08. Kinda Different

234 21 0
                                    

riddled.


Lydia miró detenidamente al chico frente suyo tratando de memorizar la mayor cantidad de detalles que pudiera, y siguió dibujando con el lápiz la parte alta de su espalda encorvándose hacia los hombros. Barry estaba sentado en una banca con las piernas abiertas, los codos recargados en las rodillas y mirada al frente.
Era más de media noche y la escuela estaba completamente sola a excepción de ambos.

—¿Estás segura de que nadie vendrá? —preguntó él manteniendo la misma postura.
—Nunca lo hacen —dijo ella sin despegar la vista de su trazo—. Debido al número de homicidios dentro de la escuela nadie acepta trabajar de noche.

Barry frunció los labios y no volvió a hablar hasta que notó que Lydia había dejado de dibujar.

—¿Ocurre algo?
—¿Escuchas... eso? —le preguntó Lydia con la voz entrecortada mientras su vista recorría la habitación hasta detenerse en la radio que habían encontrado en el armario del salón.
—¿Qué cosa?
—¿No escuchas absolutamente nada? —el lápiz se deslizó entre sus dedos hasta llegar al suelo, sabía que eran susurros pero no entendía lo que decían.
—Sólo música, ¿qué estás escuchando?
—Voces.

Barry se levantó del banco y se dirigió a ella, mientras ésta se encontraba en una especie de shock.
Esas tres palabras seguían golpeando sus oídos, estaba segura de que significaba peligro de vida o muerte hacia alguien. Era la voz de Stiles.

«—Ven a buscarme.»

⚡️⚡️⚡️

La pelirroja observó curiosa la manera en que los hilos rojos se aferraban a las tijeras, y ellas a la cama del chico. Clavadas. Sentía que una parte de ello le gritaba lo que sucedía, pero no podía encontrarlo.

—¿Qué es esto? —le preguntó Barry, mostrándole un dibujo hecho a pluma. Lo había visto todo el tiempo que llevaba ahí y no sabía que era.
—El nemeton. Lo dibujé hace... tiempo.
—Creo que le gustas mucho —dijo él reprimiendo una mueca. Aún no se llevaba muy bien con Stiles y a eso le sumaba la extraña sensación de comodidad que lo invadía cuando estaba cerca de la pelirroja.
—Tal vez le gustó mucho el dibujo.

Barry soltó una pequeña risa y lo dejó junto a una carta con el nombre de la chica. No era algo en lo que debería entrometerse, después de todo, él tenía que irse y no podía dar objeciones a eso.
Más tarde llegó Scott con Isaac, ahí el moreno les comentó acerca de la extraña llamada que recibió por parte de su mejor amigo.

—Vé con el sheriff... —le respondió Lydia aun más preocupada.
—Pero él...
—Vé ahora.
—Vamos juntos. —le dijo el alfa, refiriéndose a las cuatro personas en la habitación.
—No puedo... Hay algo aquí. —dijo Lydia.
—Oh, sí. Evidencia de su poca salud mental. —dijo algo agobiado Isaac.

Scott le dirigió una mala mirada al chico antes de ir directamente a la estación de policías junto a él. Dejando a Lydia y Barry solos otra vez.
Se acercaron nuevamente a la pizarra, mirando de cerca todo lo que tenía en ella.
Frustrado, Barry tiró de un hilo haciendo que Lydia entendiera lo que había ahí. Una ola de susurros llenó sus oídos.

—¿Hice algo malo? —preguntó él frunciendo las cejas culpable al ver la expresión de la chica.

Ella se acercó más a la telaraña de hilos que se formaba desde las tijeras y tiró de uno de ellos. Haciendo que los susurros volvieran.

—Una casa —volteó nuevamente hacia las fotografías mirando hacia una en particular—; Eichen House. Él está ahí...

⚡️⚡️⚡️

Para cuando se encontraron en la casa de salud mental, el sheriff había tomado el lugar de Isaac. Quien se había ido excusando con que tenía que buscar a Allison, ya que no respondió a ninguno de sus mensajes.
Entraron subiendo las escaleras, Noah se acercó al recepcionista primero y pidió acceso al sótano. Scott afirmaba que Stiles describía uno cuando le llamó.
Una vez abajo, se separaron para abarcar el poco espacio disponible que quedaba debido a las calderas. Haciendo mas evidente el hecho de que Stiles no estaba.
Otra vez, Lydia se sentía inútil. Inútil porque sus poderes no habían acertado o no había sabido interpretarlos, eso fue lo que todos creyeron.
Esa misma noche, cuando volvieron a las afueras de la casa, Melissa llamó a Noah para decirle que habían encontrado a Stiles dentro de una cueva en el bosque.

—Scott, yo... —le dijo Lydia, antes de que entrara al auto de la policia— estaba segura de que él estaba ahí.
—Ey —le respondió el moreno tomándola del hombro en un intento de reconfortarla—, está bien. Ya descubriremos qué es lo que pasó, ¿sí?

Ella asintió frunciendo sus labios en una mueca que procuraba ser una pequeña sonrisa, antes de detener sus movimientos bruscamente al escuchar un estruendoso golpe entre metales desde dentro de la clínica.

—¿Escuchaste algo?
—No, nada.

⚡️⚡️⚡️

El día siguiente tampoco fue uno de los mejores. Lydia había estado sensible a todos los sonidos y Barry fue el único que tenía el tiempo para quedarse a su lado.
Eso hasta que ella decidió irse sola a casa y Scott fue con Stiles al hospital. Obligándolo a volver a encerrarse en la habitación del chico, analizando un plan que aún no tenía una conclusión lógica. Tenía claro que debía volver pronto a Tierra-1, pero ninguna de sus soluciones parecían tener sentido.
Ningún hombre lobo podía alcanzar la velocidad de Supergirl y ninguna banshee podía conectarlo a otra dimensión.
Mientras tanto, en el auto los sonidos retumbaban cada vez mas doloroso en los oídos de Lydia. El metal golpeaba al otro con mayor fuerza, mientras el pasar de los autos hacían un eco distante. Cuando ya no pudo contenerlo, soltó su grito de banshee, sin saber que en ese momento el nogitsune había vuelto por Stiles.

it happens in a flash,                    BARRYDIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora