40.-Declaraciones...

594 32 7
                                    

¿Tenemos que hablar de algo muy importante, te quiero?

¿Era, a caso, legal decir eso y terminar la llamada?

¿A caso no pensó antes de decirlo que soy mujer, obstinada por excelencia y que le doy mil vueltas hasta a un “hola”?

¿No pensó en eso?

Eran alguna de las mil preguntas que rondaban por mi mente, llevaba cerca de 2 horas sentada en mi cama, casi en un estado de shock. Bendita llamada…

No es algo malo, ¿no? Porque si no, no me hubiese dicho que me quería ¿Cierto?

O tal vez sólo quería apaciguar mi dolor.

¡Arg!

Pablo me quiere, no sólo lo ha dicho, me lo ha demostrado mil veces. Por eso no debo tener dudas, ese algo importante tendría que tratarse de otra cosa. No, no tendría, se trata de otra cosa.

No puedo ser insegura, no. Él me quiere y yo… Bueno yo algo más.

¡Agh! ¿Por qué no podían pasar estos treinta días, tres semanas y cinco días rápido?

¡No, rápido no! ¡Volando!

Me estoy volviendo completamente loca.

Salí de mi estado de shock/conmoción  y lo primero que hice fue ver su whatsapp. Dijo que hablaríamos más tarde.

¡Ya es más tarde!

Estoy paranoica…

Ya eran pasadas las seis de la tarde… Mi ánimo descendía sin consideración.

Estaba de malhumor.

¿Por qué?

“Hablamos más tarde, ¿vale?”

Revisé mi teléfono a ver, si por causa divina, tenía un mensaje de él.

Nada.

Absolutamente nada.

¿Por qué estoy nerviosa?

Necesitaba dejar de sentir esta tensión que creo que me ha hecho envejecer.

Estoy siendo muy exagerada. Culpo a las hormonas.

De verdad estoy volviéndome loca.

Bajé a la cocina, había chocolate y como si fuese una depredadora en  serie, fui a por él.

Tras comerme el chocolate volví a mi habitación sin tener la mínima idea de dónde podría estar Sara.

Espero que sea con Jorge.

Me senté de nuevo en mi cama y sentí mi teléfono vibrar, antes de tomarlo rogué que fuese Pablo.

¡Y era un mensaje de él!

¿Estás allí?

Sonreí.

Si estoy aquí.

Segundos después vi que inició una  video llamada en FaceTime.

¿La hora de la verdad?

Cuando lo vi a través de la pantalla mi estómago dio un vuelco, ¿sería siempre así?

Lo miré hipnotizada, sus ojos son tan profundos… tan…

Al notar mi mirada fija, creo, sonrió.

—Hola. —dijo.

—Ho-hola. —tartamudeé.

Y su sonrisa le dio paso a las mariposas que revoloteaban en mi estómago.

Te quiero TANTO. {Pablo Alborán} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora