24.- Miedo.

911 33 1
                                    

—¿Dani? —me llamó mi mamá mientras conducía, estaba tan enredada en mis pensamientos que me olvidé de que estaba allí.

—Dime. 

—¿Por qué tienes que pensar... eh.. en estar con Pablo?

—Es que... es muy complicado, tengo miedo de arriesgarme, de quererlo al punto de no poder más y.. perderlo. Además —me reí amargamente— puede encontrar a una mil veces mejor que yo. Y... y no sé..

—No seas así Dani, estás siendo cruel contigo.

—¿Por qué? Es la verdad.

—Si ha viajado por medio planeta y te quiso a ti ¿Por qué dudas tanto?

—Tengo miedo de que me pase igual que... con... Pa-Paul.

—Él te ha demostrado que no es así, no tienes... Excusas —dijo segura.

—Pero... ¿Cuántas veces lo voy a ver? ¿Qué? ¿Cada 3 o 4 meses? —dije, mi voz temblaba. 

—Arríesgate.

No seguimos hablando y llegamos al centro comercial.

****

—Pruébate este. —dijo mi mamá.

Cuando se trataba de ropa, cambiábamos por completo, no hay ley que valga. Se olvida todo y ya.
Habíamos llegado hace poco, tal vez 1 hora, estábamos en la misma tienda, me había probado 3 vestidos y mi mamá como 6.... En fin, cuando se trata de compras coincidimos en todo y los problemas se van.

—Mira estos zapatos. —señalé unos tacones negros muy altos pero muy hermosos.

Mi mamá se acercó.

—Pruébatelos.

Así fue, me quedaban perfectos.

El problema fue el precio.

—No voy a comprarlos. —dije— me gustan pero son muy caros.

—Dani —me regañó. ¿Qué? te quedan increíbles.

—No voy a dar mil euros por unos zapatos. No.

******

20:30 seguíamos comprando, ya estaba cansada e incluso aburrida, sí terminé comprando esos zapatos. Aún no lo asimilo.

—Ya me quiero ir. —dije

—Vale, vámonos.

—Tengo mucha hambre.

—Ya sé. —dijo— vamos al nuevo local que está cerca de aquí, dicen que la comida es buena.

—Sí, vale... —dije no muy convencida.

En todo el día no había pensado en Pablo, solo cuando compré lo que usaría en el concierto. Y ¿Qué? ya moría por verlo.

Tengo miedo de intentarlo y salir.. lastimada, pero él es diferente, supongo, y los momentos que paso con el sin duda son lo mejores.

Eso... Los momentos que paso con él son los mejores.

¿Será que ya no tengo más que pensar?

Sonreí sin darme cuenta mientras conducía hacia el nuevo local.

—¿Por qué? Discúlpame, ¿Por quién sonríes? 

Te quiero TANTO. {Pablo Alborán} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora