Las clases siguieron, de manera lenta y aburrida, como si las agujas de mi reloj hubieran sido modificadas para moverse en cámara lenta. Tenía mucho, pero mucho sueño. Pero cuando la última campaña sonó, fue como si me inyectaran una buena dosis de adrenalina.
–Francia, querida mía, ¿Te llevamos?– preguntó Sam, poniendo un brazo sobre mis hombros.
–Gracias, pero no, prefiero caminar.
En parte, era cierto, algo que me gustaba bastante era el ejercicio. Aún no comprendo como las chicas de las novelas que he leído -y escrito- tienen un cuerpo escultural con una dieta a base de Nutella y Pizza; yo no hago ejercicio en dos semana y aumento unos dos kilos. Por otro lado, sabía que en el auto irían Cam y Simón, por tanto, sabía que sería muy incómodo. Apuesto que a Sam no le ocurría nada, pues posiblemente se dormiría.
–Adiós nena.– dijeron los tres mientras avanzaban por la calle en el Escarabajo de las gemelas.
Caminé a paso suave a casa, no tenía nada de prisa de llegar y ver a mi madre estresada por su trabajo. Ella era doctora y, sin importar la fecha y hora, siempre tenía cosas que hacer. Mi padre, en cambio, es policía. Profesiones comunes y, a mi parecer, bastante aburridas.
Pongo una mano en la perilla de la puerta, dando un suspiroTal vez hoy debería hacer más manuscritos, enfocarme de lleno en eso... O tal vez debería hacer otra cosa, divertirme y olvidarme un tiempo de todo eso
Un ruido escandaloso dentro la cada me saca de mis cavilaciones y abro. Mi modo alerta se había actactivado, mientras buscaba el proveniente del ruido.
–¡Francia!– dijo mi madre, asomando la cabeza desde la la sala con parte de la cara manchada de pintura, estaba un metro más alta que de costumbre.
–¿Qué pasó?
–¿Me pasas esa lata? No alcanzó desde aquí.Me asomé a la cocina y la encontré subida en una escalera, haciendo unos patrones particulares en la pared. Su bata de doctora estaba manchada de distintos colores, pero parecía no importarle.
–Mamá, tu ropa...
–Ya no necesito esta estúpida bata.– dijo bajando de la escalera y refregandose las manos.
–¿De qué hablas?
–Renuncié.
Sentí como me atragantaba con mi propia saliva y comencé a toser. ¡Había sido doctora desde que tengo memoria! Parecía que le gustaba lo que hacía, siempre me dijo que amaba curar a las personas.
–¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!
–No es tan divertido, además, me di cuenta que podría aprovechar mi hobbi.
Lanzó una libreta en mi dirección, la abrí dudosa y sentí como mi boca se abría de asombro. Cientos de dibujos a lápiz, a color, con acuarelas... Todos hermosos.
–Dios, mamá, eres fantástica. – admiré, sonrió ampliamente de manera arrogante.
Entonces, mi mente comenzó a revolotear a mil revoluciones por hora y le entregué el cuaderno, comenzando a subir las escaleras. No me importó su rostro confundido y cerré con seguro la puerta de mi habitación. Me acerqué a mi gavetero y saqué una carpeta llena de manuscritos. Evalué y pasé una hoja tras otra, buscando esa idea que se había iluminado sobre mí cabeza. Hasta que lo encontré.
...Mi madre era demasiado amable y tierna para mi gusto, siempre supuse que su profesión influía mucho en su personalidad, tal vez pintar te hacía más susceptible a ser cariñosa....
Okay, esto es raro. Maya, era la protagonista de Mi libro y usualmente se quejaba de su madre, pues era Artista de manera profesional. La pintura siempre le pareció una mezcla de manchas sin sentido sobrevaloradas por todos aquellos que no podían sacar algo de su imaginación.
Las coincidencias ocurren siempre ¿no?
Esto se está poniendo interesante, si mi padre se vuelve sargento de policía, les aseguro que esto esto se convertirá en algo muy divertido...
[...]
Mi reloj sonó, marcando que los diez minutos de trote habían terminado y ahora tenía que correr. Otra canción One Republic comenzó a reproducirse y aceleré el paso, tenía intenciones de llegar hasta el gimnasio al aire libre a cuatro kilómetros..
Solía tener mis técnicas de distracción cuando corría, una de esas siempre era divagar en mi mente, cosa que me distrajo los suficiente como para caer de lleno contra el suelo.
–¡Maldición!
Tal vez haya caído de una camioneta y salir, milagrosamente, sólo con moretones, pero golpearse en las canillas contra un banquillo duele como el demonio.
Me giré para quedarme sobre el trasero y me froté la zona golpeada. Estaba enojada, y no solo por el golpe, estaba enojada por todo. Las últimas dos semanas habían sido una completa mierda para mi, y mis pobres músculos la habían pagado con intnsas horas de ejercicio para descargarme. Me saqué los audífonos de un tirón y lancé un gruñido.
–¿Necesitas ayuda?– dijo una voz delante de mi.
–No gracias– espeté con rabia, tal vez está persona no tenía nada que ver con mi reciente enojo, pero en este momento me valía una galaxia de mierda.
–¡Uy! ¡Lo siento! ¡No es mi culpa que ese banco hubiera desaparecido ante tus ojos!– su voz sonó sarcástica y levanté la mirada.Me quedé pasmada por completo.
¡No, no, no!
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Yo te creé #PNovel #HopeAwards2017
General FictionSe escribe para descargarse. Se escribe para divertirse. Se escribe para soñar. O de vez en cuando, sólo para pasar el rato. Aunque nunca pensé que se escribía y se hacía realidad. Portada hermosa y sensual hecha por @94sDallas Prohibida...