Se estaba llevando a cabo la primera nevada del año y era mas fuerte que cualquiera de las anteriores. Ninguna persona con la suficiente cantidad de sentido común habria salido de la comodidad de su casa a la madrugada, mucho menos para realizar un viaje de mediana distancia hacia una cabaña alejada de la ciudad, a pesar de que esta estuviera ya reservada; simplemente podrían haber cambiado él día.
Simón y Baz no tenían él suficiente sentido común para cambiar sus planes por una "simple ventisca", como ambos la habían llamado.
Lo positivo de aquello es que habia menos trafico y un paisaje demasiado hermoso, como si él lugar hubiera sido pintado de blanco. Lo negativo era que hacia un frío insoportable y que la nieve dificultaba un poco el camino.-¿Sabes que es irónico?- preguntó Simón, dejando de mirar él paisaje por la ventanilla como lo había hecho desde que se habían alejado de la ciudad. Ahora miraba a Baz, que se encontraba conduciendo el auto de ambos.
-¿Que no te pusiste el cinturón de seguridad? - respondió Baz, luego de devolverle la mirada a su esposo que se encontraba en el lugar del copiloto.
Simón sonrió al ver su rostro; su nariz se encontraba roja, debido al cambio climático y a su facilidad para resfriarse. Aún enfermo y todo había insistido en realizar él viaje que habían programado semanas atrás.-Eres una molestia, ¿que podria suceder? Él mejor conductor del mundo esta al mando de la situación. - contestó con una mueca burlesca Simón, para luego colocarse él cinturón como Baz le había dicho, a lo que este suspiró de alivio. A veces Simón era muy terco con respecto a su propia seguridad y preocupaba a Baz en sobremanera.
- Y no, eso no era lo irónico. - volvió a hablar él rubio.
-¿Entonces que?
Simón se quitó uno de sus guantes y bajó la ventanilla del auto, sacando su mano por la misma para tomar un poco de nieve en sus dedos.
-¿Estas loco, Simón? Mete esa mano, vas a enfermarte o con tu suerte te vas a lastimar. - reclamó Baz levantando un poco él tono de su voz, la única forma por medio de la cual su esposo entraba en razón y sabia que estaba hablando en serio.
Simón metió su mano dentro del auto nuevamente, pero esta vez con algo de nieve en ella.
-Que mi apellido sea Snow, pero que tu seas como la nieve. - le dijo entonces, extendiendo su mano para que él la viera.
-Se que soy pálido, pero me parece exagerado que me compares con la nieve, amor. - dijo Baz, simulando haberse sentido lastimado por él comentario de su pareja.
-No es por eso - contraatacó Simón, para luego volver a sacar su mano por la ventanilla, dejando caer en la carretera el agua que había quedado en su mano como rastro de la nieve que antes había sostenido; se había derretido rápidamente en su palma debido al clima caliente que había en él interior del auto, gracias al calefactor del mismo.
Cuando la ventanilla estuvo cerrada, Simón chilló debido a la sensación que él agua helada mas él frío del exterior habían dejado en su mano.
Baz comprendió aquello y detuvo el auto por un momento, para sorpresa de Simón; en la autopista no circulaban demasiados autos, así que no había problema con hacerlo. Luego se quitó su bufanda y tomó las manos de Simón entre las suyas, para secar con la misma los restos de nieve derretida.-Estoy bien bebé, tu conduce. - dijo Simón, pero Baz hizo caso omiso de aquel comentario. La mano de su esposo se encontraba helada y no estaba acostumbrado a ello, a diferencia de Baz cuyo cuerpo estaba la mayor parte del tiempo frío, por lo que acercó la misma hacia su boca y sopló aire caliente en ella.
Simón sonrió ante aquel gesto, adoraba esos pequeños detalles que demostraban lo mucho que Baz lo amaba y lo cuidaba.
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Snowbaz One Shots
FanficHistorias cortas basadas en los personajes de la novela Carry On de Rainbow Rowell.