30.-Noticia.

871 33 6
                                    

Estaba allí, parado mirándome, con una rosa. 

Mi mundo dio mil vueltas y pensé que era demasiado para mi. 

—Ho-hola, —dije acercándome. 

—Hola. —respondió Pablo— ¿Cómo estás? 

—Bi-bien, ¿Cómo lle-llegaste? —tartamudée. 

—Larga historia pero ahora no importa. —sonrió y morí por 4 segundos.

Me dio la rosa.

—Gra-gracias, no tenías que hacerlo. 

—Eh, sí. Ven.

Me acercó al mueble que predominaba en la sala y en ese momento noté que Sara y Sergio no estaban. 

—Eh... ¿Sergio y Sara dónde están? 

No entiendo el nerviosismo en mi voz, es como si nunca lo hubiese visto. O como si me sintiera una niña regañada. 

—Fueron a comprar unas cosas, creo. 

—¿A esta hora? 

Rió 

—Sí. 

Me siento una niña pequeña y no sé qué decir o hacer. 

—Entonces... —empecé. 

Empecé ¿QUÉ? 

Se acercó a mi y quedamos a centímetros y nada, sólo sonreía. 

Yo casi temblabla. 

Tal vez sólo pasaron segundos pero lo sentía como años o  siglos.

—Eh... 

Por Dios estaba a centímetros de él. 

Se acercó más a mí, rozó mis labios, fue más una tortura que otra cosa, solo estaba ahí... Yo no podía moverme. Esto es tan complicado y confuso. 

No entiendo, no... 

Pasó el tiempo y seguimos así..

—No entiendo, —dije después de un rato, 

—Yo tampoco, —rió— pareces una niña pequeña esperando un regaño. 

—Eh... 

Acarició mi mejilla y  todo parecía más fácil. 

Mi respiración agitada se mezcló con la suya, nos acercamos más y más, nuestros labios se rozaban pero esta vez él me besó, tan dulce, suave y lento como la primera vez. 

Sentía en ese momento que mi vida dependía de sus labios en los míos y de sus dedos acariciando mi mejilla. 

Su otra mano bajó a mi cintura y las mías fueron a su cabello, despeinándolo más. 

El beso se hacía más rápido e intenso. 

Empezó siendo dulce pero ahora era necesitado, ansiado. 

Seguía acariciando mi mejilla e iba volando en una nube... lejos de todos, de todo..  Volando a un sitio que me hacía sentir libre y feliz. 

Bajó su mano a mi cuello y solté una risita, sonrió y otra vez.. Un beso profundo lleno de sentimientos. 

Hizo que me acercara aún más a él al punto de que sólo nos separara la ropa. 

Se escuchó la puerta abrirse y nos separamos rápidamente. 

Miré sus labios y estaban hinchados, automáticamente mordí el mío para que no se notase tanto. 

Nos quedamos mirándonos, perdida en mis pensamientos y en su mirada. 

Te quiero TANTO. {Pablo Alborán} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora