19.- Otra Vez.

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—Hola. —dije nerviosa— Gracias.

Sonrió.

—¿Lista? —preguntó.

—Sí.. —susurré.

En el camino no dijimos absolutamente nada, él conducía y yo miraba por la ventana.

Poco después estacionó en un restaurante, el de la cena después de la firma.

Rodeó el auto muy rápido y abrió mi puerta. 

—-No te puedes ver mejor. —dijo y  sonrió.

—Tú igual. —dije sonrojándome. 

Entramos y automáticamente pasamos a un lugar más alejado. Muy romántico..

Ya sentados, frente a frente. Es muy como el vídeo de Tanto.

—Eh dani..  Creo que tenemos que hablar. —su voz interrumpió mis pensamientos.

—Sí, lo sé. Pero, ¿Antes puedo preguntarte algo? —busqué toda mi fuerza. 

—Caro. Dime. 

—Si  yo no te hubiese llamado hoy... ¿Qué hubiese pasado?

—Yo... eh... Dani para mi esto es más complicado de lo...

—0¿Por qué es complicado? Por Dios ¿Qué más difícil que dejar mi orgullo y llamarte? Aceptar de una vez que te quiero y Dios.... No.

—Dani... —no dijo nada en lo que parecían siglos y nuestras miradas estaban clavadas en la de cada uno— Cuando vi a... a Alex en la clínica, el oso, el globo... No sé.. Pensé que...

—No. —creo que hablé muy fuerte—Lo siento, no, Alex es un amigo, creo, y ya. Sólo fue un gesto, y además no me gustan los peluches. Keep calm.

Se rió... ¿Nervioso?

—Eh... Es que las dos veces que hablamos, que eh... dijeras que.. tal vez tengo razón y eh... Pensé eso.. Que no significaba nada para ti y  no sé.

—No... Significas mucho para mí, pero no... no lo había pensado de esta forma, fuera de que seas cantante... que seas mi cantante favorito se borra cuando... cuando te tengo cerca y... —me sonrojé.

Y llegó una mesonera.

—Hola, ¿Qué quieren ordenar? —preguntó y la miramos.

—Oh, eres Pablo Alborán, oh por Dios. 

—Eh sí —se rió— Hola.

—Ho-hola yo soy Andrea, soy tu-tu fan —dijo.

—Eh —se rió.

Y yo estaba muy, muy incómoda.

Pasaron minutos y seguían hablando, creo que de un vídeo y yo estaba perdida en el plato aún vacío, absolutamente nerviosa.

Pasados ¿Qué? ¿15 minutos? ordenamos y al fin se fue.

Fui yo quien rompió el silencio

—Eres muy dulce con tus fans eh... —dije.

—Fue la primera vez que no quise serlo.  —dijo.

—No te salió.  —reí— Eh.. Andrea se veía muy feliz. 

—¿Sabes? Tu cara de shock cuando me viste en la tienda fue muy cómica, imposible de superar. —dijo riéndo

—Estaba muy nerviosa, incluso más que Andrea. —dije.

—¿Por qué? ¿Acaso muerdo? —se rió.

—No, supongo, pero no sé, supongo que conocer a alguien famoso y tal siempre dará nervios.

—O ver dormida a quien te gusta abrazada a ti. —susurró.

¿Qué? 

¿Desde ahí?

No.

Me quedé en silencio porque no tenía capacidad de pronunciar palabra alguna.

—Daniela. —dijo, yo estaba tratando de digerir sus últimas palabras— Dani.

—Lo.. lo siento, me perdí. —dije— eh.. ¿Por eso me trajiste a este restaurante?

Todo encajaba aún más, después de salir de aquí “lo salvé" y fue a mi casa... Nos quedamos dormidos...

—Sí. —dijo.

Ow.

—Aquí está su cena, disfruten. —volvió a interrumpir Andrea.

—Gracias. —dije.

—Muchas gracias. —dijo Pablo y me sonrió.

Se fue.

—No seas tan mala, eh —dijo.

—No lo soy. —me defendí.

—Bueno, si tú lo dices. 

Y de nuevo me perdí en su mirada, no puede ser más... más perfecto.

Empecé a comer.

Ninguno decía nada

Te toca a ti, ya lo hice 2 veces.

Segundos... minutos... horas... no sé.

—Eh... entonces ¿Qué? —Preguntó.

—entonces ¿Qué? 

—Cómo queda todo... esto... tu y... yo. —intentó decir. 

—Yo te dije lo que sentía y... no sé. —susurré. Apenas fue audible.

—Bien. —dijo.

BIEN ¿QUÉ?

No dije nada, seguimos comiendo, yo me tardé como de costumbre.

—Listo. —dije.

—¿Quieres irte ya? —preguntó.

—Supongo. —susurré.

Insistí en pagar pero no sirvió de nada. Dijo “yo invité, yo pago"

—Para la próxima pago yo. —dije. 

—Sí, sí está bien. —dijo mientras salíamos del restaurante.

Empezó a mirar hacia todas partes, buscando...

—Paparazzis. —dijo. 

—No... no me deberían ver... —dije.

—Toma —me dio su chaqueta— y acomódate el cabello en la cara.

Así fue. Bajé la cara y creo que no me veían, sentí muchos flashes y me sentía muy nerviosa. 

Afortunadamente el auto estaba muy cerca.

—Aquí no pueden ver. —dije. 

—¿Por qué no quieres que te vean? —preguntó.

—Empezarían a hablar y hablar y.. no quiero... —dije

—Igual. —dijo.

—¿Ahora qué hacemos? —pregunté

—Si te llevo a tu casa nos van a perseguir. —dijo.

—¿Entonces? -pregunté sabiendo la respuesta. 

—Puedes venir conmigo  y quedarte hasta... que bajen la guardia.

—No hay otra opción supongo...

Otra vez.

—Otra vez. —dijo sonriéndome.

—Pero ahora me salvas tú. —dije.

*****
Holaaaaaa, enamorense ahí♥♥  besosss

Te quiero TANTO. {Pablo Alborán} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora