9.- Es imposible.

1.1K 38 1
                                    

 

Sin exagerar el mundo se paró, ese instante fue eterno, nuestras narices se rozaban, su perfume se combinó con el mío, sus ojos perdidos en los míos e igual me pasaba con si mirada... Estaba perdida en él, involuntariamente lo abracé, estábamos en el piso, todo era tan confuso, mi mente me decía que en cualquier momento podía entrar mi mamá y mi corazón con mi cuerpo se morían porque esto nunca acabase.

Mi mente ganó.

—Eh... Disculpa. —dije.

—Lo siento, me perdí.

Nos paramos y estaba aún más confundida.

—Voy a buscar los cargadores, están en la cocina creo. Si quieres te  quedas aquí.

Necesitaba despejarme urgentemente. 

—Vale.

Bajé y el instante en el que estuve pegada a él no abandonaba mi mente, tengo miedo de sentir cosas que no debo.

Subí con los cargadores.

—Aquí están. Pero de aquí a que carguen voy a morir de hambre.

—Podemos ir  a comer fuera.

—Y que no comas por todas las fans que te van a estar  viendo —¿Estoy celosa sin sentido? no.

—Eh —rió— ¿Estás celosa?

Y su sonrisa me descolocó completamente.

—No ¿ok? Me preocupo por ti. —traté de sonar lo menos nerviosa que pude. 

—Vale vale.

—En la cocina debe haber algo. —dije.

—¿Vamos?

—Vale.

Bajamos y mi mamá aún no estaba, debo llamarla.

Abrí la nevera y habían muchas cosas para hacer una ensalada.

—Eh, ¿Qué quieres comer?

—Cualquier cosa rápida, muero de hambre. —sonreí por lo tierno que se veía.

—¿Ensalada?

—Vale.

Hicimos la ensalada entre los dos, hablamos poco, después de todo este día no hay mucho que decir.

—¡Ya está lista!

—Ya puse la mesa —dijo.

—No tenías que hacerlo.

—Ya no importa, vamos a comer.

—Está bien.

Nos sentamos y empezamos a comer.

—Eh... —susurré. 

—Dime. 

—¿Cuándo tiempo vas a pasar en Madrid?

—No sé. No hay shows mi nada hasta el concierto aquí. Supongo que me quedo unos días más y voy a Málaga.

—¿Unas mini-vacaciones?

—No te creas, no hay shows pero sí hay reuniones de equipo y esas cosas.

—Oh, ya. 

—¿Sabes?

—Dime.

—Me gustó este día. A veces no duermo mucho. —dijo y perdí toda capacidad de habla. 

—Eh...a mi igual. —tartamudée.

Sonrió y seguimos comiendo, todo era muy agradable.

Terminamos y recogimos la mesa, insistió en ayudarme.

Te quiero TANTO. {Pablo Alborán} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora