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Nos acabamos de mudar con mis padres a Madrid. Es un cambio muy fuerte para mí, desearía que esto parara.
Mi nombre es Felicia, tengo veintiocho años, soy una mujer decidida, inteligente, pero a veces soy insegura. Vivía en Mexico con mis padres, Marcela y Leandro, pero decidieron que nos mudariamos a Madrid.
Me dolió mucho, pues allá tenía a mis amigas, mi infancia y mi adolescencia, practicamente podría decir que era mi vida. Pero todo eso ya desapareció para mí.

Al llegar a Madrid, nos mudamos en una casa grande. A penas entramos a la casa mi madre me preguntó:

-¿Hija, te gusta la casa?

-Es muy grande.-Le respondí viendo el techo y las paredes de la casa.

Tenía muchas habitaciones ls casa, un living enorme en el que podrían entrar treinta personas, las paredes estaban pintadas de color blanco.

Mi madre me dijo, dejando sus maletas en el sillón:

-Muy bien, baja tus cosas hija. Después saldremos a comer.

-Mamá, por favor, no nos mudemos ya.-Le dije mirándola a mi madre.

Esta me dijo:

-Entiende Felicia, tu padre esta tratando de buscar trabajo, se esfuerza mucho hija.

-Bueno, mamá.-Le dije tomando mi maleta y yendo a mi cuarto.

Subí las escaleras, contaba cuantas eran y pensaba como sería mi cuarto, espere que sea grande, para tener más espacio para mí.
Abrí la puerta, entré y vi como era, tenía un color salmón que me gustó mucho, la cama era grande y tenía un espejo grande, me dio una buena impresión. Dejé mis maletas en el piso y empecé a sacar la ropa y otras cosas.

Después de acomodar mis cosas, quise explorar un poco la casa, entré a una habitación que tenía guardados unos cuadros, me impresionaron mucho, pensé esas son del dueño y su familia, pero lo que no dejaba de preguntarme era "¿De quién era esta casa?" Pues mis padres no me dijeron nada de eso.
Mi padre entró, y me dijo dejándome sorprendida:

-Hija, veo que terminaste de desempacar tus cosas.

-Si. Me gusta mucho la casa.-Le dije sonriendole.

Bajamos los dos, decidimos salir a comer a fuera.
Mientras mi padre manejaba, miraba por el vidrio como era Madrid, oí que era lindo, pero también escuché que algunos se aburren y no hay nada que hacer.

Llegamos al restaurant, nos bajamos del auto, caminamos hasta el restaurant, entramos y comimos adentro.
Pedimos un asado, como me gusta mucho, mi madre no dejó de mirarme, pues estaba sería, me preguntó:

-Felicia ¿Qué te pasa?

-Nada.-Le respondí, sirviendome un poco de agua.

Me preguntó de nuevo:

-¿Extrañas a tus amigas?

-Un poco.-Le respondí sin mirarla a la cara.

Mi padre me dijo:

-Escucha Felicia, te entiendo. Es muy difícil para todos y es un gran cambio, pero te adaptaras a esta vida, ten paciencia, te lo prometo.

En eso trajeron la comida, comimos los tres, muy callados estuvimos ahí, no volvimos a tocar mucho el tema.

La verdad es que nunca espere de mis padres que nos mudariamos. Y menos en cuando estaba decidiendo que hacer con mi vida. Quise empezar a estudiar para Diseño de Joyas, me encanta mucho. Sin embargo creó que ese sueño ya esta roto. Mis padres, durante toda mi vida, tomaban cada decisión por mí, algunas veces me preguntó a mí misma "¿Cómo puedo seguir asi?". Además tenía un secreto amoroso; me veía a escondidas con mi vecino Andrew. Nos veíamos y salíamos sin que nuestros padres se dieran cuenta, nos gustabamos y nos queríamos mucho. Cada noche nos encontrabamos en un bosque, deseábamos estar en un lugar a solas, ese fue mi lugar favorito, di mi primer beso. Todavía la recuerdo, y me gustaría hacerla realidad.

Mi Debilidad (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora