Narra Tomás
Me desperté con el sonido de la alarma, la apagué casi de inmediato, ya que la melodía era muy molesta, Ariel seguía durmiendo, al parecer la el sonido de la alarma no le afecto para nada.
Me siento realmente inquieto por lo que me dijo ayer, no me dio una respuesta clara sobre lo que sentía hacía mí, el solo hecho de pensar que puede llegar a ser una broma, me causa un grande dolor, mis lágrimas brotan y decienden por mis mejillas sin poder evitarlo, trato de llorar en silencio para que el no me escuché, sin embargo al parecer ya estaba despierto.
—oye, ¿Qué pasa?
—no es nada, buenos días—le dije sin mirarlo, mientras disimuladamente limpiaba mis lágrimas.
—Tomi ven, estas muy tenso, te voy a ayudar a relajarte—
Tras decir esto me fundió en un abrazo, agradecía que fuera de espalda ya que no vería mis ojos llorosos. Desendio hacía mis muslos, no entendía lo que hacía, capaz me dará un masaje es lo que pensé, sin embargo, separó mis piernas repentinamente y empezó a masajear mí zona íntima.
—para Ariel, ¿Que haces?—le dije nervioso sin levantar tanto la voz.
No recibí una respuesta de su parte, saco mí sexo y continuo masajeandolo, el placer no me dejaba pensar con claridad, quería que siguiera por una parte, pero por la otra no, no quería ilusionarme con él. Lo hacia muy despacio, era placentero y a la vez tortuoso, quería que sea más rápido y sin pensarlo se lo dije.
—más rápido...Ariel.
Maldije en mí cabeza por dejar escapar esas palabras, me siento tan avergonzado por eso. Empezó a masturbarme mas rapido hasta que por fin llegué el orgasmo.
Sin poder evitarlo comenzé a llorar, tengo tanto miedo de volver a sacar el tema que hablamos ayer, pero quiero que las cosas sean claras, tampoco era un idiota que era fácil de engañar, no quería que esto fuera una simple broma para él cuando para mí es importante.
—oye, ¿Qué pasa Tomi?, ¿No te gusto?—
—Ariel, ¿Sientes algo por mí?—lo mire a los ojos.
—no lo se, ya te lo dije, no se—dijo mirándome a los ojos—vamos hay que levantarnos.
Otra vez esa respuesta que no me decía nada, si tiene que arreglar sus sentimientos está bien, le daré tiempo, pero tratándose del chico que me agredió puedo esperarme que sea una broma y eso terminaría en dolor para mí. Sin embargo al mirarlo a los ojos no parecía estar mintiendo en lo que decía, parecía estar verdaderamente confundido sobre lo que sentía.
—esta bien, me daré una ducha, saldré rápido—le dije mientras agarraba mí uniforme.
—oye tomi—se acercó a mí y acaricio mí cabeza—lo siento, te daré una respuesta pronto, ¿Quieres que prepare algo para el desayuno?
Me hizo muy feliz escuchar aquello, me daría una respuesta sería sobre lo que sentía, si tengo que esperar un poco más lo haré.
—si, me gustaria huevos como los que hisiste en tu casa, eran ricos—le dediqué una sonrisa antes de entrar al baño.
—okey, cuando salgas los hago.
Me di una ducha rápida, me puse el uniforme y salí, Ariel estaba sentado en la cama haciendo algo con sus celular, al ver qué ya salí del baño se incorporó. El ya estaba vestido para ir a la escuela.
Bajamos a la cocina para prepararnos el desayuno, mí madre ya se había ido más temprano.
—oye Tomi, ¿Dónde estan los huevos?—me preguntó mientras hurgaba en la heladera—ya los encontré.
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SU SONRISA
RomanceTomi es un chico de 15 años, muy alegre, que disfrutaba de su vida hasta que sus amigos se enteraron que era gay no solo dejaron de juntarse con él sino que también comenzaron a hacerle bullying al igual que la persona de la cual estaba enamorado la...