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Llegué a casa, eran casi las 01:40 a.m. entré esperando que mis padres no estuvieran, si no se enojarian.
Pero no tuve suerte, me encontré con mi madre, quien estaba sentada en el sillon, y me dijo enojada:

-¿Dónde diablos estabas Felicia?

-Perdona la hora mamá.-Le dije sintiéndome cansada y a penas pude caminar.

Pero mi madre me preguntó:

-¿Estuviste con él verdad?

-Que te importa.-Le respondí, ganandome una cachetada de mi madre.

-¡Además de eso, estuviste bebiendo!-Me dijo a los gritos.

Y le dije furiosa con ella:

-¡Y si bebí! ¿A ti que té importa?

Y mi madre me dio la segunda cachetada, y me dijo:

-A mí, no me hables así.

-¡No! Sabes que, me harté, me harté de que tú y mi padre me digan que tengo que hacer, como tengo que ser. Y esa no soy yo mamá, no lo soy...-Le dije llorando, y me fui corriendo hacía mi habitación.

Cerré la puerta con llave, pero mi madre empezó a golpear la puerta fuertemente; le dije a los gritos:

-¡Vete mamá! Déjame en paz.

-¡Hija, Felicia! Por favor, hablemos.-Le dije golpeando la puerta.

Después preparé alguna ropa, puse una sabana, y me escapé por la ventana. Ate un pañuelo con otros cuatro, y los arrojé sobre mi ventana para poder bajar. Corrí mucho riesgo para bajar, pero tenía que hacerlo.
Finalmente pude bajar con mis cosas, luego caminé lo más lejor, como la otra vez.

Empezó a llover, continúe deambulando por la calle, sin encontrar un hogar a donde ir. Hasta que un hombre se detuvo frente a mí, era un vagabundo, me dijo:

-Veo que estas perdida.

-¡Aléjese de mí!-Le dije intentando pasar.

Pero el vagabundo me dijo:

-Espera, no voy a hacerte daño. Solo... solo quiero volver a casa.

Me detuve, me acerqué al vagabundo y lo cubrí con la sabana que tenía en mi bolso. Después fuimos a un callejón, nos sentamos sobre el suelo, le pregunté:

-¿De dónde vienes?

-De muy lejos.-Me respondió.

Le pregunté otra vez:

-¿Y tu familia, dónde esta?

-No tengo familia.-Me respondió serio.

Lo abracé al vagabundo, me dio pena saber que estaba solo y sin nadie. Este me preguntó:

-¿Cómo se llama usted?

-Soy Felicia.-Le respondí al vagabundo.

Y este quedó sorprendido, abrió muy grande los ojos y me preguntó:

-¿Eres Felicia?

-Si, ¿Por qué?-Le respondí asustada.

Y él me preguntó otra vez:

-¿No me recuerdas?

-No lo creó... espera... ¿Andrew?-Le respondí viendo el rostro del pobre vagabundo.

Y este me preguntó:

-¿Qué haces aquí?

Me quedé muda, solo me quede mirándolo a Andrew.

Mi Debilidad (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora