13. Worst Pain

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insatiable.


La pelirroja se aferró a los barrotes, en un esfuerzo por alejarse del que estaba detrás suyo. En cuanto todos en la habitación centraron su atención en Stiles, el nogitsune la llevó a su auto y de ahí a los túneles de Oak Creek encerrándola junto a él.

—Oh, Lydia —la llamó él mientras se acercaba a ella, hasta pegar su pecho a su espalda—. No sabes cuanto vas a gritar...

Contuvo las lágrimas tanto tiempo como pudo, porque sabía que era cierto. Esa noche ella se iría, había hecho todo lo que estaba en sus manos para evitar que la encontraran pero tenía el presentimiento de que irían a buscarla de todas formas. No quería poner a Allison en peligro, a nadie de la manada en realidad.
Se sobresaltó cuando el chico golpeó con fuerza los barrotes frente a ella antes de alejarse por el pasillo, dejándola llorar. Sola con las voces...

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—No encontré nada —le dijo Barry a Chris, después de otra búsqueda por el pueblo y sus alrededores.

Llevaba puesto su traje desde la mañana, su estadía no era para siempre. Pero no podía arriesgar la imagen del Barry Allen de esa tierra.

—Deberíamos buscar a Stiles —le dijo Derek al cazador, quien estaba ajustando una pistola de seis tiros.
—No —respondió Chris cambiando el cartucho vacío por otro nuevo—. Él vendrá a nosotros.

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Lydia corrió por el pasillo intentando alejarse del nogitsune, inútilmente. Era un espacio cerrado y bastante reducido sin salidas disponibles.

—¿Recuerdas a la chica coyote? —le preguntó él vagamente, aún con la constante demanda en su voz— El cuervo, el zorro... necesitan alimentarse Lydia. Lo necesito también, y lo hago... De lo que sienten.

Sostuvo la mano de la chica fuertemente, casi lastimándola. Esa era la intención, le dolía y podía observar su piel tornarse rojiza a través de los dedos del nogitsune. Ahogó un sollozo y mordió sus labios con dureza cuando sintió las lágrimas salir de sus ojos, mientras las venas de su atacante se volvían negras y su cara tomaba una extraña y perturbadora expresión de satisfacción.

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—¿Están seguros de que estará ahí?
—Es lo mas lógico —le dijo Scott. Lo había llamado hace una hora, después de hablar con la madre de Kira, para dirigirse a Oak Creek.
—Te ves más débil, y delgado. —dijo Isaac a Stiles.
—He estado pensado —todos, menos Stiles (que estaba conduciendo), dirigieron su vista a Scott— ¿no creen que al matar al nogitsune también... mueras?
—Preferiría morir a que mueran más personas por mi culpa —le respondió su mejor amigo, recordando lo que había llegado a hacer bajo el control del nogitsune—. Es por eso que van a prometerme algo: no permitirán que alguien mas salga lastimado por culpa mía ¿entendido?

Todos los chicos dentro del vehículo asintieron sobre su voluntad, nadie sabía lo que pasaría esa noche... y de lo necesaria que sería esa promesa en los próximos dos días.

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Lydia había dejado de llorar cuando se acercaba el ocaso, al ver el Jeep estacionarse cerca de la entrada. La habían encontrado y eso era lo que menos quería.

—Mis amigos ya vienen, vienen para matarte —titubeó temerosa.
—Y por eso es que tú estás aquí, pequeña banshee —le respondió con seguridad el zorro.

La tomó del brazo jalándola hacia una celda y la aventó hacia una esquina. Tomó una cola de kitsune que solía pertenecer a la madre de Kira de debajo de su camisa abierta mientras seguía atentó a las voces al otro lado de la reja.

—...Yo sólo no quería hacer la tarea. —escuchó la voz de Isaac.

Estaban ahí y el peligro se acercaba.
Esperaron un momento más hasta que escucharon a Noshiko. El nogitsune quebró la cola provocando un pequeño eco en las paredes y salió rápidamente dejando la puerta abierta. Lydia estaba paralizada por el miedo pero no pasó mucho para que sus piernas se dirigieran a la salida, para detenerse debido a la ráfaga de viento que se detuvo frente a ella. Un 'rayo rojo'.

—Te encontramos. —le dijo él sosteniéndola de las mejillas.
—No, Barry. No lo entienden, no tenían que...

Le robó un beso fugaz y la estrechó fuertemente entre sus brazos, le dio un beso en la frente y mascullaba más para sí mismo que para ambos: «ya está bien». Un momento después llegaron Stiles y Scott a la celda, de alguna manera ella sabía que no era el nogitsune.

—No. Chicos, estuve mandando mensajes diciendo que no me encontraran —finalizó ella en un sollozo.
—No nos iríamos sin ti —dijo Stiles.

Los cuatro caminaron por el túnel hacia la salida, donde Allison, Isaac y Kira estaban peleando contra los guerreros oni que ahora obedecían al nogitsune.
Apenas divisaron a sus amigos cerca de un par de autos cuando Stiles cayó al suelo desmayado. Scott lo sostuvo sobre su hombro pero Lydia puso una mano frente a su pecho antes de que seguir andando.

—Nosotros lo llevaremos, tú tienes que seguir —le ordenó mientras pasaba el brazo del chico sobre ella.

El moreno asintió y corrió saliendo de los túneles.

—Te llevaré a un lugar seguro —le dijo Barry, intentando cargarla en sus brazos.
—No —le corto Lydia—, llévatelo a él.

Faltaba poco, esperaba que Scott pudiera salvarla.
Barry la miró inseguro, no tenía nada en contra de Stiles pero Lydia era mucho más importante para él.

—¿Estás segura? —ella cerró los ojos frunciendo los labios y asintió.

La luz amarilla la iluminó y ya no tenía el peso de Stiles sobre ella. Se lo había llevado.
En ese segundo se acabó el tiempo, Barry volvió frente a ella cuando sentía que moría. Dejó que las lágrimas salieran nuevamente y cayó de rodillas al suelo.

—¡Allison! —gritó como banshee, al sentir como la luz de la vida de su mejor amiga se apagaba.

Era lo que había intentado impedir. A pesar de sus intentos, sus señales, habían ido por ella y ahora Allison ya no estaba. Por ella.
Un hueco en su pecho creció, reusándose a pensar en un futuro sin su mejor amiga. La primera mejor amiga real que había tenido, ahora no estaba y no volvería.
Barry se quedó helado al escuchar el grito de la chica que quería, nunca había presenciado eso y no era algo que había disfrutado. Su estomago se contrajo y casi sentía que iba a llorar, un momento desgarrador y perturbador al mismo tiempo.
Otra vez no había logrado salvar a alguien. Otra vez no se sentía cómo un héroe, ahora no era por él. Era por ella, la chica que se había derrumbado frente a él. Casi como cuando Eddie se suicido frente a ellos y Iris no quería dejar el cuerpo debajo de los laboratorios.
Confundido, se arrodilló junto a Lydia y aferró sus brazos sobre ella ella al momento en que se dejaba caer en su pecho con fuertes sacudidas debido al llanto. Rodeó el cuello de Barry con sus brazos cuando notó que todo al rededor se volvía borroso y ahora estaba en el auto de Stiles. No podía mirar afuera, no quería... o caería aun más de lo que ya lo había hecho.

it happens in a flash,                    BARRYDIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora