12. Soldado Camille.

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Estoy enteramente agradecida a mi yo del pasado por haber sido lo suficientemente floja como para dormir con sostén. Con el apuro constante de Sam, apenas logré ponerme los zapatos sin romperme la nariz.

Samantha ni siquiera me explicó por qué entró a mi habitación por la ventana como si se tratase de un secuestro, insistía en que hiciéramos silencio, pues mis padres estaban dormidos aún. ¿Qué podría tener Cam como para que Sam tuviera que entrar a mi casa a las cinco de la mañana?

El nerviosismo me llevó a la torpeza, haciendo que se me cayeran las llaves al abrir la puerta. Había dejado una nota rápida en la mesa para mi madre, donde decía que había salida más temprano para trotar e ir a casa de las gemelas por un trabajo. Un mal presentimiento me recorría la espalda, no como los escalofríos de ayer, esta sensación era parecida a una respiración en el cuello...escalofriante.

Aquel antiguo estaba estacionado frente a mi casa y corrí para subirme lo más rápido posible, no necesito que mis vecinos vean que duermo con shorts del rayo McQueen. Segundos después, Sam encendía el auto y pisaba el acelerador.

Hubo un minuto de silencio, incómodo. Parecía que ambas esperábamos que la otra comenzara la conversación. Yo tenía las preguntas en la punta de la lengua, lo único que faltaba era disposición a que no me contestara y prefiriera que llegaramos a su casa, si es que íbamos hasta allí.

– ¿No me dirás adónde vamos?- intenté no sonar como si lo estuviera exigiendo.

– Ayer, después de que salimos de la cafetería, empezaron a discutir. No como las discusiones que nosotras veíamos, esto era mil veces peor. Gritaban como si yo no estuviera conduciendo, o estuvieran solos, no lo sé. –Sam se veía aturdida– Simon me pidió que frenara el auto incluso a diez cuadras de su casa. Fue espantoso. Y nisiquiera terminó ahí, pelearon por teléfono, y luego por mensajes...

Sam sacó un celular de su bolsillo y me lo entregó, inmediatamente lo reconocí como el teléfono de Camille, los pequeños diamantes de fantasía lo delataban. Había una conversación, supuse que era lo que tenía que leer.

Simon

Ult. Vez ayer 12: 05 am

Se siente extraño verte ahora, no me siento igual que hace un año...

No entiendo a que te refieres, Camille, ¿Qué significa eso?

No me parece correcto estar contigo así todo parece tan forzado, parece que quieres estar conmigo más por costumbre que por amor. No me cuentas ni lo que haces, ni cómo te siente, nada. Me hablas solo si yo te hablo, como si yo estuviera en una relación con un maldito perico.

Y, ¿Sabes? Mientras más tiempo pasa, más me doy cuenta de que me estoy perdiendo a mi misma por intentar estar con alguien que ni siquiera piensa que me preocupo por él. No vale la pena.

Cam, lo lamento.

"¿Cam lo lamento?" Es demasiado tarde Simon.

No vale la pena forzarme a amarte cuando tú no me das motivos para hacerlo

Leído, ayer 12:00 am

Oh, Dios mío, no lo hizo. Por el amor de Dios, no puede haberlo hecho. Cualquier persona podría creer que es una ridiculez despertar a alguien por algo de este nivel, pero no yo y mucho menos Sam. Esto...esto era una alerta roja.

El hecho de que Camille estuviera sana, al menos físicamente, hizo que la presión en mi pecho disminuyera drásticamente. Aunque mi corazón parecía haber dado un vuelco ante la última frase de Camille. Entiendo el hecho de que hayan peleado, siempre lo hacían, pero nunca- jamás- se gritaban. Según lo que decía Sam, es como si Cam hubiera desbordado la presa que contenía sus sentimientos, destruyendo todo a su paso y eso incluía su relación con Simon. Ni siquiera se dió la oportunidad de terminar esa pelea al día siguiente, sino que decidió terminarlo todo con el cerebro en llamas.

Yo te creé #PNovel #HopeAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora