CM6 (Pausada)

Capítulo 17.

Hola.
Sé que las notas las hago al final
pero quería comentarles que este capítulo será narrado en tercera persona  y en tiempo pasado.

Es algo nuevo que estoy probando de igual manera que quiero que conozcan un poco más a un personaje.
Disfruten de la lectura.

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Ellos no habían vuelto a pronunciar palabra alguna.
La desesperación se notaba en sus rostros, cada uno temía ser el primero en hablar por miedo a molestar al otro.

El dolor de cabeza de Bella había cesado, pero la inquietud seguía en ella tenía miles de preguntas con respecto a las palabras de su hermano.

Caminó a través del refugio intentando resolver sus dudas.
No podía asimilar desde cuando la relación con su hermano se había vuelto tan distante.

Desde el nacimiento de él, siempre habían sido Robert y Elizabeth aquellos niños que todo el mundo creía que eran gemelos. Hasta los chicos llegaron a pensar aquello alguna vez.
Bella sabía que Robert no confiaba totalmente en nadie que no fuera su familia pero aún así ella estaba segura de que él apreciaba lo suficiente a sus amigos como para protegerlos.

—Elizabeth— llamó él. Bella giró rápidamente hacia donde lo había observado minutos antes. Soltó un grito ahogado cuando vio el estado en el que se encontraba su hermano.

Robert tenía las manos cerradas en puño ejerciendo tal fuerza que ella creyó que se rompería los dedos, las venas se le marcaban alrededor de sus brazos y cuello. Él mantenía la boca cerrada para evitar soltar algún grito, no quería asustar a su hermana más de lo que ya estaba.

Bella se acercó a su hermano, tratando de averiguar que lo había puesto en aquel estado. De un momento a otro Robert comenzó a temblar mientras se llevaba las manos a la cabeza para después sin poder controlarlo soltar un grito de dolor que provocó que ella retrocediera varios pasos.

El pánico amenazaba con apoderarse de si misma, pero sabía que debía mantener la calma para ayudar a su hermano.

Intentó acercarse a él con mucho cuidado tratando de esquivar los golpes que este lanzaba al aire. En circunstancias normales ella se hubiera acercado a él sin temor alguno sin embargo el comportamiento de Robert había sido extraño desde que Bella despertó.

Cuando llegó a su lado, los temblores de él ya no eran tan notorios pero aún no bajaba las manos de la cabeza y mantenía los ojos cerrados con fuerza.

—Robert mírame por favor— pidió ella mientras poco a poco retiraba las manos de su cabeza.

—Elizabeth no puedo, no logro hacerlo parece como si estuvieran pegados— admitió. Apretó los puños de nuevo debido a que aquello que lo atormentaba ahora era más fuerte. —Ayúdame por favor— gritó mientras lágrimas caían sin control de sus ojos.

Bella lo miró preocupada, no podía entender por lo que estaba pasando su hermano, pero él estaba al borde de desmayarse y eso era lo que la asustaba porque probablemente una vez que lo hiciera no despertaría, su cuerpo no resistiría por mucho.

—Robert mírame por favor— suplicó ella una vez más.

Pasaron unos segundos hasta que poco a poco su hermano abrió los ojos. Bella lo abrazo con fuerza con temor a que fuera a desaparecer en cualquier momento tenía miedo de perder a Robert no podría seguir sin él, no sin su hermano.

Lo ayudó a ponerse de pie y él sólo trató de sonreír por ella, para no preocuparla más aún.

Cuando estaban por llegar a la puerta, Robert volvió a temblar de la cabeza a los pies a la vez que cerraba los ojos un momento para después abrirlos de manera rápida sin embargo había algo sumamente extraño que inquieto a Bella debido a que en ellos podía observar de manera clara el rostro de tres sujetos vestidos con ropas oscuras, parecía ser que buscaban algo con desesperación ya que no dejaban de registrar cada puerta a su paso.

De un momento a otro Robert volvió a cerrar los ojos para después respirar agitadamente.
Su mirada había vuelto a la normalidad aquellos ojos azul claro habían regresado.

Aún así Bella miraba extrañada en todas las direcciones, no podía creer lo que había visto.

Robert miró a su hermana confundido ella lo miraba como si él fuera un completo extraño que pudiera hacerle daño.

—Bella— llamó.

—Mande— respondió ella en un susurro sin mirar a su hermano a los ojos. Tenía miedo de lo que podría encontrar en ellos.

—¿Estás bien?. Te noto distante— argumentó él.

Ella dudó unos segundos en responder, se debatía entre decirle lo que había visto, por temor a que él la tomará por loca.
Mientras tanto Robert la miraba asustado. Una parte de él tenía miedo que ella hubiera descubierto lo que le atormentaba.

—No, no lo estoy— confesó ella sin temor, sabiendo que allá abajo nadie que no fuera su hermano podría escucharla.—Desde hace días nada parece estar tan bien Robert, todo a mi alrededor está de cabeza. Todo ha cambiado.

Él miró a su valiente hermana, romper en llanto mientras ella negaba con la cabeza una y otra vez.

—Me he vuelto loca Robert, durante estos días hice cosas que la física no podría explicar nunca podría explicar y lo peor es que no tengo idea si en realidad sucedieron. El gobierno podría encerrarme si me escuchará. ¡Hasta serían capaces al expulsarme de aquí!— aseguró ella entre lágrimas.

Robert se acercó a su hermana y la abrazo con fuerza mientras la obligaba a mirarlo a los ojos.

—No estás loca Bella, en dado caso aquí el que ha perdido la cabeza de los dos soy yo. Sólo tienes que recordar el episodio que monte hace un instante—  objetó. —Y en caso de que verdad estemos locos, creo que no seriamos los únicos los únicos en el mundo. Apuesto mis armas favoritas a que esos al mando de todo esto, no tienen ni una pizca de cordura.

Ella rió un poco de su comentario. Por un momento todo había vuelto a la normalidad. Seguían siendo aquellos hermanos que odiaban a las autoridades y que sabían que podían contar el uno con el otro para cualquier cosa.

Miró a Robert esperando por alguna extraña razón ver a aquel chico alegre y tranquilo, pero sólo observó a un joven con la mirada perdida y atormentada.

—Robert ¿Qué fue lo que te hizo pasar todo ese dolor hace un momento?.
Él miró al suelo con miedo, miedo a que ella creyera que él era un monstruo.

—Yo no sé como explicarlo, Bella. Desde hace días que me sucede lo mismo; miles de imágenes pasan a través de mi mente y en ocasiones también hay voces. Me cuesta mucho entenderlas, en la mayoría se las veces el proceso es doloroso.

—¿Qué ves en ellas?.

—Muchas cosas como para nombrarlas todas— asegura.—Veo gente peleando, siendo atacada por seres extraños que se mueven a una velocidad inexplicable. También veo un mundo diferente, un pueblo en específico en el la gente sonríe, se saludan entre sí. Parecen ser felices pero sobretodo libres.

—Suena algo extraño— admitió ella.

—Sí, lo sé. Lo más raro fue cuando despertaste en la tarde, pude ver a unos hombres romper la puerta de la casa y sacarnos a la fuerza.
Es por ello que confiando en eso, nos dirigimos aquí— confesó.

Bella pensó en todos los acontecimientos extraños del día, en los dolores de Robert, en la visión de sus ojos.
Ella quería hallar una solución lógica a aquello mientras algo en su interior le decía que realmente no existía alguna.

Sin embargo una loca teoría cobró vida en su interior. Tal vez estaba demente por pensar algo así pero por el momento era a lo único que podía aferrarse.

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Con cariño Sophie.