CAPITULO 14

2.8K 185 27
                                    

Narra Tomás

Escuche el ruido fastidioso de una alarma, me removí molestó tratando de dar con ella y apagarla, sin embargo, no la encontraba.

Abrí mis ojos al fin para ubicar el objeto que no dejaba de sonar. Me alarme al ver qué no me encontraba en mí habitación, ni menos en mí casa, no obstante, al instante recordé que estaba en el cuarto de Ariel, quien estaba al lado de la cama, dormido al parecer, sus brazos eran su almohada, se veía tan tranquilo durmiendo, de cierta forma me reconfortaba verlo descansar. No recuerdo mucho de lo que pasó, se que me desmayé y que tenía mucho calor, pero no más que eso, mí memoria era borrosa, al parecer Ariel cuido de mí todo el tiempo.

Quería despertarlo pero no sabía bien como, ya que puede que se moleste conmigo cuando esté consciente, la alarma dejo de sonar ya hace unos segundos y Ariel no se despertó, me daba mucho miedo, pero tenía que despertarlo.

––ariel, despierta, a-ariel––lo moví un poco brusco.

Al instante se despertó alarmado, por miedo, me aleje lo más que pude hasta chocar con la pared, eso me produjo dolor, que no pude ocultar demostrar en mí rostro.

––¿Estás bien?––se acercó a mí y tocó mí cara preocupado.

Me asusté cuando poso su manos en mí rostro, cerré mis ojos esperándome lo peor, pero nunca había pasado, me sonroje ante su toque.

––estoy bien, gracias por cuidarme––acaricié la mano que se posaba en mí rostro.

Saco su mano rápidamente, eso me entristeció, seguro es por mí orientación sexual, le debió disgustar lo que hice.

––¿Todavía tienes fiebre?, Tu rostro esta rojo––poso su mano en mí frente.

––no, estoy bien––sonreí tímido.

Ariel se bajó de la cama, luego de decirle aquello parecía aliviado, me destape para también salir de la cama, sin embargo, me sorprendí al estar solo en boxer.

Mire a Ari que también estaba sorprendido, nervioso también, debido a mí estado.

––¿Qué mierda haces?––dijo molesto volviendo a cubrirme con la frazada.

––lo siento, debí sacarme la ropa por el calor, perdón Ariel, no me pegues––me tapé hasta la nariz como si la manta pudiera protegerme.

—mierda, no voy a golpearte tonto, yo te saque tu remera, tenía sudor, te daré una mía si quieres.

Nuestras miradas se cruzaron, Ariel me miraba diferente a como lo hacía generalmente, produjo que mí corazón se acelerara, todo mí cuerpo estaba caliente debido a mis nervios, quiso acercarse a mí pero un sonido demasiado molestó lo impidió. Ariel fue hasta la mesa y tomo su celular apagando esa melodía.

––ya son las 6:20, hay que ir al colegio.

¡Es verdad!, hoy es lunes, todavía estamos a tiempo, a las 7:00am abren las puertas, creo que tengo tiempo para volver a casa y cambiarme, pero debo apresurarme. Me levanté de la cama rápido tomando mí pantalón que se encontraba al pie de la cama, busque mí remera entre la frazadas o el piso y no estaba.

––la puse a lavar, te daré una mía.

––si, gracias Ariel.

Fue hasta su armario sacando un suéter y una remera.

—toma, hace frío y todavía estás resfriado.

—gracias—sonreí.

El que sea tan atento conmigo me hacía feliz, está clase de emociones que tenía hacia él son confusas, Ariel no fue un buen chico conmigo desde que lo conocí, me preguntó porque lo tengo, no puedo comprenderlo del todo, sin embargo, tengo una corazonada de lo que puede ser y eso me asusta, mí cabeza está hecha un lío.

SU SONRISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora