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Era la mañana, estaba en el jardín. Aprovechando que mis padres salían a comer, decidí quedarme en casa.
Traté de pensar y de encontrar la respuesta de Manuel, que quería decir con eso que tenía que protegerme, sentí que debía alejarme de él, pero, por otro lado, no puedo me dolería, por que lo amó mucho.
Escuché un ruido, me acerqué a los arbustos, ya que por ahí provenía el ruido, me acerqué lentamente y, era la señora la había visto la otra vez. Esta me dijo:

-Hola querida.

-Señora ¿Cómo esta?-Le dije amablemente.

Me dijo cortando las flores:

-Muy bien. Ya sabes, tengo días difíciles, pero también fáciles, hay que saber aprovecharlos.

-Si... quería disculparme con usted, no debí haberla tratado así, no es su culpa.-Le dije mientras me recogía el pelo.

Esta se levantó del pasto con sus tijeras y me preguntó:

-¿Quieres pasar a tomar algo? Aquí vivo, venga.

-Esta bien señora.-Le respondí yendo a la casa de la señora.

La casa de la señora era chiquita por fuera, pero muy grande por dentro. Entré, ella me invitó a que me sentara en la mesa; y me dijo, mientras preparaba dos tasas de té:

-No era mi intención hacerte sentir mal, te escuché llorar y quise ver, eso fue todo.

-¿Por qué me dijo "Conozco esa mirada", señora?-Le pregunté.

Esta me dijo, llevando las tasas a la mesa:

-Por favor llámame Fabiana ¿Cómo te llamas tú?

-Felicia.-Le dije por un momento mirando el piso.

Después, Fabiana me respondió su pregunta:

-Yo viví aqui desde niña, pues mis padres no pudieron conseguir trabajo, y casi nos quedábamos sin comer, nos íbamos a morir. Hasta que un hombre, amigo de mi padre, nos visitó y decidió que nos daría un hogar y que no nos pagaría nada. Esta casa nos dio, no nos pagó nada, y con el paso del tiempo, mi padre consiguió trabajo, y todo estaba bien.

Le dije sonriendole:

-Fabiana, sea lo que sea, luchaste y seguiste adelante.

-Si, pero no es eso. Faltaba la peor parte. Una noche escuché un ruido perturbador, bajé inmediatamente y pude ver a la mujer del hombre, estaba gritando y, al verla salir corriendo de la casa, estaba casi desnuda. Los vi y decidí pedir ayuda. Pero fue demasiado tarde para ella... y para él.-Me contó esa horrible historia.

Le pregunté sorprendida:

-¿Pero por qué la lastimaba?

-Él la estaba engañando, lo supe, aquella vez que la vi a fuera, estaba llorando y sintiéndose culpable, de lo que le hizo. Esa noche, ella discutió con él y ya sabía su secreto, y se pelearon. Cuando vino la policía él la mato y luego el se suicidó.-Me respondió Fabiana, mientras tomaba su té.

-Usted hizo todo lo que pudo Fabiana.-Le dije dándole la mano.

Pero ella se molesto y me dijo:

-Pude haberla salvado, pude haberla convencido de que viniera conmigo...

-Fabiana, usted trató de salvarla, pero ahora esta en paz esa mujer. No la pueden lastimar más.-Le dije interrumpiendola.



Mi Debilidad (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora