32.-Gracias por aparecer en mi vida.

747 30 2
                                    

*************

—Hola Dani, voy llegando a tu casa. Baja por favor. —dijo Sara cortando la llamada.

Bajé las escaleras lentamente. Preferiría estar comiendo el helado que Pablo dejó pero bueno...

Antes de llegar a la puerta escuché el timbre repetidamente.

—Ya voy. —dije.

—Hola. —dijo— ¿Estás bien?

—Eh.. Sí. —sonreí extrañada— ¿Por qué?

—¿Por qué? —dijo irónicamente.

Sabía por donde iba.

—Sí Sara, todo está bien.

—¿Quieres hablar de ello?

Para mí todo estaba bien.. Creo. Está bien hasta que se fue sin abrazarme, besarme, decir adiós... Algo..

Pero estaba todo bien.

—Créeme que todo está bien, de verdad.

—Ay Dani...  Te deberé creer, entonces. —sonrió— Siempre voy a estar para ti. 

—Estás siendo dramática.  Pablo y yo no vamos a terminar y nada está como piensas. Estás exagerando. 

—Está bien.. ¿No hay algo de lo que quieras hablarme?

—¿Te pasa algo? —pregunté.

—Creo que estoy enamorada —yo decía que algo estaba raro— pero no sé,  a mi no me pasa como a ti que tienes mil señales para darte cuenta de que te quieren. —rió amargamente— creo que es imposible...

—Estas conversaciones no se tienen en la puerta de una casa, vamos.

Tomé su mano y nos dirigimos a mi cuarto.

—¿Tú sabías que estaba mal y tenias helado? Te quiero amiga –dijo mirando el helado de chocolate que estaba en mi cama.

—Eh —reí — lo trajo Pablo con unas películas pero se tuvo que ir.

—Entonces se tuvo que ir...

—Sí.  Un ensayo o algo así.  Pero cuentame.

—Está bien... Prométeme que no te te reirás ni nada similar.

—Lo prometo.

—Este... Dani...  Me gusta Sergio.

Mis ojos quedaron como platos y tuve que mirar hacia mis dedos entrelazados para disimular mi asombro.

 —Dani di algo. —dijo nerviosa. 

—¿Desde cuándo? 

—No lo sé. Pero cuando lo vi entusiasmado con Irene mi mundo ha dado vueltas y más vueltas —dijo con la boca llena de helado. 

—Ven —la abracé— no hay palabra para ánimos ¿no? Sólo tienes que hablarlo con él así sea difícil, que lo es.. Pero si no hablan va a ser peor para ti.. Sé de lo que te hablo. 

—¿Tú crees? 

—Sí. De verdad sí. 

—Me da miedo, Dani. 

Reí por el rumbo a donde iban mis pensamientos. 

—Yo también tenía miedo de expresarle mis sentimientos a Pablo y ¿ves? —Sonreí tan tontamente que me daba miedo yo misma. 

—Ustedes dos son diferentes. Yo los veo y siento que el mundo es perfecto y que no existe lo malo y eso, se ven tan... Es que son tan. —tomó de nuevo helado. 

Te quiero TANTO. {Pablo Alborán} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora