Capítulo 13

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Sábado.

Había podido dormir tan poquito que a las 6 de la mañana estaba despierta sin tener algo que hacer. Obviamente iba a buscar a James pero no estaba tan loca y desesperada como para ir a las 7 de la mañana a tocarle.
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Sé que había dicho que no estaba loca y desesperada, pero creo que sí lo estaba un poco...
-Mamá, ya hice el desayuno!- Le grité en cuanto ella bajó las escaleras.
-Y ahora por qué estás arreglada tan temprano? Me perdí de algo?
Era verdad, eran las 6:30 y ya estaba lista, incluso había tenido tiempo para hacer el desayuno.
-Pues...Iré a solucionar todo con James.
-Y ahora por qué?
-Daniel había planeado todo para que yo estuviera molesta con James...Pero luego te cuento bien todo.- Le dije como intentando explicarle disimuladamente que ese no era buen momento. De todos modos ella también tenía cosas que hacer.
-Oh, claro. Bueno...Desayunemos rápido para que no pierdas mucho el tiempo.
-No es perder el tiempo si es para ti, mamá.- Le respondí dándole un abrazo.
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Salí de la casa después de haber desayunado, lavado los platos y mis dientes.
Iba con la esperanza de encontrarlo en su casa para poder hablar bien con él, ayer me había dolido que no se había esperado para hablar conmigo.
Creo que lo que me molestaba un poco más era el hecho de que me dejó el recado con Carolina, pero eso era lo de menos ahorita.
Tenía miedo de llegar a su casa porque sabía que si no lo encontraba ahí ya lo había perdido de nuevo, a pesar de la existencia de las redes sociales luego él ni las usaba.
-Rebecca!- Me gritó alguien por atrás.
Ya la verdad tenía mucho miedo cuando eso pasaba, nunca traía nada bueno.
Volteé para ver quién era, pero no distinguía a nadie, así que seguí mi camino.
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Ya estaba llegando a la casa de James cuando de repente, Julia abrió la puerta.
-Hola!- Le grité emocionada. Creía que si ella estaba saliendo por mí era porque James estaba en casa hablando con ella.
-Rebecca, no entres.
-Qué pasa?
Estaba nerviosa y tenía miedo porque si ella me estaba diciendo eso era por mi bien.
-Se fue. Dejó todo hecho un desastre y...Sólo se fue.
En ese momento sentí que todo se me venía encima, no podía creer que había sido tan tonta como para no intentar resolver todo con él y hacerlo sentir mal.
Me arrepentí de no haberle hecho caso a las personas que llegaron a decirme que hablara con él, de haber ignorado sus mensajes o llamadas, de haber salido con Daniel...De muchas cosas.
-Rebecca! Te estoy hablando!
Reaccioné cuando Julia me gritó y de paso me dio una cachetada.
-Qué?
-Acabo de investigar, su papá había venido por él.
-Por eso no me pudo esperar? Se había ido ya?
-Creo que sí.
Nos quedamos un rato en silencio, no había otra cosa por hacer.
-Quieres que vayamos a comer?- Me preguntó Julia mientras me daba un abrazo.-Bueno, desayunar porque apenas son las 7:30.- Agregó revisando su teléfono.
-Dime qué vamos a encontrar abierto a esta hora?- Le dije antes de reírme de mala gana.
-No te pongas en ese plan, te lo digo enserio. No hemos convivido mucho tú y yo, de hecho nos conocimos por James, así que espero que me caigas bien. Sólo no te pongas pesada.
Suspiré y pensé las cosas antes de decir algo.
-Está bien, vamos a buscar algo para desayunar.
Caminamos hacia el parque y vimos que hoy había muchos puestos. No había visto ningún tipo de anuncio de algo importante, así que se me hizo muy extraño.
-Mira! Ahí hay un puesto de tacos y quesadillas!- Exclamó Julia emocionada. Empezó a saltar como si fuera niña pequeña y luego me suplicó para que fuéramos allá.
Justo cuando íbamos a pedir, recordé que ya había desayunado en mi casa.
Iba a negarme a comer, pero se hubiera visto mal, así que me comí una quesadilla con ella.
Había muchos tipos de puestos, así que queríamos ir a ver todos.
-Ves? Lo que pudo ser un día lleno de lágrimas, helado y películas románticas para recordar tu mala suerte en el amor se convirtió en un día alegre con muchos puestos para ver todo lo que venden.- A pesar de que Julia estaba intentando animarme, me seguía sintiendo mal.
-Creo que tienes razón.- Le dije intentando sonar animada.
-Si no lo sientes no lo digas, llego a entender que sigas afectada por la noticia.- Me dijo intentando no sonar mala onda.
Recorrimos varios puestos, pero cada uno tenía algo que me recordaba a él.
-Rebecca, no quieres queso?-Me preguntó Julia que estaba probando quesos en un puesto.
-No, gracias.-Le dije intentando no reírme.
Una vez cuando íbamos en la secundaria Y yo hablaba con James en las noches, me había equivocado de letra y había escrito "eres muy ratito" en vez de "eres muy rarito". Después de eso siempre que podía me hacía burla porque había escrito mal, lo peor es que ratito sonaba como el masculino de ratita.
Así que al ver a Julia comiendo queso muy animadamente me había recordado a James.
Estuve a punto de reírme de ese recuerdo, pero no me dio tiempo de reírme porque Julia ya me estaba jalando para ir a ver otro puesto.
-Hay muchas cosas por ver! No creo que terminemos hoy, así que por lo menos yo sí me daré un tiempo para venir mañana!
-Julia...Crees que él esté bien?
Julia se detuvo y me volteó a ver de una forma comprensiva.
-Mira...No puedo yo comentar algo de ese tipo porque creo que tú lo conoces más que yo. Pero yo creo que sigue un poco triste por lo de ustedes, tal vez deberías intentar marcarle o mandarle un mensaje.
Saqué mi celular para marcarle, pero Julia inmediatamente metió mi celular de nuevo al bolso.
-Estás loca!? Nunca te enseñaron que el celular no se debe sacar en la calle??
-Lo siento, lo olvidé.-Le dije a Julia muy apenada. Me sentía como niña pequeña.
Nos metimos a una zapatería que estaba cerca solo para que pudiera llamarle, pero no tuvimos éxito y tenía apagado el celular.
-Tranquila, todo estará bien.- Me dijo Julia mientras me abrazaba.
Las lágrimas empezaron a salir sin que yo pudiera controlarlas, en verdad me sentía muy mal.
Salimos y nos sentamos en una banca que había en los alrededores del parque. Estuvimos un rato en silencio hasta que dejé de llorar.
-Quieres que nos hagamos una trenza?- Me preguntó Julia mientras sacaba ligas de su bolso.
-Qué?- Pregunté confundida.
Julia empezó a trenzarme el cabello, no puedo asegurar que era de tres pero estaba muy bonita.
-Ahora es tu turno de hacerme una trenza.- Me dijo mientras me pasaba la liga.
Era experta haciendo trenzas, pero en la secundaria! Ahorita mismo no me salían las trenzas, pero hice lo que pude.
-Mira!- Exclamó Julia mientras señalaba hacia un puesto donde vendían gorditas de nata.
-Enserio quieres gorditas de nata después lo que comiste?- Pregunté incrédula.
-No, mensa! No hablaba de las gorditas!
Volteé de nuevo hacia el puesto que había señalado y me di cuenta de que vendían figuras de gatos de todo tipo de material y tamaño.
-No me digas que tu tristeza va a impedir que compres unos gatitos, porque entonces me voy a preocupar.
-Por qué?
-Es muy obvio que amas a los gatos! Ve, compra gatos y llegando a tu casa le haces una ofrenda a Celeste.- Me dijo Julia mientras me guiaba al puesto.
-Celeste no necesita otra ofrenda, es suficiente la que tiene en mi corazón.- Le dije a Julia intentando desviar su atención.
-No traes mucho dinero, verdad? Es eso?
-Ehh...Sí, para qué te miento?- Le dije apenada.
-Tranquila, yo te invito unos gatos, sólo de favor que no sean muy caros.- Me dijo Julia mientras me volteaba a ver.
-No te preocupes, una ofrenda puede tener gatitos pequeños.
Escogimos entre las dos 8 gatos, inicialmente eran 7 pero uno de ellos se parecía a Capuchino y lo quise comprar con una parte del dinero que llevaba.
Capuchino era uno de los gatitos que vivían en el patio de la secundaria y era mi favorito porque tenía cosas parecidas con Celeste, desde que lo vi me encariñé mucho con él.
-Qué otra cosa vemos?- Preguntó Julia mientras observaba más puestos.
-No sé qué quieras ver tú.- Le respondí pensando.
-Ya sé, alguna vez has fingido con alguien?
-De qué forma?
-Hay que fingir que somos mejores amigas y hacemos cosas de mejores amigas.
La idea no me parecía mala, de hecho era algo ingenioso en estos momentos. No me sentía aún con ánimos para fingir de esa forma, pero si no empezaba a acostumbrarme ahorita jamás me iba a acostumbrar.
-Entonces qué hacemos primero?- Le pregunté a Julia.
-Hay que comprarnos unas pulseras que combinen.- Me dijo mientras empezábamos a caminar revisando cada puesto.
Después de 7 minutos de estar buscando un puesto, lo encontramos. La señora del puesto vendía pulseras, anillos y collares de esos que se unen y la mayoría era para relaciones de amistad.
-Buenos días.-Le dijo Julia a la señora mientras repasaba todo lo que había.
-Buenos días.- Le respondió la señora de una buena manera.
-Cuánto cuesta?- Le preguntó mientras señalaba unos collares en forma de gato que se unían.
-Ese cuesta 50, cómo qué buscaban?- Nos preguntó la señora mientras dejaba a un lado su plato de unisel con tacos dorados.
-Nada en especial.-Le respondimos Julia y yo al mismo tiempo.
-Quieren que sea bonito o resistente?
-Resistente, pero pues algo bonito.-Le dije mientras revisaba la mayoría de los  collares que había.
-Tengo unos anillos que pueden colgar en cadenas y se unen, se los dejo en el precio de un collar y no les cobro la cadena.- Dijo la señora mientras nos mostraba los anillos.
-Entonces nos lo dejaría a 50?- Pregunté mientras intentaba ordenar las cuentas en mi cabeza.
-Sí, a 50.
Julia pagó los anillos-collares y nos fuimos.
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-Estás segura de que quieres una extensión de ese color?- Le pregunté dudosa a Julia.
-Claro! Qué tiene de malo que me ponga una extensión color amarillo fosforescente?
-No, nada. Sólo que resalta mucho porque tu cabello es...Negro?
-Qué más da? De todos modos se va a caer en unos meses. Mejor ve pensando en el color que usarás tú.
Mi color de cabello es como castaño oscuro, así que pensaba ponerme una extensión morada.
-Yo ya sé qué color me pondré.- Le dije con seguridad.
-Bueno, pues dile al chico porque ya viene a atenderte.
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-Es necesario un tatuaje?-Le pregunté mientras observaba los tatuajes que había en un libro.
-No es real, relájate. Además no tiene que ser algo grande!
-Puede ser una letra?-Le pregunté mientras observaba las letras que había.
-Claro! La condición es que sea algo especial para ti.
-Quiero que sea una "D"
-Por qué una "D"?
-No sé, me gusta la forma que tiene esa letra.
-Debe de haber algo especial con esa letra.-Me dijo Julia mientras me veía directamente a los ojos.
-Esa letra es la inicial del nombre que me gustaría ponerme a mi hijo o hija en un futuro.
-Cómo qué nombres?
-Prefiero no decirlos ahora, porque sería muy arriesgado.
-Arriesgado?
-Pueden haber personas escuchando nuestra conversación y podrían sospechar de algo...Ya sabes, un nombre dice mucho.
-Me estás asustando demasiado.-Me dijo Julia mientras se reía.
-No te asustes, era broma, sólo no los pienso decir.-Respondí.
La chica que nos iba a hacer los tatuajes llegó para preguntarnos cuáles serían.
Julia se quería hacer un pingüino, pero no había nada parecido a un pingüino en el libro de tatuajes.
-Te haces la "D" aquí y ya después buscamos dónde puedo hacerme el tatuaje que quiero.-Me dijo Julia mientras veía hacia los demás puestos.
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Ya eran las 2 de la tarde y estábamos agotadas, teníamos hambre a pesar de haber comido hace pocas horas.
-Qué hacemos?- Le pregunté mientras me sentaba en una banca.
-Qué propones? Ya hicimos lo que propuse yo, ahora te toca.
-Podemos...Volver a la casa de James?
-Qué haremos ahí si se supone que James ya no está?
-Tienes razón, pero no perdemos nada.
Caminamos hacia la casa de James con las últimas fuerzas que teníamos, pero fue algo sorprendente ver que la puerta que habíamos dejado con llave estaba abierta.
Creímos que James había regresado sólo por sus cosas o algo así, pero al entrar nos llevamos una grandísima sorpresa.
-Está todo ordenado, como si nada hubiera pasado!- Exclamó Julia mientras veía la sala de estar que en la mañana tenía todo tirado.
Creía que estaba soñando, pero si eso era real entonces tenía que haber alguien más en esa casa.
-Hay alguien más aquí?-Pregunté en voz alta, casi gritando.
De repente, la luz se apagó.
-Qué acaba de pasar? Por qué el hecho de que no hubiera luz afectó tanto si se supone que es de día?- Preguntó Julia mientras bajaba las escaleras.
De repente, sentí como alguien pasaba tras de mí.
Corrí hacia Julia y la abracé con fuerza.
-Así quería atraparlas!
No podía reaccionar, estaba emocionada pero al mismo tiempo en shock.
-James?
-Creíste que me iba a ir así nada más? Después de todo el tiempo que esperé?
-Yo...
-No tienes que decir nada, en verdad.
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-Tienes que explicar varias cosas, enserio.-Le dije a James antes de entrar a la casa.
-Qué te parece si mañana nos vemos en mi casa?
-Buena idea.-Respondí con una sonrisa de oreja a oreja.
James me dio un beso en la mejilla y yo se lo regresé.
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-Celeste, cuántas veces te he dicho que si te afilas las uñas en el colchón me regañan a mí?- Le pregunté molesta.
No le importó, porque siguió afilándose las uñas.
-Nunca vas a cambiar.- Dije rendida.
Apagué la luz, prendí la lámpara, prendí el radio, puse a cargar el celular y me acosté.
-Buenas noches, Celeste.- Le dije mientras me terminaba de acomodar.
-Miau
-Preferiría que no camines sobre mí, me duele.
-Miau
Ignoré a Celeste hasta que por fin se pudo acomodar a dormir.
Mañana iba a ser un día un poco complicado, así que quería dormir bien porque mañana iba a molestar a James desde temprano.


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Acabo de darme cuenta de que este capítulo no se publicó en su momento, así que lo subo ahora.

Todo empezó en una tiendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora