Capítulo 5 Historias

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Le cuenta la historia de una compañera de facultad, de lo enamorado que estaba de ella, de cómo intentaba llamar su atención... de que le salvo la vida, y ella se enfado... y de la pulsera que perdió, y el recuperó...

- Llevo buscándola desde entonces para devolvérsela... pero no la encuentro... Vine a esta ciudad, porque averigüé que estaba aquí.

Ella cierra los ojos y suspira, no quiere que vea sus ojos.

-Lyd despierta no te duermas, que aún es temprano.

-Qué más da si duermo-masculla entre dientes para sí.

-Pues si importa y mucho-le levanta la barbilla.

-Claro-gira la cabeza dejando que una pequeña lagrima caiga imperceptiblemente al suelo.

El la estrecha contra sí y le acaricia su melena que ahora la llevaba suelta y a él le encantaba así. De pronto nota como una pequeña gotita cae en su mano y mira al techo pero no hay goteras. La mira fijamente y descubre que es una lagrima que se le ha caído mientras no le mira.

- ¡Eh! ¿Qué ocurre?

- Nada, tranquilo. - sonríe, intentando disimular.

- No me dejes así. Vamos puedes contármelo.

- Déjalo- ella se gira.

- Confía en mí.

-No pasa nada...-susurra.

-Lyd, no me mientas por favor.

-Yo...he recordado…una historia que viví…-calla y cierra los ojos-déjalo no he dicho nada.

-Lydia...ella fue mi pasado, yo la busco para aclarar todo y devolverle lo suyo.

-Sigue mintiéndote a ti mismo...

Él la gira quedándose ella tumbada en el suelo mirándolo fijamente sin expresión. El hace una mueca, no le gusta que le mire como si fuera un extraño, así que le coge las manos y se las aprisiona encima de la cabeza.

- ¿Quieres que te lo demuestre?

Alex levanta a su compañera en brazos, la saca de la cueva.

- ¿Puedes mantenerte en pie?

- Si- responde ella.

La deja en el suelo. La lluvia cae sobre ambos, pegado la ropa a sus cuerpos, Alex saca del bolsillo la pulsera, la mira, y la lanza por el acantilado, al mar.

- Allí va mi pasado. Tú eres mi presente.

La coge de nuevo en brazos, y la besa.

-¡Nos estamos mojando!

-Lo sé, pero después de todo es agua-le sonríe pícaramente.

-Por cierto, no me tienes que dar explicaciones de nada, soy tu amiga.

Ella entra corriendo en la cueva pero se tiene que sentar por el dolor de cabeza que le molesta.

-Ahora ya no estoy presentable.

-Sí, estas presentable, aunque estas más que presentable.

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