He perdido la noción del tiempo, sentada solamente con la espalda apoyada contra la pared. Tratando de asimilar la situación anterior.
Ellos han decidido darme mi espacio, por lo que, minutos después del incidente me han traído a otra habitación. Sinceramente se los agradezco ya que en estos instantes son a las dos personas que menos quisiera ver.
No los odio, pero es cierto que necesito tiempo para pensar.
Las cosas se han complicado últimamente, mis padres se han perdido cada vez más en el trabajo, aunque eso no evita que en su tiempo libre pasen tiempo con nosotros. Pero aun así extraño ver a todos reunidos a la hora de comer.
Me pongo de pie, para dirigirme a la pequeña ventana que hay en el lugar.
Con mucho cuidado muevo los trozos de tela que la cubren, para después ver el exterior.
Un gran bosque se extiende alrededor, es idéntico al de la Ciudad.
Los árboles frondosos que lo cubren todo, el peculiar sonido de las aves.
Por un momento olvido todas mis frustraciones e intento saltar aquella ventana para poder pisar aquel bello paisaje.
—Yo que tú no haría eso— aconseja alguien a mis espaldas. Giro hacia la entrada para encontrarme cara a cara con Leonardo.
— ¿Acaso tengo prohibido salir? Porque de ser así, déjame decirte que no pienso seguir sus absurdas órdenes, suficiente he tenido con saber que son un par de mentirosos traidores—espeto con furia.
—Primeramente este par de mentirosos traidores como tus nos dices, jamás te haría algo para dañarte, y lo sabes. Segundo no, nadie te prohibió salir, simplemente yo no lo haría porque lo que estás viendo es una ilusión que él creó para ti. Para que te sintieras más cómoda, como en casa- explica con suavidad.
— ¿Ilusión? ¡Qué va! Más bien tú ya perdiste la cabeza. Estoy segura de que el bendito bosque está allá afuera y aparte ¿A qué te refieres con que él lo creó?
—Sí ilusión. No, no perdí la cabeza sino me equivoco la traigo bien colocada sobre cuello—exclama mientras en broma tantea su cuello hasta la parte superior en busca de la dichosa cabeza. Cuando al fin la toca, suelta un fingido suspiro de alivio—. Ves te lo dije sigue aquí. Ahora ¿En qué estaba? Ah sí, ¡A ti es la que ya se te fueron las cabras! No hay algún bosque y para tu mala suerte no puedo hablar mucho de él.
Comienzo a reírme por su actitud al grado de que a los pocos segundos me empieza a faltar el aire. Trato de calmarme pero volteo a ver a Leo y me es imposible.
— ¿Tengo algo de gracioso en la cara? o ¿Qué es lo que te causa tanta gracia, eh?
Con mucho trabajo paro de reír para poder responder.
— ¿Quieres la verdad o lo que quieres escuchar?
—La verdad Beth.
—Oh ahora soy Beth ¿qué pasó con llamarme Bella? ¿Es parte de tu doble personalidad cambiar de sobrenombre a los demás? —cuestiono mientras hago el intento fallido de alzar una sola ceja.
Lo que provoca que ahora sea él quien comienza a reírse.
— ¿Te he dicho qué tan graciosa te ves cuando intentas hacer eso? —pregunta entre risas. Lo miro molesta a lo que él agrega—. Vamos Bella, no puedes enojarte por cosas tan insignificantes. No te lo tomes tan en serio, no planeó decirte "Beth" por mucho tiempo, él me rompería la cara si lo hago y créeme hasta olvidará que somos casi hermanos.
—Insistió ¿quién es él?
—No soy la persona adecuada para revelarte su identidad.
— ¡Vamos Leo! si acabas de decir que son como hermanos—recalco tratando de convencerlo. No descansaré hasta que todos terminen admitiendo lo que ocultan.
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CM6 (Pausada)
Science FictionElizabeth Scott vive en un mundo que se encuentra en guerra. Varios países se unieron para crear una sociedad nueva protegida de las amenazas. La vida ahí es estricta pero mejor de lo que se vive fuera de ella. El gobierno cuenta con ciertas salas l...