Mi Debilidad (COMPLETO)

32

El día siguiente, el día especial por fin se llegó. Me casaré con Manuel. Desperte alegre y feliz, me levanté de la cama y fui tomar un baño con burbujas.

al salir de bañarme, me cubrí con una toalla blanca y también me cubrí la cabeza. Luego fui por el vestido, pero antes de ponérmelo me seque el pelo y traté de recogermelo para que se me viera bien.
Y por fin, me puse el vestido, me parecía a una princesa, tenía la espalda descubierta, y a penas se me veían los zapatos que el vestido los cubría.

Me senté en frente al espejo, y empecé a maquillarme. Mientras me pasaba el lápiz labial rojo en mi boca, entró Manuel; estaba con un traje elegante color negro y camisa blanca, al verme se quedó quieto como roca. Me levanté y le pregunté:

-¿Qué? ¿Como estoy?

-A veces me preguntó si estoy frente a una mujer o frente a un ángel.-Me respondió dando un paso hacía mí.

Esas hermosas y tiernas palabras me dejaron temblando y solté una risa. Los dos nos sentamos sobre mi cama, y él estaba nervioso, al ver que sus manos estaban temblando. Le pregunté:

-¿Estas bien?

-Si, estoy nervioso.-Me respondió mirándome.

Pero le dije:

-No me mientas, te conozco Manuel.

-Seré honesto contigo... hay una parte de mi vida que no te conté y que no lo hice, por que no quiero recordar, es una mancha que jamás se despegará.-Me dijo dándome la mano.

Le pregunté sorprendida por la respuesta de mi supuesto marido:

-¿Cómo que cosas? ¿Secretos?

-No quiero hablar de eso mi amor. No hoy, no en este día.-Me respondió levantándose de la cama. Pero antes de que Manuel se fuera me dijo:

-Por favor, no me odies. Es todo lo que te pido.

-No te odio, mi amor, ¿Cómo puedes creer eso?-Le dije dándole un beso en los labios.

En ese momento hermoso, nos interrumpió mi padre, quien no dejó de verme y me dijo:

-¡Felicia estas hermosa!

-Gracias papá.-Le dije sonriendole.

Después de darme un fuerte abrazo, mi padre dijo acencandose a nosotros:

-Manuel déjame a solas con mi hija, por favor.

Y éste se marchó de la habitación. Mi padre no pudo evitar mirarme, y me dijo:

-Hija quiero que sepas que lo que hice, las decisiones que tomé, lo hice por tu felicidad. No soportaría verte mal, no se que haría...

-Papá, lo sé. Y perdóname por haberme enojado contigo, se que tú y mamá me aman como yo a ustedes.-Le dije interrumpiendolo y casi al borde del llanto.

Y fue ahí, donde mi padre no podía seguir conteniendo su alegría, su felicidad por mí, lloró profundamente.
Se escuchaban las campanas, así que nos apresuramos con papá, salimos del cuarto desesperados y bajamos hacía abajo. Estaba tan nerviosa que a penas podía caminar, no dejaban de temblarme las piernas.
Decidimos que la boda se realizaría en casa, con algunas personas parientes de mis padres. Caminamos frente a todos, mi padre me acompañó, todos me miraban lanzandome sonrisas. Al llegar al altar, me quedé mirándolo a Manuel, y él también se quedó mirándome. El sacerdote dijo:

-Queridos hermanos, estamos reunidos aquí para unir a esta pareja en sagrado matrimonio. Esto es una prueba que Dios nos muestra ante nuestros ojos, que el hombre debe amar a la otra persona. El amor triunfó. Manuel Sanches ¿Aceptas a Felicia Gallardo, prometes serle fiel, para amarla y respetarla en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separé?

Y Manuel le respondió:

-Si, la aceptó.

-¿Y tú Felicia Gallardo prometes amarlo a Manuel, y respetarlo y serle fiel y quererlo en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separé?-Me preguntó el padre.

Le respondí sonriendo:

-Si quiero.

Todos nos aplaudieron, y se levantaron de sus sillas.
El sacerdote dijo:

-Los declaró marido y mujer, Puede besar a la...

Pero ese hermoso y emocionante momento fue interrumpido, pues me desmaye, en frente de todos. No se lo que me paso. Lo último que recordé era haberlo visto de lejos a Andrew, y me empezó a doler la cabeza, veía todo borroso. No puedo mantenerme firme y me caí sobre el piso, causando una gran conmoción a todos los invitados.