Mi Debilidad (COMPLETO)

43

Era de noche, estaba en la cocina, preparando ensalada de fruta para Manuel, quien estaba en su habitación acostado.
A penas termine de cortar las manzanas, las bananas, las frutillas y las ananas, las supe sobre un bols, y después las mezcle, pero en ese momento, alguien me tomó por atrás, y asustada me di la vuelta rápidamente, era Manuel, a quien le dije:

-¡Eres un tonto! No me asustes así.

-Perdóname, fue gracioso.-Dijo riéndose a carcajadas.

Le dije sonriendole:

-Estas loco.

-¿Qué preparaste de rico?-Me preguntó queriendo probar la ensalada de frutas que hice.

Le respondí alejandolo de la ensalda de frutas:

-No hagas eso. Pense en llevarte a tu cuarto, pensé que estabas durmiendo.

-Si pero no quería dormir.-Me dijo lavándose las manos.

Le pregunté:

-¿Por qué? ¿Te duele algo?

-Por que quiero estar contigo.-Me respondió acercándose a mí.

Fuimos al cuarto los dos, llevé la ensalada de frutas, decidimos ver unas películas. Mientras veíamos nuestra película favorita "Antes de partir", le pregunté dándole la mano:

-Oye estaba pensando... ¿Qué te parece hacer un día de campo?

-Nada mal ¿Los dos solos?-Me preguntó concentrándose en mí.

Le respondí:

-Solo los dos.

-Me encanta la idea.-Me dijo besándome en la frente y en la mano.

Me quedé dormida, eran las 03:30 a.m. desperté, pero estaba sola, no lo encontre a Manuel. Me levanté de la cama, y empecé a buscarlo por toda la casa, fui para la cocina, pero no estaba allí, luego recorde que había un lugar donde no había ido, era el jardín.
Al salir al jardín lo encontré sentado sobre el banco. Me acerqué a él, y éste me dijo:

-No podía dormir.

-Ya veo.-Le dije haciéndolo reír.

El me dijo:

-Espero no haberte levantado.

-No, nada de eso. Yo tampoco pude dormir.-Le dije agachando la cabeza.

Entonces Manuel me preguntó:

-¿Por qué no?

-Tuve una pesadilla.-Le respondí sin mirarlo.

Me preguntó éste:

-¿Quieres contarme sobre que tu sueño?

-Prefiero que no, no quiero recordarlo.-Le respondí dándole la mano.

Nos quedamos unos treinta minutos afuera, contemplabamos la luna junto con las estrellas que estaba frente a nosotros, era una velada romántica, hasta que Manuel se levantó y me dijo:

-Ven acompañame.

-¿A dónde?-Le pregunté.

El me respondió:

-Solo acompañame.

Me levanté del banco, y fuimos a dentro de la casa.
Al entrar, Manuel puso una canción lenta, una que me dejo todavía mas enamorada, me dijo tomando mi mano:

-Me permites esta pieza.

-Claro que sí.

Y empezamos a bailar, él no me dejó de mirar, como yo no lo deje de mirar a Manuel. Estabamos cada vez más enamorados.