23.- Necesito pensar.

923 29 6
                                    

Miré mis manos, estaba tan roja como el fuego, mis nervios florecían y me sentía una niña.
Estaba frente de mi y no evitaba sentirme avergonzada, no sé por qué, pero era así.

Me tomó por la barbilla, obligándome a mirarlo a los ojos.

—¿Entonces? —preguntó.

—¿Qué?

—¿Cómo queda esto? —susurró.

Me pegó de nuevo a él.

Y todo lo que había vivido antes, todas las emociones, sentimientos, miedos, lo malo y lo bueno, quedaba atrás, él, Pablo es lo único que me importaba.

—Eh... —no sabía cómo decirlo— eh... bueno —rió— no lo sé. Pero necesito... pensar y ordenar todo en mi mente.

Su sonrisa desapareció haciéndome sentir una niña pequeña. 

Antes de que el pudiese decir algo, aclaré.

—Eh... Me gusta estar contigo y... te quiero. Pero no sé... esto es muy... complicado.

—¿Qué es complicado? —preguntó.

—Mis sentimientos por ti. Y eh... sólo tengo que ordenar mi mente, eso es todo.

—Bueno, supongo...

—Vale, creo que debo irme. —dije.

—Vale, nos vemos.

—Si quieres quedamos antes del concierto.

Fue un impulso decirlo, de verdad no quería irme, pero sí debo aclararme más. Es verdad, me gusta, mucho. Y sé que haría cualquier cosa por simple hecho de mirarlo y vale... Pero si esto no funciona, ¿Qué? Me quedo yo con mis lágrimas.

Y sé que debo arriesgarme, por él, pero no soy tan fuerte para soportar... eh...

—Bien —sonrió— luego te escribo.

—Vale, bueno ya si  me voy.

Un abrazo rápido —para no sufrir— y crucé la puerta, con un millón de... dudas no, porque sé lo que siento por él. Pero el constante pensamiento de “Es un cantante que viaja constantemente, puede encontrar una mil veces mejor que tú" no salía de mi mente. No... no quiero sufrir de nuevo.

Salgo  y consigo rápidamente un taxi.

Miro las calles de Madrid tratando de olvidar mis pensamientos y relajarme. Aunque sea un rato.

Poco después llego a mi casa, pago al taxi y me bajo. Preparada para el interrogatorio de mi mamá.

Entro y lo primero que veo es a mi papá sentado de brazos cruzados, con expresión dura. Como si estuviese esperándome. What.

Por suerte no estaba desarreglada ni nada por el estilo, me había arreglado muy bien en... su baño para que no pareciese que no me había cambiado desde el día anterior.

La mirada veloz de mi padre y detrás, mi mamá sonriéndome me distraen y sé que esto no va a ser bueno.

—Hola. —dije. 

—Hola Dani —dijo mi papá secamente.

—Hola Dani, ¿como estás? —dijo mi mamá dándome un abrazo y me dijo al oído— luego me cuentas todo. —sonrió.

—Anoche vine y te habías ido a cenar, hoy vengo temprano y no estás. Y vas llegando.

—Eh... ¿Tiene algo de malo? —raté de sonar decidida.

Te quiero TANTO. {Pablo Alborán} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora