–¿Entonces pasaste, toda la noche con mi hermano? - preguntó Sarah por vigésima vez en la semana, hace 3 días que eso pasó y ella no lo asimilaba.
–Si Sarah, ya, ¿vale?, dejemos el cuento de tu hermano.
–Bueno, ¿me contarás ahora la razón por la que te mudaste?
–No-contesté rápidamente sin pensar, poniéndome de muy mal humor, ni ella ni nadie pueden saber el motivo por lo que mi vida cambió.
–No te enojes Luna, fue una simple pregunta - Sarah hizo un puchero.
–Para mi no lo es, no quiero volver hablar de esto, me voy a la librería, chao- y me fui enojada.
Pasé el resto del día atendiendo a clientes.
Ya es de noche y lo único que hago es pensar en mi vida en que estoy sola,muy sola no tenía a nadie, así tuviera amigos, realmente no tenía alguien con quien contar, a quien llamar esas noches de llantos como esta, no había nadie ahí para mí para decirme que todo va a estar bien, no, sólo era yo tratando de vivir de salir del infierno al que estoy condenada, la culpa, ese era mi castigo ese sentimiento que siempre estaba presente en mi vida, mis pensamientos me torturan cada vez más, como me gustaría devolver el tiempo y evitar que eso sucediera.
Entre llantos, y dolor pasé todo el fin de semana, no tuve ánimos de ir a la universidad el jueves ni de ir a la librería me reporté como enferma, cuando no era cierto, la verdad es que no estaba enferma estaba haciéndome añicos en mi propia miseria, preguntándome ¿cuál era el sentido de vivir? Cuando no era importante para nadie.
Tomé todas las fuerzas que tuve y decidí levantarme de nuevo y andar con la frente en alto como lo había hecho últimamente.
Ya era lunes un mes aquí, un mes con una supuesta nueva vida que realmente apestaba, fui a la universidad y hablé con Sarah estaba enojada porque me desaparecí desde el jueves no sabía de mí, y las veces que fue a mi apartamento yo no salí.
–Perdón, pero es que mi vida no ha sido fácil y a veces me dan ataques de depresión - le conté a Sarah a pesar de todo ella me inspiraba mucha confianza.
–Tranquila, aquí estaré yo, en mi podrás encontrar una amiga, un refugio y un apoyo- murmuró Sarah mientras me abrazaba.
–Gracias, de verdad - esa era la única muestra de afecto que recibí de alguien en estos últimos dos años y un mes.
–Tengo que contarte algo, Matt estuvo preocupado, no sólo el también Keysi, Charlotte, Edd y Cameron.
–¿De verdad? - sentí un pequeño sentimiento de felicidad al escuchar eso
–Si, todos se preguntaban por ti, quedamos de ir en la tarde a Honey ¿te apuntas?
–No sé, tengo trabajo, debo pensar.
–Hey, hey Luna, te desapareciste todo un fin de semana, sé que no estás bien, necesitas despejar tu mente, anda vamos - suplicó mi amiga.
–Está bien - al fin y al cabo no perdería nada y Sarah tenía razón
Llegó la tarde y me encontré con los chicos en Honey, la cafetería preferida de todos.
–Ya te extrañaba, mi cielo no tenía luz sin su Luna - dijo Matt haciéndonos reír a todos pero en especial a mi.
–¿Por que eres tan fastidioso?-pregunté disimulando mi sonrisa.
–Por lo mismo que tú eres tan bella - repuso Matt
–Matt, hermano deja a Luna quieta.
–Gracias Edd, me acabas de rescatar para no escuchar un discurso de cursilerias Jaja.
–Tranquila pequeña-para todos era la pequeña del grupo todos tienen 23 años mientras yo tengo 20.
–¿Cuantas veces tengo que decirte que no me digas pequeña?
–Pero lo eres - esta vez fue Cameron quien intervino.
–Bueno ya, déjenme quieta.
Mientras esperamos nuestros pedidos hablábamos todos entre si, planificando nuestra salida del próximo viernes a la montaña.
–Aclararé algo, - dijo Matt – En ese viaje Luna no consumirá alcohol para evitar accidentes.
Todos rieron mientras yo me puse roja de la vergüenza y al parecer Matt se dio cuenta de eso.
–Era broma Lunita, sería todo un placer para mi que vomitaras de nuevo mi camioneta - murmuró Matt para que sólo yo pudiera escucharlo y me sonrío, creí sentir algo pero es
hambre.–No comiences Matt-dije mientras veía a la camarera acercarse con nuestros pedidos.
–Está bien, pero solo digo la verdad, y no comas tanto que muy pronto rodaras.
–Cállate Adams-amenacé apuntando a Matt con el tenedor.
–Calma pueblo, calma, no queremos muertos - dijo Sarah en son de paz.
Y entre risas y bromas pasamos el resto de la tarde, pero había algo que no me dejaba tranquila y era la mirada de Matt, no dejó de verme en ningún segundo.
Aquella noche en mi apartamento comiendo pizza hablamos y fue por ello que nos hicimos amigos
–Esperaré ansiosa el fin de semana - musitó Charlotte cómo una niña.
–Yo lo esperare con más ansias - dijo Matt dándole una mirada pícara a Cameron.
Estos chicos si que eran raros y eso me agradaba.
Nos despedimos y cada uno se fue por su lado.
La semana pasó mas lenta de lo que creía, todos los días lo mismo ir a la universidad, a la librería y una que otra tarde salir con los chicos, pero por fin había llegado el tan esperado y querido viernes, estoy emocionada por ir a la montaña, algo me dice que sera genial ...
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Maravillosa Luna
Teen FictionDe pronto a tus 18 años la vida da un giro de 180°, Luna jamás creyó que sería lo que es ahora. Dos años han pasado desde ese acontecimiento que marcó su vida, su esencia su ser. Ella nunca ha sido de las personas que se rinden a pesar de tener pr...