Capítulo 21.

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Puedo sentir la las grandes gotas de lluvia caer sobre mí, sin nada que me impida quedar completamente mojado.

Es mi culpa y lo reconozco, sólo a alguien sin sentido común como yo, se le ocurre salir con este clima.

Pero qué más da cuando mi mayor recompensa será ver a esa persona tan especial, han pasado dos días sin mirar su rostro. Sé que para algunos puedo sonar como un demente acosador pero no lo soy, sólo soy un simple chico enamorado.

Me imagino a mis superiores riéndose de mí por mi comportamiento, lo cual es completamente irónico ya que ellos suspiran de igual forma cuando hablan de sus esposas y es que uno nunca deja de amar completamente.

Así que por mí que se rían, realmente me dan igual sus comentarios, a menos que tengan que ver con algo importante.

Continuó corriendo hasta llegar a la calle indicada, miro con atención cada número de las casas para dar con la que busco.

Al llegar espero unos segundos meditando si lo que hago es lo correcto, niego con la cabeza varias veces descartando esa idea.

Claro que es lo correcto, no debería dudar.

Decidido y sin miedo a arrepentirme esta vez, toco el timbre. Transcurren unos segundos en los que el identificador me escanea para después avisarme que alguien no tarda en venir.

Miro el pequeño árbol del jardín, sus hojas se han caído por completo señal de que el invierno está cerca. Sinceramente estoy ansioso de que esta estación llegue, el paisaje es hermoso en el bosque y también porque las protecciones de la ciudad disminuyen.

— ¿Max, qué haces aquí? Es tarde, conoces las leyes —sermonea Leonardo molesto.

—Estoy bien, regresé sin problemas. Yo también te quiero —musito.

—No seas exagerado. Sí, yo también te quiero —exclama.

—Te costaba tanto decírmelo, lo sabía, Aire Rubio.

— ¿No te da vergüenza el ridículo que estás haciendo? luego dicen que el sin cerebro soy yo. Vamos entra, antes de que las autoridades se den cuenta de que estás aquí —indica con fastidio. Al ver que no me muevo agrega—. Max ya sé que quieres presumir que eres invisible para el gobierno pero sabes que todavía no es totalmente seguro.

Con una sonrisa, paso a su hogar. Desde niños junto con Liam solemos molestarlo con cualquier cosa y ahora desde que él y Gisell descubrieron que son compañeros, le hacemos burla imitando las muestras de amor de ella hacia él. Algo inmaduro tal vez, pero hay costumbres que permanecen para siempre.

Me quedo de pie en la entrada, si sólo fuera su casa entraría mojando todo para hacerlo enojar, pero por respeto a sus padres no lo haré.

—Aire rubio de mi corazón, ¿me harías el favor de regalarme un poco de tu magia? —pido burlándome, siendo ignorado por el chico.

CM6 (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora