, pero intenté disimularlo mientras acomodaba mi cabello en mi cara.
-No intentes disimularlo, sé que te sonrojaste.
Lo volteé a ver y le di un beso en la mejilla.
-Ahora, ¿Quién es el sonrojado?
-Emmm...-James se puso más rojo de lo que ya estaba.
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-Bueno chicos, cuídense mucho por favor. Cualquier cosa me hablan.
-Si señora, no se preocupe.
-Tú también cuídate mucho, mamá
Mi mamá sonrío y cerró la puerta.
-A dónde quieres ir?
-A dónde no hemos ido?
-A muchos lugares
-Sorpréndeme, James.
James sacó su celular para revisar la localización de un lugar que había planeado visitar desde hace un tiempo, como siempre no me quiso decir qué lugar era.
-Nos iremos en coche, Max nos va a llevar.
-Max?
-E...
Alguien me abrazó por atrás en ese instante, así que no pude escuchar lo que James me iba a decir.
-Rebecca, eres cruel. Libni y yo no sabíamos nada de ti desde el día que nos vimos.-Dicho esto, Max me soltó.
-No seas exagerado, Max. Nos vimos hace menos de una semana.-Le respondí mientras me arreglaba la ropa
-Enserio?-Preguntó Max mientras volteaba a ver a Libni.
-Querido, tienes muy mala memoria.
Max iba a empezar su actuación de ofendido, así que decidí interrumpirlo.
-Nos vamos?
-Claro, el carro está a una cuadra.-Dijo Libni mientras sonreía.
Empezamos a caminar hacia el carro de Max y fue hasta ese momento que me di cuenta de que James me había agarrado de la mano.
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-Llegamos!
Max estacionó el auto enfrente de un parque de diversiones.
-Estaba un poco lejos, no?
-Y eso que tú no manejaste!
-James...-Le susurré al oído mientras lo movía para despertarlo.
-...Qué?
-Ya llegamos.
James empezó a medio abrir los ojos, después bostezó para finalmente estirarse.
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-A dónde quieren ir primero?-Preguntó Max mientras veía el mapa del parque.
-Yo digo que vayamos al juego de allá!-Sugirió Libni mientras señalaba unos carritos chocones.
-Bien, vamos.- Respondió Max.
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-Ya son las 7 y está oscureciendo.-Dijo James mientras veía el cielo y me abrazaba.
-Ya el último juego?-Preguntó Libni.
-No nos hemos subido a la rueda de la fortuna!-Grité mientras veía que la fila había disminuido significativamente.
-Qué esperan? Corran!-Gritó Max mientras se echaba a correr hacia la fila de la rueda.
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-Querida, tengo frío.
-James...Estas de suerte, traigo una cobija!
Abrí mi bolsa para sacar la cobija roja que traía.
-Qué no traes en esa bolsa?-Preguntó Libni mientras me miraba incrédula.
-No cargo animales en la bolsa.-Respondí mientras le mostraba el interior.
-No te creo.-Me dijo Max mientras se reía.
-No me creas.-Le contesté mientras me cruzaba de brazos.
-Bueno, ya casi nos bajamos de aquí. Qué hacemos saliendo?
-Yo creo que ya nos vamos, Max. Tenemos que ir a cenar y está un poco lejos el restaurante.-Respondió James mientras miraba otra vez su reloj.
Libni y yo nos miramos e inmediatamente preguntamos al unísono:
-Cuál restaurante?
Max y James se dieron cuenta de que se habían olvidado de nosotras, así que intentaron corregirlo.
-Es que vimos un restaurante cuando veníamos de camino y se veía muy rico!- Gritó James mientras se tapaba la cara con la cobija.
-De qué restaurante hablan?- Preguntó Max mientras ponía una mano en la cintura.
James volteó a ver a Max con una mirada asesina.
-Haremos de cuenta que no sabemos nada y aún no han arruinado su sorpresa.-Dijo Libni sonriendo.
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-Ya tienen todos el cinturón de seguridad puesto?- Preguntó Max mientras volteaba a vernos a James y a mí por el retrovisor.
-Ya!- Gritó James emocionado.
-Según Waze, haremos 1 hora de camino hacia el restaurante sorpresa.- Comentó Libni mientras conectaba su celular para que la pila no se gastara.
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Le mandé un mensaje a mi mamá avisándole que apenas íbamos a cenar, pero que le iba a avisar cuando ya fuésemos a llegar.
Los papás de Libni ya le habían marcado en el camino, al parecer les preocupaba que su hija estuviera con Max (supongo que lo decían de broma porque se llevan bien con él) a esas horas de la noche.
Los papás de Max se habían ido a una fiesta de la empresa en donde trabajaban, así que cuando Max llegara a su casa ellos aún no estarían ahí.
James vivía solo, así que no tenía que avisarle a nadie que llegaría tarde. Pero como para mi madre es como su hijo, si tenía a alguien que se preocupara por él.
-Llegamos, por fin!- Gritó Max mientras apagaba el auto y abría su puerta.
James me movió para poder quitarse el cinturón y abrió su puerta.
Libni y yo nos tardamos todavía un poco porque nos estiramos, acomodamos todo, revisamos que nada se nos olvidara y nos medio arreglamos.
-Espero que les guste la comida, lo mejor aquí es la carne, la pasta y la pizza.- Comentó Max mientras abría la puerta para que pasáramos.
-Gracias.-Le dijimos mientras pasábamos.
Desde afuera el restaurante se veía cálido con luces amarillas y con su fachada de madera, pero adentro hacía un poco de frío y las paredes estaban pintadas de un naranja claro.
Nos sentamos en una mesa de cuatro pegada al vidrio que daba hacia el carro.
-Buenas noches, mi nombre es Olivia y los atenderé esta noche.-Dijo mientras nos daba a cada quien una carta.-Desean ir pidiendo algo de tomar?
-Para nosotros va a ser una malteada de fresa y una de chocolate, por favor.-Dijo Max mientras señalaba a Libni.
-Para mí va a ser un chocolate frío.-Dijo James mientras veía lo que había de comer.
-Para mí sería un agua de horchata, por favor.
-Con mucho gusto ahorita se los traigo.-Dijo Olivia antes de retirarse.
-Yo tengo antojo de una pasta penne con crema.-Dijo Libni mientras veía las pastas.
-Yo de una pizza hawaiana.-Le contestó James.
-Yo creo que me inclino más a la pasta.-Dije mientras cerraba la carta.
-Yo de una pizza de tres quesos.-Dijo Max mientras veía a James.
Libni alzó la mano para que Olivia fuera a tomarnos la orden.
-Bien, entonces que van a pedir?
-Sería una pizza mitad hawaiana y mitad tres quesos, una pasta penne con crema y...-James hizo una pausa para dirigirse a mí.
-Y un espagueti a la boloñesa.-Dije terminando la oración.
-Muy bien, enseguida se los traigo.
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-Estoy...A punto de reventar.-Dijo Max mientras abría la puerta del auto de Libni.
-Ni a punto de reventar se te quita la caballerosidad.-Le dijo Libni mientras le daba un beso en la mejilla y entraba al auto.
James abrió mi puerta, pero para mi sorpresa se pasó el primero en vez de dejarme pasar a mí.
Me quedé con la boca abierta y muy ofendida, hasta que James me volteó a ver y me dijo:
-Vamos, ya pásate para acostarte.
James había agarrado la manta verde que había en el auto para taparse él, luego le pasó a Libni la naranja y a mí me dejó la morada (mi favorita). Y no sólo eso, también me hizo un espacio de tal manera de que ambos quedáramos cómodos.
-Rebecca, los dejamos en tu casa?
-Si es posible, sí.
-Va, avísale a tu mamá que en 40 minutos llegamos.
-Sale.-Dije mientras sacaba mi teléfono para mandarle un mensaje.
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-Nos vemos pronto, cuídense y lleguen con bien a sus casas.-Les dije a Libni y a Max mientras abrazaba a cada uno de ellos.-No hagan cosas malas.
-Malas en qué sentido?-Preguntó Max en tono divertido.
-Tú sabes perfectamente.-Le respondí mientras me dirigía a abrir la puerta de la casa.
-Cuídense igual ustedes, estamos en contacto.-Dijo Libni mientras abrazaba a Max.
-Claro, adiós.-Respondió James.
Max y Libni se dirigieron al auto y se fueron en menos de 5 minutos, hasta que desaparecieron en la oscuridad de la noche nosotros nos metimos a la casa.
-Ya estaba un poco preocupada, son casi las 11 y no llegaban.-Dijo mi mamá mientras bajaba las escaleras con una tasa de té vacía.-Quieren cenar algo?
-No, muchas gracias señora.-Respondió inmediatamente James.
-Es que acabamos de llegar de cenar y la verdad comimos mucho.-Dije sobándome la panza.
-Bueno, ya te dejé ropa para que te cambies en el cuarto de Rebecca.-Le dijo mi madre a James.-Es muy tarde para que te vayas solo a tu casa.-Agregó.
-Muchas gracias señora.-Dijo James sonriéndole.
-Gracias a ti, James.-Le dijo mi mamá a James antes de desaparecer por la puerta de la cocina.
Subimos las escaleras y entramos al cuarto.
-Miau!-Dijo Celeste mientras se estiraba y se bajaba de la cama.
-Puedo pasar a tu baño?
-Claro, de paso aprovecha para irte a cambiar.-Le dije mientras le pasaba la ropa que mi mamá le había dejado (consistía en un short negro y una playera blanca con cuello en V).
-Bueno, si quieres ven también para que te laves los dientes y así ahorremos tiempo.
-Esta bien.
Salimos juntos de la habitación y nos dirigimos al baño.
Me lavé los dientes y salí directamente al cuarto para cambiarme.
Me quité el brasier para ponerme otro más cómo para dormir, cuando de repente alguien abrió la puerta.
-Ya vine Rebe...-Dijo James antes de voltear a verme.
Fue tan rápido todo, que sólo tuve tiempo para medio taparme con los brazos.
James se puso rojo casi llegando a morado.
-Creo que no te tapaste nada.-Me dijo mientras se tapaba los ojos.
-Por qué no tocaste antes?
-No pensé que estarías con el pecho así al descubierto...
-Ya
-Ya no estás semidesnuda?
-No, ya puedes destaparte los ojos.
Intenté estar lo más tranquila posible, pero los nervios de James se me contagiaban.
-Emm entonces...Ya nos vamos a dormir, no?
-Pero que clase de pregunta es esa?
-No sé, qué clases de preguntas hay?
-Para evadir cualquier momento incómodo, para retar, para preguntar algo serio, para reflexionar...-Dije mientras acomodaba la cama.
-Creo que fue una pregunta para evadir un momento incómodo.-Dijo James en mi oído.
Sentí como mi piel se ponía de gallina y una descarga de electricidad pasaba por todo mi cuerpo.
Me volteé para verlo a los ojos, no sé por qué lo hice, pero fue lo peor que pude haber echo.
Su mirada hizo que me pusiera aún más nerviosa y me sonrojé.
-Te he dicho que eres tierna cuando te sonrojas?-Me preguntó James mientras se acercaba a mi oído.-Más aún cuando tiemblas de nervios y tus pupilas se dilatan.-Agregó mientras me daba un beso en la mejilla.-Vamos querida, hay que descansar.
-Claro-Atiné a decir mientras me acostaba en la orilla del lado de la pared.
James se acomodó alado de mí y Celeste se puso en mi otro lado.
-Descansa princesa.-Me dijo James mientras me daba un beso en la mano.
-Descansa príncipe.-Le respondí mientras apagaba la luz.