Capítulo 7 El Baile y sus consecuencias

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A la mañana siguiente, y una vez bien preparado el plan, todos pasan un día genial todos juntos. Esa noche llevarían a cabo el plan para darle una lección al idiota de Oscar. Había un baile de mascaras... todos estarían allí... y estaban seguros de que él aparecería para fastidiarlo todo...

Ambos chicos iban vestidos con elegantes trajes, y mascaras griegas de teatro. Las chicas llevaban unos hermosos vestidos, Lyd rojo, y Lizzy negro, y antifaces a juego. Estaban... muy sexys.

- Si Oscar no se fija en vosotras, es que está loco.

- Recordad, chicas, que no puede conoceros... En cuanto se acerque a una de vosotras, habladle con dulzura, pero cambiad vuestras voces.... que no os reconozca hasta el último minuto...

- Es una lástima que os vayáis mañana, escritor- dijo Alex, en tono de burla.- Me empezabas a caer bien.

- Creo que otra persona te cae mejor que yo, ¿no?- dice Rafa amistosamente a Alex, dándole un codazo y Lyd se ruboriza.

- Bien, casi es la hora del baile. ¿Señorita?- Rafa tiende el brazo a su socia, quien lo coge. Lizzy se coge de Alex, y bajan los cuatro a disfrutar de una inolvidable noche.

Al rato suena otra canción y tienen que cambiar de pareja, las chicas ven como los chicos desaparecen entre la gente. Ellas se dirigen hacia una mesa para coger algo de beber. Un joven se acerca a Lizzy y la saca a bailar, Lyd se queda unos instantes mirándolos bailar y se da cuenta de que no es Óscar. Nota la mirada de alguien mira hacia todos lados y descubre a Oscar apoyado en la pared con una máscara.

No es difícil sabes que es el gracias a su postura. Ella sonríe coqueta y sale al jardín para alejarlo de sus amigos, mira hacia atrás y ve que la sigue. Sus amigos están bailando distraídos así que se adentra en el jardín y coge una rosa del laberinto. El cual no se veía desde dentro del baile. Se acerca la rosa blanca y aspira su olor, oye como unos pasos se acercan y suspiran sorprendidos, ella está bajo la luz de la luna.

- Eres una joven muy guapa- dice Oscar con un tono sexy y sin parecer tan desagradable.

- Tú tampoco estás nada mal- responde Lyd, haciendo un guiño tras el antifaz, poniendo una voz totalmente distinta a la suya.

- No acapares a este apuesto joven- Lizzy llega detrás con su rostro también oculto, de nuevo con otra voz.- Yo he visto antes a este macizo.

Ambas chicas fingen discutir por Oscar, quien está encantado de tener dos chicas...

- Chicas, no os peleéis... Hay Oscar para todas... ¿Y si damos un paseo los tres juntos?

Ambas fingen reír tontamente. Se cogen cada una de un brazo, y lo adentran en el laberinto, sabiendo que los chicos estaban totalmente atentos a lo que hacían, y que los seguían para que Oscar aprendiera la lección, en teoría.

Caminan entre risas agarradas a Óscar que esta absorto pensando en la suerte que va a tener esta noche con semejantes pivones. Las chicas intercambian una mirada cómplice y se separan de Óscar sonriendo, entrelazan sus brazos y sonriendo le dicen:

-¿Quieres jugar al escondite guapetón?

-¿Y cuál es mi premio preciosidades?

-Pues nosotras-contesta con una media sonrisa Lyd.

-Entonces juguemos, escondeos bellezas.

Las chicas huyen por el laberinto, cuando están lo suficiente lejos de él, Lyd le dice que busque a los chicos mientras ella lo entretiene. Al principio Lizzy no quiere pero oyen la voz de Oscar y Lyd le suplica que se marche que no quiere que esté en peligro. Ella le dirige una última mirada nerviosa y tras una aceptación de su amiga sale corriendo fuera del laberinto.

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