Capítulo 10

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Miércoles

Me desperté a más 7 de la mañana, pero como todavía tenía sueño me volví a dormir.
-Miau
-Ahora qué quieres?- Le pregunté todavía un poco adormilada.
-Miau
-Dónde estás?
Abrí los ojos por completo y empecé a buscar con la mirada al gato, pero no lo veía en ningún lado.
Iba a volver a acostarme, pero el gato saltó a la cama y empezó a restregarse en mí.
-Muy bien, ya estuvo que no podré dormir más.
Mi alarma sonó y fue cuando caí en la cuenta de que eran las 8 y tenía que apurarme.
-Hija! Ya despierta!- Gritó mi mamá mientras abría la puerta.
-Ya desperté.- Le dije mientras bostezaba.-me apuro y bajó a desayunar, ok?
-Está bien, hice hot cakes.
Salió del cuarto dejándome sola con Celeste...O eso creí.
-Celeste! Ya te dije que no entres a mi cuarto!- Mi mamá gritó y acto seguido dio un portazo.
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-Vas con más tiempo, no te apresures tanto.- Me dijo mi mamá mientras me acompañaba a la puerta.
Nos dimos un abrazo y me dio la bendición.
-Nos vemos después, cuídate.
Mi mamá me sonrió antes de cerrarme la puerta en la cara.
-Perfecto...
Pensaba caminar hasta la escuela, pero me dio mucha flojera a la mitad del camino y preferí tomar un taxi.
Me dirigí a la parada de taxis, pero no había ninguno aún.
-Hey! Sube!
-Qué haces aquí?
-Subirás o no?
No me quedó de otra, así que tuve que subir.
-El otro día me dejaste muy preocupado.
-Lo siento, creo que estaba muy alterada.
Nos quedamos en silencio un rato, hasta que me di cuenta de que ya se había pasado.
-Daniel...Ya te pasaste por dos calles.
-Lo siento.- Dijo mientras intentaba echarse en reversa.
-No importa si tengo que caminar dos calles, no es nada.
-Segura?
-Sí, no te preocupes.
Daniel me abrió la puerta.
-Nos vemos luego?
-No lo creo.- Le dije sonriendo mientras me bajaba del auto.- Gracias por traerme.- Agregué.
-Claro, siempre que lo necesites.- Me dijo devolviéndole la sonrisa.- Oye.- Agregó.
-Dime
-Te gusta bailar?
-Sí, por?
-Por curiosidad.- Me dijo sonriendo antes de cerrar la puerta.
Me esperé a verlo irse para continuar mi trayecto. Hacía mucho frío, así que apresuré el paso.
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-Ya te sientes mejor?- Me preguntó Camila mientras coloreaba un dibujo que había hecho el día anterior.
-Ya me siento mejor, gracias.- Le respondí mientras acomodaba mis cosas.
-Cualquier cosa que necesites aquí estaré, no lo olvides. A todo esto no tengo tu número.- Me dijo mientras volteaba a verme con un papelito en la mano.
-Pásame eso, ahorita te lo escribo.
Agarré el papelito y escribí mi número. Después le regresé el papel.
-Luego te mando mensaje.- Me dijo sonriendo en el momento justo cuando entró el profesor para dar la actividad de hoy.
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Salí de la escuela corriendo para llegar a la fonda, tanto así que no tuve tiempo de despedirme de nadie.
Cuando llegué, no había tanta gente como ayer.
-Hola, me llamo Mariana.- Me dijo la chica del cabello negro.-Ayer no tuvimos tiempo ni de hablar.
-Hola Mariana, yo me llamo Rebecca.- Le dije un poco nerviosa.
-Tranquila, sé que me veo muy amenazante porque me lo han dicho pero soy amigable.- Dicho esto, se quedó viendo a la nada.
-Pasa algo?
-Oh, no nada. Lo siento, a veces me quedo medio perdida.
-Oye Mariana, no encuentro la pulsera que había dejado anoche aquí.- Dijo la otra chica sin darse cuenta de mi presencia.
-Renata, ella es Rebecca.- Le dijo Mariana mientras me volteaba a ver.
-Oh ya, hola Rebecca.- Me dijo medio despistada.
Mariana bostezó y nos contagió el bostezo a nosotras, nos reímos tantito antes de que el ambiente volviera a ponerse raro.
-Bueno...Cámbiate tranquilamente ahorita que no hay mucha gente.- Dijo
Renata mientras se tallaba los ojos.
-Claro, ahorita vuelvo.- Respondí mientras me dirigía al baño.
La verdad es que Renata y Mariana eran muy extrañas, no sentía que estuvieran aquí realmente.
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-Buenas noches, chicas!- Les exclamé cuando ya estaba saliendo.
-Hasta mañana, Rebecca!- Gritó Mariana desde el baño. Al parecer me habían dejado cambiarme primero.
Iba caminando hacia el parque, cuando de repente alguien llegó por mi lado izquierdo sin que me diera cuenta y me cargó.
-Suéltame!- Grité mientras intentaba zafarme.
-Pídelo por favor- Me respondió un chico con una voz obviamente fingida.
-Suéltame, por favor.- Respondí de mala gana.
-Casi lo logras, pero no te soltaré.
-Para empezar, quién eres?
-Me ofende esa pregunta...Soy Daniel.- Respondió ya con su voz normal.
-Acaso te quedaste esperándome todo el día? Me seguiste?
-Yuliette me dijo dónde te podía encontrar.- Respondió satisfecho.
No entiendo por qué si se supone que le dije que Daniel no me interesaba hace esto.
Me quedé encerrada en mi mundo de pensamientos que no me di cuenta de que era mi turno de responder algo.
-Pues no es el momento, te veo luego.
-Te das cuenta de que ya estás sentada en el lugar del copiloto y tienes el cinturón puesto?
-Maldición!
-Oh si, esta noche será la mejor de tu vida.- Respondió Daniel antes de ajustar el retrovisor.
-No creo que eso sea posible.
-Por qué no sería posible?
-Porque a tu lado es imposible pasar una buena noche.- Le contesté con los brazos cruzados mientras veía por la ventana.
-Lamento informarte que también tengo sentimientos y me duele lo que acabas de decir.- Dijo mientras dejaba su celular encima del estéreo.
-Qué es lo que quieres de mí?- Le pregunté mientras lo veía a los ojos.
Daniel desvió la mirada y soltó un suspiro.
-Mira, no creo que no te hayas dado cuenta de que me gustas.
Me quedé en silencio para dejar que él continuara.
-Sé que no tengo oportunidad contigo porque eres la mejor amiga de mi hermana y no te gusto, además te he tratado mal y me he portado insoportable contigo.
Iba a responder, pero Daniel puso su dedo índice en mis labios para indicarme que no hablara.
-Lo único que quiero ahora es que me des una oportunidad para estar contigo aunque sea esta noche.- Dijo antes de quitar la llave del carro.
Nos quedamos un rato en silencio, pero fue un silencio cómodo.
-Mira, si no quieres está bien. Te llevaré a tu casa.- Agregó mientras ponía las llaves de nuevo.
-No! Espera!
-Demonios! Estamos en un maldito coche, te escucho perfectamente sin necesidad de que grites!
Me quedé callada un instante porque no sabía si reírme de que lo había espantado o sentir feo de que me había gritado.
-Rebecca...Lo siento, me asustaste un poco.
-Acepto salir contigo esta noche.- Respondí mientras veía un coche rojo pasar en sentido contrario.
-Estás segura?
-Sí, ahora aprovecha antes de que me arrepienta de haber aceptado.- Respondí mientras me acomodaba.
-Oh, cierto. Se me olvidaba que eres bipolar.- Comentó mientras prendía el auto.
-Qué?- Le pregunté indignada.
-Pensé en voz alta?- Preguntó asustado.
-Sí!- Exclamé mientras lo miraba incrédula.
-Tienes que aceptar que eres bipolar.- Me dijo mientras volteaba a ver ambos lados de la calle que íbamos a cruzar.
Rodeé los ojos y él solo sonrió.
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Después de una media hora de camino, llegamos a una disco que al parecer era muy conocida por aquí.
-Hay mucha gente, pero para nuestra suerte conozco a algunos chicos de aquí.- Me dijo Daniel mientras se acomodaba su chaqueta en su brazo izquierdo y me ofrecía el derecho.
-Conoces a mucha gente, no?
-Qué esperabas de un chico mayor que tú?- Me dijo al oído.
Sentí un escalofrío recorrer mi espalda cuando me habló al oído, supongo que se dio cuenta porque inmediatamente sonrió.
Una chica se acercó a Daniel, inmediatamente su actitud cambió.
-Dani, hace mucho que no te veía por aquí.- Le dijo la chica sonriendo.
-Hoy no, Katia.- Le respondió Daniel de una forma cortante.
-No pensé que irte un tiempo te cambiaría tanto, antes eras más lindo.- Le dijo Katia mientras le acariciaba en brazo izquierdo.
-Katia, entiende que no quiero contigo!- Le gritó Daniel mientras se quitaba bruscamente la mano de Katia.
De repente, Daniel también se separó de mí y se metió de prisa a la disco.
-Y tú quién eres?- Me preguntó Katia mientras me barría con la mirada.
-Nadie que quiera estar contigo.- Le respondí mientras la veía con indiferencia.- Ahora, si me disculpas tengo cosas que hacer.- Agregué antes de seguir a Daniel dentro de la disco.
Iba a pasar cuando un chico se me acercó, al parecer ya estaba un poco pasado de copas.
-Baila conmigo, te prometo que te vas a divertir.- Me dijo el chico mientras me agarraba del brazo y me jalaba hacia la pista.
-Suélteme, por favor.- Le dije mientras intentaba no chocar con la gente que estaba parada.
-No te pongas difícil, chica.- Me dijo en un tono molesto mientras me apretaba más el brazo.
-Me está lastimando!- Le grité mientras intentaba detenerme.
-Baila conmigo y te prometo que no te volveré a lastimar.- Me dijo el chico mientras me acercaba a él.
-No quiero bailar contigo, por qué debería bailar contigo?- Le pregunté intentando que se distrajera tantito.
-Porque lo digo yo!- Exclamó molesto.
Daniel llegó enojado y se puso a mi lado.
-Hay algún problema?- Le preguntó al chico.
-Daniel?
-Para empezar, podrías soltar a mi chica? Te lo agradecería mucho.- Dijo mientras me iba alejando del chico.
-Yo enserio no sabía que ella y tú...
-No me importa si sabías o no!- Gritó exaltado mientras se acercaba con el puño cerrado.
No quería ver cómo se peleaban, así que intenté detenernos, pero fue inútil porque el chico le respondió igual.
-Te veo otro día, Daniel.- Le dije antes de darme la vuelta en dirección a la salida.
No tenía idea alguna de cómo irme y tampoco sabía dónde estaba, así que mi única solución era irme en taxi.
-Rebecca!- Me gritó Daniel mientras corría en mi dirección.
-Terminaste muy rápido de pelear, no?
-Lo siento, te prometí que iba a ser la mejor noche de tu vida. No me peleé.- Dijo mientras me veía a los ojos.
-Son las 9, ya es tarde.- Le dije mientras revisaba la hora en mi celular.
-Hay un salón de baile que conozco y es mucho mejor que éste, podemos ir?
Me quedé pensándolo un poco, pero la curiosidad me ganaba así que acepté ir con él.
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-Te gusta?- Me preguntó Daniel mientras caminábamos a la entrada.
-Es hermoso.- Le respondí mientras veía incrédula el lugar.
En la entrada unas bancas a los lados junto con unas jardineras. La recepción quedaba del lado derecho y del lado izquierdo había casilleros que podías rentar para dejar algunas cosas que no permitían. El pasillo que le seguía a todo eso tenía tres caminos distintos, dos eran para baños y el tercero era para entrar al salón.
Entrando al salón hasta el fondo estaba el grupo que tocaba, a la derecha estaba la barra de bebidas y todo lo demás era para bailar.
Al parecer por ser miércoles no había mucha gente, pero aún así se notaba el ambiente.
-Quieres bailar primero o tomar algo antes?- Me preguntó Daniel mientras dejaba su chaqueta en uno de los casilleros.
La canción que estaban tocando en ese momento me gustaba mucho, además apenas estaban iniciando.
-Bailar.- Le respondí mientras le pasaba la llave del casillero.
-Pues vamos, aunque tengo que aclarar antes de que cualquier otra cosa suceda que no sé bailar bien.
Me paré en seco para voltear a verlo.
-Me estás diciendo que me trajiste a bailar y no sabes bailar?
-Bueno, tenía la idea de que me enseñaras tú.- Respondió nervioso.
-No tenemos mucho tiempo, así que apúrate.- Le dije mientras buscaba un lugar no muy lleno para bailar.
-Creo que por allá está más vacío.- Me dijo Daniel señalando el lado izquierdo del lugar.
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Después de una hora bailando, fuimos a tomar algo a la barra.
-Tú qué vas a querer?
-Agua mineral, porfa.- Respondí mientras buscaba el número de mi mamá.
-Ya le vas a marcar?- Me preguntó Daniel.
-Claro! Son las 10:30 y ha de estar preocupada por mí!
-Tranquila, hay veces que no le avisas hasta el día siguiente.- Me dijo Daniel mientras pagaba las bebidas.- Relájate un poco, disfruta esta noche.
-Por qué exactamente esta noche?- Le pregunté volteando a verlo a los ojos.
-Porque esta noche estás con Daniel Alisten!- Exclamó mientras se señalaba a si mismo.
Le pegué sin intención de lastimarlo en el brazo.
-Por qué hiciste eso?- Me preguntó extrañado.
-Nada más. Ahora sí, deja le llamo a mi mamá.- Le dije antes de caminar en dirección a la recepción.
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-Hola mamá, vine a bailar con Daniel.
-Todo bien? Hoy en la mañana te caía mal.
-Ya te contaré después.- Le dije antes de lanzar un suspiro.
-Está bien, diviértete.
-Claro
-Te quiero mucho, hablamos luego.
-Yo a ti, okey.
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Regresé con Daniel, pero no estaba en la barra.
-Disculpe, no sabe hacia dónde se fue el joven que estaba aquí?- Le pregunté al señor de la barra.
-Dijo que ahorita volvía, usted tranquila.- Me dijo el señor con una sonrisa.
-Gracias, linda noche.- Le dije al señor antes de irme a dónde estábamos en un inicio.
-Me buscabas?- Preguntó Daniel detrás de mí.
-Sí!
-Está bien que sea encantador, pero no es para tanto.- Me dijo mientras se pasaba la mano por el copete.
-Pensé que me habías dejado abandonada aquí!
-Estabas en la recepción, no podía haber pasado sin que no te dieras cuenta, además tú tienes la llave del casillero y con el frío que hace no me iría sin mi chaqueta.
-Tienes razón, buen punto. Pero no era la única forma de dejarme aquí sola.- Le respondí.
-Crees que yo sería capaz de dejar a mi cita por alguien que conozca en el lugar?- Me preguntó mientras se acercaba a mí.
-De ti, no lo dudo.
-Eso dolió, sabes?
-Todo te duele, sabes?
-Ahora por eso me debes un baile.- Respondió Daniel mientras hacía una señal con la mano.
De repente, una canción lenta empezó a sonar.
-No sé si te gusta esta canción. Pero para mí sí es especial.- Me dijo mientras me tomaba de la mano y me dirigía a un espacio casi en el centro de la pista.
Era una canción lenta, así que me estaba gustando mucho. No era como si supiera bailar mucho, así que esto estaba bien.
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-Te veo mañana?- Me preguntó mientras caminaba hacia mi puerta.
-Claro, a dónde iremos?- Le pregunté antes de abrir la puerta.
-Será una sorpresa.- Me respondió después de depositar un beso en mi frente.- Descansa.- Agregó.
Me quedé ahí parada sin hacer nada viendo como Daniel se alejaba en dirección al auto.
Antes de irse, volteó a verme y me sonrió.
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-Celeste, ya ven- Le dije mientras me acostaba.
Pasaron 10 minutos hasta que el gato por fin se dignó a subirse para dormir, pero para cuando por fin se subió yo ya estaba durmiéndome. Otra vez.

Todo empezó en una tiendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora