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Sentía frío, empecé a toser, ni siquiera tenía una manta o algo para taparme.
El estómago no dejaba de rugir, tenía mucha hambre.
Llegó Andrew mojado de la calle, esté me dijo:

-Veo que despertaste.

No le respondí, ni siquiera lo miré.
Pero él me dijo:

-Pronto cambiaras, se que es cuestión de tiempo. Estaremos juntos mi amor.

-Aún que me tengas aquí, nunca te amaré.-Le dije acercándome a él.
Me preguntó inapropiedamente:

-¿Y si te besó, en este momento, me amarias, como aquella vez que éramos niños? ¿A caso te olvidaste todo eso? ¿Tan rápido te olvidaste de mí Felicia?

-Andrew haberte conocido fue la mayor alegría a de mi vida, y eso no lo negaré. Pero ahora no es así, te quiero como si fueras mi hermano.-Le respondí mirándolo a los ojos.
Pero esté dijo dándome la espalda:

-¿De sirve que me ames como a un hermano, si yo siento algo más profundo por ti? ¿Tú acaso no sientes lo mismo por mí?

-Andrew no lo hagas.-Le dije alejándome de él.
Pero esté se acercaba cada vez más, me preguntó tocandome la cintura:

-¿Qué? ¿No sientes algo, no sientes Felicia?

-Sueltame ¡Déjame en paz!-Le dije gritándole. Andrew me agarró y me tiró sobre el suelo fuertemente.

Me lastime el labio y la mano, sangre mucho. Lloré mucho. Mientras que Andrew se sentó sobre el suelo, cerca de mí, me quiso tocar la cara; pero le quité la mano y lo pegué en la cara, le dije llorando:

-Nunca, oye bien, nunca me vuelvas a tocas ¡¿Me escuchaste?! ¡No me vuelvas a tocar!

-No quise pegarte Felicia, por favor perdóname.-Me dijo a punto de llorar.
Pero le dije:

-Tú eres el que me lástima, no te bastó el accidente que tuve, y ahora golpeas y me lastimas.

Andrew dijo sin mirarme:

-La que me lástima eres tú Felicia, te demuestro todo mi amor, te intentó proteger cuidarte...

-¡No necesito que me protejas! ¡Nunca me protegiste!-Le dije molesta interrumpiendolo.

Entonces Andrew se levantó del suelo y salió afuera, dejándome sola.
Intenté levantarme, me apoyé por las paredes y traté de abrir una puerta que conducía a fuera, pero estaba atorada. Tomé un palo de madera, y golpeé tanto que logré que la puerta se abriera. Pero cuando salí escuché la voz de Andrew diciendo:

-¡Felicia! Te traje comida.

Fue ahí donde corrí con la energía que me quedaba, no sabía por donde ir, estaba totalmente oscuro y además estaba lloviendo. Hasta que pude ver un bosque, fui ahí esperando perderlo a Andrew para que no me siguiera. Al entrar, me escondí en un árbol. No sabía si estaba cerca, pero podía escuchar su voz otra vez:

-¡Felicia! ¡Felicia! ¡Felicia! ¡Felicia, vuelve!

Por momentos pensé que me iba a trapar, ese sería mi fin.
Pude verlo, por un momento se quedó vigilando el lugar, pensando que pasaría o saldría, no lo sé. Me quedé inmóvil y callada, no hice ni un solo ruido.

Cuando se fue Andrew más adelante del bosque, aproveché la situación y salí del árbol. Corrí hasta que finalmente salí del bosque, empecé a caminar esperando encontrar la casa de la cual me secuestraron.

Estaba resfriado y estornudando, creó que cinco veces. Mientras caminaba veía a un hombre en medio de la oscuridad; pensé que era Andrew, así que empecé a correr pero resbale y me caí. Aquél hombre se me acercó, no supe quien era. Le dije llorando:

-¡Por favor déjame! ¡No me hagas daño!

Pero el hombre igual se acercó. Se agachó para ayúdame a levantarme y me preguntó:

-¿No sabes quién soy?

-¡No! ¡Déjame en paz!-Le respondí a los gritos.

Sin embargo, el gentil señor no se alejó y me dijo:

-No puedo dejarte así Felicia.

Y al escucharlo decir mi nombre, lo reconocí, era Manuel.

Mi Debilidad (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora