14.Sheldon

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¿Cómo pude olvidarlo? ¿Cómo olvidé que mi cumpleaños era el mismo día de mi fecha límite? Quiero decir, hay cosas que suenan en tu cerebro como una campana cuando es mencionado, como el día de tu cumpleaños o el nombre de tu madre. Memoria inconsciente, tal vez.

Es gracioso, pues cuando lo hice me pareció completamente irónico. Nada menos que un chiste cruel para mí misma.

Cumpliría 19 pronto. Y si te preguntas qué demonios hago aún en preparatoria si debería estar en la universidad, debo informarte que sales de la prepa a los 18, el problema es que durante una etapa de rebeldía a los catorce, terminé repitiendo todo el segundo año de secundaria. Así que sí, soy la heredera de Tutankamón junto al montón de chiquillos de mi salón, si quieren verlo de esa forma.

Un trueno me sacó de la vacilación y miré al cielo, que se había tornado completamente gris, de nuevo. Amo este maldito país, amo la lluvia...pero me gusta el cielo azúl.

"Hey, hey, mister Blue Sky..."

Genial. Ahora tendría esa canción en la cabeza todo el día.

–Vamos, debemos volver antes de que empiece a llover. Y tengo que llevarte a casa. – dijo Cam, al parecer, notando que tenía suficiente de hablar de este tema.

Le eché un último vistazo a la casa de Jeremiah antes de caminar a casa de las gemelas.

Camille se mantuvo en silencio durante el trayecto, que sin ser demasiado largo en kilómetros, se sintió como una eternidad. Aunque yo tampoco tenía muchas ganas de conversar en este momento tan extrañamente dramático. Nunca he sido una fan del drama, nunca existió una sobredosis de drama en mi vida que no haya sido lo que ocurrió con River, y, sin embargo, no fue un momento de "corta-venas", sino una etapa de mi adolescencia que fue tanto especial, como tortuosa, que nunca me atrevería a quemar. Pues, si lo hiciera, nunca habría encontrado mi loca inspiración.

Las casas de mi vecindario tenían una regla de pintar todas las casas en un tono de blanco que parecía amarillento para que todas fueran iguales. Por tanto, reconocer mi casa nunca es difícil: Era azul. La única chispa de color en ese pálido vecindario. A mi mamá no le interesaba esa estupidez.

–Francia...– dijo Cam, cuando bajaba del auto– Si necesitas ser escuchada o...o quieres un consejo...yo quiero ayudarte.

Cam estaba nerviosa, se le notaba con facilidad.

–Cariño, yo se que siempre puedo confiar en ti.

Le regalé una última sonrisa y entré a la casa.

La forma de la casa siempre me ha parecido extraña. Al entrar, lo primero que ves son los muebles de la sala y si alzas la vista, de inmediato ves la cocina; y justo al lado de las cocinas, están las escaleras al segundo piso. Sin embargo, al lado de la nevera, está un pasillo, que da directamente al garaje. Era pequeña, lo notabas cuado entrabas y veías toda la casa sin moverte. Aunque, eso también es un pequeño plus, ya que pude ver que había alguien en el garaje.

La luz del pasillo estaba encendida, y sombras iban de aquí para allá. Entonces, me llegó un olor a salsa bechamel y carne molida que reconocería aún sin el olfato. El horno estaba encendido y junto a él, en el suelo, estaba un bolso estampado con parches de colores y flores cursis. Todo esto...solo significaba una cosa.

Corrí todo lo que mis piernas daban y subí medio tramo de escaleras, huyendo de mi fatídico destino, y justo cuando creí que mi salvación estaba cerca...la escuché.

–¡MI NIÑITA LINDA!

Mierda.

–¡Abuelita! – bajé escalón por escalón, y me acerqué con fingida emoción a mi abuela.

Yo te creé #PNovel #HopeAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora