CAPITULO 10

2.5K 193 9
                                    

Narra Ariel.

Hoy es martes, y ya estoy cansado del colegio, quiero que vuelva a hacer sábado. Salí con Ramiro y Luis a caminar por ahí para divertirnos. En una esquina, en un callejón que parece cerrado, que no tiene salida, vi a Matías. Me dio curiosidad de lo que hacía en un lugar oscuro, por ahí está con Tomás.

—chicos, miren, ahí está el idiota.

—si, mira, ¿Qué estará haciendo ahí?

Pregunto Luis, al parecer intrigado al igual que yo.

—¿Nos acercamos?

Les pregunté, obviamente que yo lo haría, quería saber con quién estaba hablando y que estaba haciendo ahí.

—dale, pero despacio, es muy raro, ese con quién está no parece ser el estúpido de Tomás—dijo Luis.

—oye, a mí me da mala espina.

—vamos, no va a pasar nada Ramiro.

Le pegue en la cabeza, no tan fuerte y comenzamos a caminar. Nos acercamos de forma cautelosa, para no ser vistos.

Nos escondimos detrás de unos tachos de basura y tratamos de ver y escuchar que decían. Matias estaba muy nervioso al parecer, miraba para todos lados, pensé que estaba con Tomás, sin embargo, resultó ser una persona que se ve un poco más grande que él.

—hey, ¿Tienes la plata no?, sino no, no te lo puedo dar.

—si, la tengo mira acá, dame dos cajas.

—okey, toma, no te vallas hasta que cuente la plata.

—bueno, dale me quiero ir, cuenta rápido.

El chico contó la plata que le había dado, ¿Qué mierda será es caja?, Esa plata, ¿No será la que le da Tomás?, ¿Será que Matías se estará juntando con él solo por la plata?. No sé porque eso me enoja.

—okey, esta toda la plata, bueno nos vemos.

—okey, chau.

Ambos tomaron direcciones opuestas, Nosotros nos ocultamos ya que el idiota venía hacia nuestra dirección, pero igual no nos noto y siguió su camino, al igual que nosotros, cuando ya estaba más lejos.

—oye, eso que compro ¿No será droga?

Dijo Luis, podría ser cierto, porque estaba muy nervioso, ambos lo estaban, parecía demasiado sospechoso.

—si, me parece que si, ¿Será un adicto?

—puede ser, mañana lo hacemos hablar.

Me daba curiosidad el saber que es lo que contenía esas cajas que había comprado, pero más que nada era saber si esa es la razón para juntarse con Tomás.

Con respecto a él, últimamente me siento extraño, cuando mis amigos quieren molestarlo no me gusta, luego de haberlo golpeado cuando llego el idiota, me he sentido de esta forma, cuando casi se cae en el aula, actúe sin ser consiente de lo que estaba haciendo, verlo así no me gusto. Cada vez que quiero agredirlo, lo recuerdo estando en la enfermería o inconsciente en los brazos de Matías, me deja un mal sabor de boca, una sensación horrible, el corazón se me oprime al recordarlo.

Después de tanto caminar y pasar el rato con los chicos, me termine cansando y me fui a casa. Mis padres estaban en el trabajo, no venían hasta la noche, dependiendo de cuanto trabajo tengan, yo prácticamente me crie solo. Me fui a dar una ducha y me preparé de comer. Ya era tarde, me puse la alarma en el celular para ir mañana al colegio, aunque no tengo ganas.

SU SONRISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora